domingo, 22 de febrero de 2015

El francotirador (American Sniper, 2014)***

Dir: Clint Eastwood
Int: Bradley Cooper, Sienna Miller, Luke Grimes, Jake McDorman, Kyle Gallner, Keir O'Donnell, Eric Close, Sam Jaeger, Owain Yeoman, Brian Hallisay, Marnette Patterson, Cory Hardrict, Joel Lambert, Eric Ladin, Madeleine McGraw 

No es extraño que Clint Eastwood haya dirigido su mirada hacia la autobiografía del marine Chris Kyle. Partía del libro coescrito por Scott McKewen, James Defelice y el propio Kyle. El guión lo firma Jason Hall, un actor y escritor californiano que ya había demostrado cierto gusto por la polémica en sus guiones para las fallidas El poder del dinero (Paranoia, 2013, de Robert Luketic) o American playboy (Spread, 2009. de David Mackenzie).  Kyle es uno de los escasos héroes oficiales de las recientes guerras que han ocupado a los Estados Unidos. Fue un tejano que batió el récord de enemigos abatidos como francotirador del ejército norteamericano. Kyle, interpretado con sobriedad y eficacia por Bradley Cooper, era un hijo de unos humildes granjeros, luego fue un "Cowboy" bastante descerebrado y violento, que después de una decepción amorosa, parece encontrar en los Navy Seals su verdadera vocación, o, al menos, esa es una de las posibles visiones que propicia el film. Su padre le enseñó a disparar, demostrando tener una puntería fuera de lo normal desde los ocho años, y le inició en una filosofía de vida básica que se reducía a tres posibilidades: ser "oveja", "perro pastor" o "lobo". El deseaba fervientemente que su hijo pudiera pertenecer a la categoría de los "perros pastores", siempre dispuestos a proteger el rebaño. Con treinta años parece que su vocación empezó a desarrollarse plenamente, gracias al entrenamiento en uno de los cuerpos de élite de la armada norteamericana (los Navy Seals, ya citados), y a  su puntería logró alcanzar una cifra oficial de 160 abatidos (en realidad parece que pudieron ser 255) que, como se muestra en el film, incluía a mujeres y niños, creando algún que otro conflicto moral en el francotirador; que  resolvió con cierta facilidad, aunque parece que su actividad como militar profesional puso en evidente riesgo la estabilidad de su matrimonio. Recibió varios apodos como el de “La leyenda”, o "El demonio de Ramadi", e inevitablemente, la noticia de sus hazañas llegó hasta las filas enemigas. Se puso precio a su cabeza y se convirtió en objetivo prioritario de los insurgentes. En Irak, Chris participó en cuatro peligrosas misiones, que sirven en el film para ir estructurando el relato. 
En el caso de Clint Eastwood, después de la pésima Jersey Boys (2014), y ya con 85 años, las posibilidades de que este maestro del cine norteamericano volviera a darnos un buen film eran dudosas, sin embargo American Sniper, es una película más que apreciable que, además, le permite volver a un discurso marcadamente conservador que, en realidad, nunca había abandonado. Su habilidad, sobre todo después de Sin perdón (Unforgiven1992) era disimularlo tras un cierto desencanto ante la utilidad de la violencia para resolver conflictos. Y después de todo, nuestro francotirador es precisamente un cowboy tejano, salido de los mismos ambientes retratados en ese western, ahora suficientemente preparado para proteger al rebaño. Como a muchos norteamericanos, supongo, los atentados en suelo norteamericano en 1993, le ayudaron a afirmarse en la necesidad de la acción directa y en su justificación. Males necesarios para obtener el bien general (en especial el de los norteamericanos y sus intereses en el mundo). Este film, además, es una descarada propaganda de lo útil que puede resultar el ejército para encauzar la trayectoria de potenciales asesinos, redirigiendo sus impulsos hacia el "enemigo" y entrenando al "lobo", hasta convertirlo en un  buen "perro pastor",  eficiente, equilibrado y que una vez hecho su trabajo pueda volver a integrarse en la sociedad. En ese sentido, el film de Eastwood, casi se desentiende del desenlace final que tuvo Chris Kyle, sobre el que parece terminó por imponerse el conocido refrán de raigambre bíblica: "Quien a hierro mata, a hierro muere". Los claroscuros que el personaje real tuvo en su posterior vida como civil, importan muy poco, y, además, como no podría ser de otro modo, las escenas de acción están brillantemente elaboradas, pero logrando un grado de sobriedad y verismo suficientes para satisfacer por igual a un amplio público y a la crítica más sesuda.

R. S.

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

martes, 17 de febrero de 2015

La señal (The Signal, 2014)***

Dir: William Eubank
Int: Laurence Fishburne, Brenton Thwaites, Olivia Cooke, Beau Knapp, Lin Shaye, Robert Longstreet, Jeffrey Grover.

Tres estudiantes desaparecen sin dejar rastro cuando estaban investigando la pista de un hacker de ordenadores. Todo empieza cuando Nic (Brenton Thwaites), su novia Haley (Olivia Cooke) y su mejor amigo Jonah (Beau Knapp), que viajan por carretera a través del Suroeste, dan un rodeo para localizar a un genio informático que ya ha conseguido colarse en los sistemas del MIT y sacar a la luz fallos de seguridad. Los jóvenes han despertado la curiosidad del misterioso hacker y viceversa. Al ponerse en contacto, de repente, todo se oscurece. Cuando Nic recobra el conocimiento, tiene la impresión de estar viviendo una pesadilla: sus amigos no aparecen y a él lo está interrogando el Dr. Wallace Damon (Fishburne). Mientras se libra una batalla de ingenios entre ambos, Nic busca un modo de liberarse. William Eubank, Carlyle Eubank y David Frigerio, los guionistas, han construido una estructura habilidosa, que , en cierta medida, subsana las lagunas e incoherencias de la historia narrada, mediante trucajes y trampas propios del género de la ciencia ficción de bajo presupuesto. William Eubank ya había demostrado en Love (2011) que podía realizar un largometraje de ciencia ficción de ese tipo, y ahora insiste apoyándose sobre todo en una serie de ideas tópicas del género ("El Área 51", los extraterrestres, las epidemias apocalípticas, los superpoderes), pero hábilmente combinadas, y empezando por lo que parece otra película más de terror juvenil, a la que añade inesperadamente situaciones propias del cyberpunk, y una puesta en escena sugerente y elusiva -motivada seguramente por el bajo presupuesto- que deja de interesar cuando empieza a desvelarnos lo que en realidad está ocurriendo...Afortunadamente, en ese momento, la película termina, evitándonos cualquier justificación argumental...


R. S.

-Aragonia-

lunes, 16 de febrero de 2015

Cincuenta sombras de Grey (Fifty Shades of Grey, 2015) *

Dir: Sam Taylor-Johnson
Int: Dakota Johnson, Jamie Dornan, Max Martini, Eloise Mumford, Luke Grimes, Marcia Gay Harden, Jennifer Ehle, Rita Ora, Andrew Airlie, Victor Rasuk, Callum Keith Rennie, Anthony Konechny, Dylan Neal, Emily Fonda, Jason Cermak.

Se ha estrenado en España, este fin de semana de San Valentín, la adaptación al cine de Fifty Shades of Grey, la primera entrega de la trilogía literaria que se completa con Cincuenta sombras más oscurasCincuenta sombras liberadas.
Estamos ante un producto comercial concebido en Hollywood para intentar emular el éxito editorial de las novelas de E. L. James. Esta película pertenecería a un supuesto género que mezclaría erotismo y novela  rosa, y en algunos momentos parece más pensado para alimentar la afición al mundo de los objetos eróticos, tan en boga como el tuppersex de los últimos tiempos, que para construir una supuesta película provocadora en los aspectos relativos al sexo.
Las prácticas sexuales del contrato ofrecido, y nunca firmado, por el exitoso hombre de negocios Christian Grey (Jamie Dornan) a  Anastasia (Dakota Johnson), una chica virgen, son un catálogo esquemático de tópicas fantasías sexuales. Los catálogos, a fin de cuentas, pretenden una cierta normalización, a la que me temo conduce esta película, empeñada en uniformizar hasta lo más íntimo del ser humano que es su imaginación. Como sucedía en otras épocas de "elevada moral", este "desvío" de la norma sexual aceptada, será poco a poco corregido y todo hace suponer -algo de eso ya está sugerido en el final de esta película- que todos volverán a su redil en las próximas entregas, un redil que, en realidad, nunca abandonaron ni Anastasia, ni Christian..., por muy especiales que parezcan.
La directora británica Sam Taylor-Johnson ha batido todo un récord, realizar una de las peores películas de los últimos tiempos, pero con una rentabilidad y éxito asegurados; ha logrado calcular (supongo que de la mano de sus productores y guionista) el porcentaje suficiente de carne desnuda, para provocar la curiosidad y el morbo, pero con las restricciones necesarias para un estreno comercial sin problemas con la hipócrita moralidad imperante.  

R. S.

-Aragonia, c. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

domingo, 8 de febrero de 2015

Timbuktu (Le chagrin des oiseaux, 2014)***

Dir: Abderrahmane Sissako
Int: Abel Jafri, Hichem Yacoubi, Kettly Noël, Pino Desperado, Toulou Kiki, Ibrahim Ahmed, Layla Walet Mohamed, Mehdi A.G. Mohamed, Fatoumata Diawara, Adel Mahmoud Cherif, Salem Dendou, Mamby Kamissoko, Yoro Diakité, Cheik A.G. Emakni, Zikra Oualet Moussa, Weli Cleib.

Año 2012, la ciudad maliense de Tombuctú ha caído en manos de extremistas religiosos. Kidane (Ibrahim Ahmed) vive tranquilamente en las dunas con su esposa Satima (Toulou Kiki), su hija Toya (Layla Walet Mohamed) e Issam (Mehdi A.G. Mohamed), un niño pastor de 12 años. Pero en la ciudad los habitantes padecen el régimen de terror impuesto por los yihadistas: prohibido escuchar música, reír, fumar e incluso jugar al fútbol. Las mujeres se han convertido en sombras que intentan resistir con dignidad. Cada día, unos tribunales islamistas improvisados lanzan sentencias tan absurdas como trágicas. El caos que reina en Tombuctú no parece afectar a Kidane hasta el día en que accidentalmente mata a Amadou, un pescador que ha acabado con la vida su vaca favorita. Ahora debe enfrentarse a las leyes impuestas por los ocupantes extranjeros. Guión de Abderrahmane Sissako y Kessen Tall que profundiza en la sinrazón del extremismo religioso con un sentido poético, impensable en la narrativa occidental, y que intenta trasladar al lenguaje cinematográfico la peculiar forma de narrar de las culturas tribales africanas. Hay momentos de gran maestría y juego simbólico (los ídolos de madera y las gacelas ametralladas por los yihadistas), y otros dónde de un modo más explícito (una lapidación) se nos muestra el horror sin límites que parece haberse extendido por muchos países de África. Abderrahmane Sissako es un director mauritano que lleva en activo desde 1991 y que ahora dirige su cuarto largometraje de ficción. Su gusto por la música y la comedia (perseguidas igualmente por la irracionalidad del extremismo islámico) siempre estuvieron presentes (también en sus cortometrajes y piezas documentales)  y vuelven a aparecer, nadando con habilidad contra la corriente de la historia relatada en esta bella película, que por ser fiel a un lenguaje característico de un autor, siempre respetuoso con las raíces africanas, puede resultar algo ardua para un espectador occidental, mal acostumbrado a otros ritmos narrativos, y a mensajes tan intrascendentes que parecen no existir. Timbuktú es un film sutilmente político, de clara denuncia ante la barbarie que difunde la interpretación más irracional y palurda del Islam. 



R. S.

-Palafox-

El destino de Júpiter (Jupiter Ascending, 2015) **

Dir: Andy Wachowski y Lana Wachowski
Int: Mila Kunis, Channing Tatum, Eddie Redmayne, Sean Bean, Doona Bae, Douglas Booth, Vanessa Kirby, Jo Osmond, Christina Cole, Spencer Wilding. 


Jupiter Jones (Mila Kunis) nació bajo el cielo de la noche, y las señales apuntaban a que estaba llamada a grandes cosas. Aunque sigue soñando con las estrellas, su vida se reduce a la dura realidad de su trabajo como limpiadora de casas. Y no es consciente del destino que la está aguardando hasta que Caine (Channing Tatum), un ex militar genéticamente modificado (un "fusionado" entre perro y humano), llega a la Tierra para encontrarla; la razón es que Júpiter forma parte de una cadena genética extraordinaria que podría alterar el equilibrio de todo el Universo.
Los Hermanos Wachowski han decidido que ya era el momento de dedicarse a la Space Opera y de volver a relatarnos el cuento de la Cenicienta, pero con algunos añadidos de la era cibernética. Le han puesto a la salsa algunas gotas de cyberpunk, la han agitado con recuerdos a las sagas galácticas de Georges Lucas y de las series clásicas de ciencia ficción (por ejemplo Star Trek), y todo bien revuelto da como resultado una película tremendamente incoherente, y al tiempo espectacular. Es cierto que todo el desconcierto que provocan llega a resultar entretenido, si uno se dedica a entresacar unas cuantas referencias más que van desde el homenaje a los universos surrealistas y "retro" de Terry Gilliam -que aparece en el film como si fuera uno de los personajes de su estupenda Brazil (1985), también homenajeada en el film-, pasando por los mundos de Flash Gordon -cortesía de los cómics de Alex Raymond- y  las complejas tramas industriales e imperiales, enmarcadas en  los decadentes ambientes art decó del Dune de Frank Herbert -que adaptó como pudo para el cine David Lynch en 1984-. Todo ello produce un mejunje difícil de digerir, que no todos aceptaran y que desde luego está muy lejano de la capacidad de impacto que tuvo su trilogía Matrix (1999-2003) en el cine y el género de la ciencia ficción. Hay que ser bastante "freaki" para aceptar este desmadre sin sentido...


R. S.

-Aragonia, c. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

lunes, 2 de febrero de 2015

Nightcrawler (2014) ****

Dir: Dan Gilroy

Int: Jake Gyllenhaal, Rene Russo, Riz Ahmed, Bill Paxton, Kevin Rahm, Ann Cusack, Eric Lange, Anne McDaniels, Kathleen York, Michael Hyatt.

Tras ser testigo de un accidente, Lou Bloom (Jake Gyllenhaal), un apasionado joven con marcados rasgos sociópatas, que no consigue encontrar trabajo, descubre las posibilidades de promoción que le ofrece el mundo del periodismo criminalista en la peligrosa ciudad de Los Ángeles. Lou Bloom, bastante inteligente y carente de escrúpulos, termina convirtiéndose en todo un modelo de triunfador, en un poderoso símbolo del modo en que funciona el mundo de la información en la sociedad ultracapitalista de Estados Unidos. El concepto de libertad informativa, tal y como lo emplean los responsables de los informativos diarios en esta película, puede suponer, si se corresponden con una cierta realidad, una profunda, constante y consciente vulneración de nuestros derechos más básicos. Los medios de comunicación, controlados por un mundo empresarial despiadado, comercian sin problemas con la sangre y la muerte. El brillante guión de Dan Gilroy es capaz de contarnos todo eso y además de construir un thriller de gran dinamismo, con un soberbio trabajo de Jake Gyllenhaal. Como comentó un joven espectador a la salida de la sesión que yo tuve la suerte de contemplar, la película consigue sacar de ti más de una risa nerviosa, de la que pronto sientes ciertos remordimientos, ya que parece políticamente poco adecuado disfrutar con las actividades de este insaciable reportero de la noche. Lou se mueve con inteligencia y una violencia soterrada -o explícita, según los casos- que, aunque sea de modo indirecto, siempre sirve a sus intereses. El californiano Dan Gilroy, que debuta como director, después de haberse dedicado a la escritura de guiones mercenarios (por ejemplo el de Acero puro, en 2011,o el de El legado de Bourne, en 2012), que parece haber superado, nos propone ahora una espectacular vuelta de tuerca sobre el mundo de los reporteros independientes, a la caza de la muerte y la sangre en medio  de las calles de Los Ángeles. Un thriller de acción que va mucho más allá del mero entretenimiento.


R. S.

-Aragonia-

Capitán Harlock (Uchû Kaizoku Kyaputen Hârokku, 2013)*

Dir: Shinji Aramaki


Cinco años de producción, 896 terminales empleados, 806 dispositivos usados para renderizar 1.400 planos; los números de Uchû Kaizoku Kyaputen Hârokku son impresionantes. No es para menos: la expectación ante el reboot del manga de Leiji Matsumoto en un universo tridimensional era muy alta, y el equipo del filme se esforzó al máximo en los aspectos técnicos; intentando mantener, en los aspectos argumentales, la esencia de las aventuras de este pirata del espacio, aunque para ello hubiera que eliminar cualquier coherencia a la historia. El baño de tecnología CGI es en algunos momentos apabullante y, al parecer, ha despertado la admiración del mismísimo James Cameron. Pero estamos ante un despropósito continuo, con un mínimo y escaso sentido narrativo, que, al final, ni siquiera tiene sentido como espectáculo visual. En definitiva, el resultado es completamente decepcionante para cualquiera que no sea un otaku entregado sin remisión a la causa del anime y el manga...Los guionistas responsables de este desaguisado son Harutoshi Fukui y Kiyoto Takeuchi, que han intentado trasladar el espíritu del manga original, sin lograr nada más que un amontonamiento de tópicos sobre la space opera y la propia serie dibujada que ya tuvo una adaptación para la televisión (en 1978) y un largometraje titulado El Capitán Harlock en Arcadia (1982) de Tomoharu Katsumata, que también pasó sin pena ni gloria...

R.S.

-Aragonia, Yelmo-