martes, 26 de enero de 2021

Josep (2020)****

 Dir: Aurel

Int: Con las voces de Sergi López, Emmanuel Vottero, Xavier Serrano, David Marsais.



El dibujante de prensa francés Aurélien Froment ‘Aurel’ ha recuperado la figura de Josep Bartolí en esta brillante ópera prima titulada simplemente Josep. Josep Bartolí, fue un excelente dibujante y pintor catalán, un tanto olvidado, que sobrevivió en el terrible contexto del exilio y logró escapar de los campos de exterminio para acabar estableciéndose en México, donde entabló amistad con Frida Kahlo, y pintar decorados para películas históricas en Hollywood en Estados Unidos.



La verdad es que ya existe una larga lista de largometrajes de animación excelentes, dirigidos a un público adulto. Cineastas que por cuestiones puramente estéticas o por condicionantes de la historia que quieren transmitir, escogen la animación. En este caso la elección parecía muy lógica y adecuada. Un ilustrador y dibujante francés, con poca experiencia en el cine, escoge relatarnos las peripecias vitales de otro dibujante e ilustrador. Escoge, además, un tipo de animación limitada y tradicional que huye de las sofisticaciones del 3D y apuesta por un cierto estatismo que extrae una indudable belleza de los propios diseños de Bartolí, reinterpretados con maestría por Aurel. La dureza de los hechos que nos cuentan nos abre las puertas a los campos de concentración que los franceses crearon en el sur de Francia para albergar a los exiliados españoles, y lo hace sin ocultar la crueldad de los políticos que establecieron esas medidas y la de los carceleros que torturaron a aquellos españoles que tuvieron que salir de su país para salvar sus vidas.



La indudable belleza de las imágenes, aunque nos muestren de forma expresiva y efectiva la terrible situación de los campos, la estupenda elección de la música y canciones de Silvia Pérez Cruz, una de las pocas voces capaces de fusionar flamenco y jazz, facilitan la transmisión de un relato necesario y poco conocido. Muchos españoles sufrieron esta situación y no tuvieron la suerte de escapar. 

Algunos recientes relatos cinematográficos intentan recordarnos aquellos sucesos, como los documentales Gurs, Historia y Memoria (2017) de Verónica Sáenz o Francisco Boix, un fotógrafo en el infierno (2002) de Llorenç Soler, y volviendo a la figura de Francisco Boix, en la ficción naturalista de El fotógrafo de Mauthausen (2018) de Mar Targarona.



Aurel, en el cine, tenía poca experiencia, debutando con el cortometraje de animación Octobre noir ou Malek, Saïd, Karim et les autres... (2011), codirigida con Florence Corre. Aurel se apoya ahora en el experto guionista Jean-Louis Milesi, que tiene en su haber como director 5 largos y 2 cortos y más de 20 como guionista, destacando su trabajo en Marius y Jeannette (1997) y De todo corazón (1998), ambas de Robert Guédiguian. La historia, sin perder su valor documental, adquiere un sólido valor dramático ya que la vida de Josep Bartolí daba para adentrarnos en los ajetreados años finales de las décadas de los Treinta y los años iniciales de los Cuarenta del siglo XX. Para ello, desarrolla la figura de un "amigo en el infierno", uno de los gendarmes guardianes del Campo de Concentración de Argelès-sur-Mer.



En Febrero de 1939, el gobierno francés, abrumado por la oleada de republicanos que huyen de la dictadura de Franco, opta por confinar a los españoles en campos de concentración. En uno de aquellos campos, dos hombres, separados por un alambre de púas, traban una amistad. Uno de ellos es Josep Bartoli, un dibujante que lucha contra el régimen de Franco y el otro un guardián francés que se apiadará de Josep, y lo ayudará a sobrevivir. 



Josep Bartolí, era dibujante, sindicalista, escritor y militante del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Este ilustrador catalán retrató el horror que veía ante sus ojos en forma de dibujos de gran carga dramática, con un trazo “semi-realista, rápido, limpio, directo, justo y muy sensible”. De esas características Aurel ha sido capaz de extraer los suficientes elementos estilísticos para darle mucha fuerza e intensidad al relato audiovisual.



No me resisto a contarles algo más sobre el protagonista de esta historia. Josep Bartolí i Guiu (nacido en Barcelona, en 1910 y fallecido en Nueva York, el 3 de diciembre de 1995) fue sindicalista, pintor, escenógrafo, dibujante y escritor. Nació en 1910 en el seno de una familia vinculada a la música y el arte: su padre, Salvador Bartolí, fue profesor de música y llegó a componer alguna zarzuela. Siendo muy joven comenzó a trabajar como dibujante en la prensa y se implicó en el sindicalismo de la Barcelona de la época. Fundó el Sindicato de Dibujantes, y durante la Guerra Civil, ejerció de comisario político del POUM. Fue amigo de Victoria Kent. En febrero de 1939, casi al final de la Guerra Civil Española (1936-1939), atravesó la frontera con Francia. A lo largo de dos años, pasaría por siete campos de concentración, el último de ellos el de Bram, de donde se evadió. Detenido por la Gestapo, fue enviado al campo de Dachau, pero en el camino huyó saltando del tren y, tras un largo periplo, llegó a México. Allí retomó su actividad pictórica, entró en contacto con el entorno de Diego Rivera y Frida Kahlo, de quien fue amante, y participó en la fundación de la galería Prisse. En Estados Unidos fue primer dibujante de la revista Hollyday, donde se convertiría en uno de los artistas más cotizados de la época. Realizó decorados para películas históricas en Hollywood y formó parte del grupo 10th Street, junto con Willem de Kooning, Franz Kline, Jackson Pollock y Mark Rothko.



La historia, reinterpretada por Milesi y Aurel, se nutre de la realidad para ofrecernos un fresco sugerente y entretenido que desarrolla algunos de los sucesos y los convierte en un relato ágil y fresco que combina las mejores virtudes del cómic y el cine. 

En 1973 Josep Bartolí, recibió el premio Mark Rothko de Artes Plásticas. Entre sus libros ilustrados se encuentran Calibán (1971), The Black Man in America (1975) y Campos de concentración (México, 1943; Madrid, España, 2007), que sobre textos del periodista catalán Narcís Molins i Fàbrega, recoge su extensa serie documental de dibujos a plumilla sobre su experiencia en los campos de concentración y en buena medida sirvieron como inspiración a Aurel o se tomaron en algunos casos directamente para reforzar los diseños del film de animación.




Roberto Sánchez.