martes, 21 de febrero de 2017

La gran muralla (2017)*

Dir: Zhang Yimou
Int: Matt Damon, Pedro Pascal, Willem Dafoe, Andy Lau, Jing Tian, Zhang Hanyu, Eddie Peng, Lu Han, Kenny Lin, Ryan Zheng, Cheney Chen, Huang Xuan, Karry Wang, Vicky Yu, Liu Qiong.



Esta coproducción entre China y Estados Unidos se ha filmado en Quingdao (China) y Nueva Zelanda. Unos cuantos guionistas de prestigio como Tony Gilroy (uno de los creadores de la saga Bourne), Carlo Bernard (en la serie Narcos), Doug Miro (también en Narcos), Max Brooks (Guerra Mundial Z), Edward Zwick (El último samurái),o Marshall Herskovitz (también en El último samurái), se han inventado una sarta de tonterías y naderías a las que luego han intentado (sin éxito) dar algo de coherencia y sentido de la aventura. 

Las correrías de William (Matt Damon) y Tovar (el actor chileno Pedro Pascal) se han situado en el siglo XV en una China reinventada. Allí van a parar estos mercenarios, uno inglés  y el otro español, que son testigos directos, recién llegados, del misterio que rodea a la construcción de la Gran Muralla China; ambos descubrirán que no se construyó para mantener alejados a los mongoles, sino para algo más peligroso: se ha diseñado para contener la llegada de unos monstruos, que no parecen de este mundo, son ávidos devoradores de carne humana y, en realidad, amenazan a toda la humanidad.




Con esas premisas, y aun contando con la habilidad de Zhang Yimou para coreografiar las 
escenas de acción con numerosos extras, y a su brillante sentido de la estética, demostrados
sobradamente en películas como Hero (2002) o La casa de las dagas voladoras (2004), poco podía hacerse. De hecho, solamente los aspectos  más "circenses" pueden salvar ligeramente del ridículo a este espectáculo. 




Estamos ante lo peor de los dos "Imperios" (el chino y el yankee), orquestado por un gran director, en sus horas más bajas, o bien sometido a ese otro imperio que es el del capitalismo, y obligado por tanto a ponerse al servicio de un cine solo concebido como gran espectáculo, más allá de cualquier otra consideración.




Hacia tiempo que no veía algo tan ridículo, superficial y simplón. Una película que sólo parece alardear (de un modo torpe y confuso) del sentido de la disciplina y el patrioterismo del numerosos ejército chino, del lado bueno del mercenario norteamericano (perdón, inglés), y que deja claro que los latinos (el español) pueden ser excelentes "toreadores" de dragones y bastante traicioneros, llevados por la avaricia y la falta de esos ideales patrióticos que enaltecen la figura del "arquero inglesito". Todo un "coctail" de ideas simples, monstruos y guerreras voladoras, que termina por resultar indigesto...

A su vez hay un intento descarado de fusionar el tradicional cine chino de artes marciales y aventuras legendarias con las nuevas tendencias del cine fantástico. En esa línea no hay reparo en  tomar ideas y planteamientos (la épica, los seres monstruosos), por el lado de la recreación de la fantasía que han puesto muy de moda, la serie cinematográfica de El señor de los anillos, por un lado, o la serie televisiva Juego de tronos, por otro. Por cierto, la banda sonora es de Ramin Djawadi, el mismo compositor que tiene la popular serie inspirada en las novelas de George R.R. Martin, que todavía hace más evidente, en algunos momentos, lo que se pretendía lograr con La gran muralla.

Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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