jueves, 29 de septiembre de 2022

Crímenes del futuro (2022)**

 Dir: David Cronenberg

Int: Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart, Scott Speedman, Welket Bungué, Don McKellar, Lihi Kornowski, Tanaya Beatty, Nadia Litz, Yorgos Karamihos, Yorgos Pirpassopoulos, Denise Capezza, Ephie Kantza, Jason Bitter.



La cirugía como espectáculo y metáfora de un futuro poco halagüeño

David Cronenberg es, sin duda, un cineasta que ha marcado la evolución del cine de género fantástico de las ultimas cuatro décadas, desde sus comienzos a finales de los años setenta del pasado siglo XX. En su extensa filmografía podemos encontrar títulos (ahora mismo de culto entre muchos cinéfilos y amantes del género) como Vinieron de dentro de... (1975), Rabia (1977), Cromosoma 3 (1979), Scanners (1981), Videodrome (1983), La zona muerta (1984), La mosca (1986) o la inquietante Dead Ringers / Inseparables (1988), filme estrella del Festival de Cine fantástico de Sitges de ese año que tuve la suerte de vivir en directo y al que asistió en persona el actor Jeremy Irons, su protagonista. 



En casi todos estos títulos, Cronenberg muestra ya una visión desasosegante del futuro, así como su interés por una inquietante evolución científica y tecnológica hacia el mismo. Hay que saltar a Crash (1996) para encontrar una historia con similitudes visuales y temáticas más próximas a esta Crímenes del futuro, un título que nos remite al género del thriller (género que bordó en 2005 en Una historia de violencia y, dos años después, en Promesas del Este) aunque estemos en un filme donde sigue predominando el género fantástico.



¿Y qué es lo que nos cuenta Crímenes del futuro? Buena pregunta, porque este último trabajo del cineasta canadiense afincado en Estados Unidos es bastante críptico y farragoso, no apto ni digerible para la mayoría de los espectadores que suelen acudir a las salas. Pues bien, en un futuro distópico, cuando la especia humana trata de adaptarse a un entorno cada vez más extraño y menos natural. Saul Tenser (Viggo Mortensen), un célebre artista, escenifica la metamorfosis de sus órganos en curiosas performances.


Timlin, una investigadora de la Oficina del “Registro Nacional de Órganos”, sigue de cerca sus prácticas de un 
modo obsesivo. En esas circunstancias, un grupo misterioso hace su aparición. Desean aprovechar la figura de Tenser para revelar al mundo la próxima etapa de la evolución humana. 



Visualmente, Crímenes del futuro contiene escenas impactantes y una atmósfera conseguida con un fondo Neo Noir reforzado por una hipnótica partitura del veterano Howard Shore, que nos recuerda un tanto a la de filmes futuristas como Blade Runner. Además de la música y la atmósfera, se apoya en las buenas interpretaciones de su pareja protagonista, Viggo Mortensen y la hermosa actriz francesa Léa Seydoux. Con eso y con todo, la película se pierde en un lenguaje de palabrería seudo-científica y en una historia que nos muestra a unos humanos con mentes enfermizas. 



El propio Cronenberg no ha ocultado su experimentación con drogas como el LSD o su estancia en instituciones psiquiátricas, así que, sin duda, su mente creativa, genial y algo demente le otorga un sello como cineasta con la genuina “marca de la casa” Cronenberg.

Para mi, Crímenes del futuro, aunque contiene mensajes de crítica social y de tinte ecologista (casi todos los seres humanos tenemos ya plástico en nuestro cuerpo ingerido a través del agua y los pescados), como la obsesión por el cuerpo y la cirugía estética (la cirugía es el nuevo sexo, se afirma en el filme), el lado frívolo de la tecnología, el “body horror” como espectáculo de masas; el tatuaje y las modificaciones extremas como revelación de un vacío existencial y de una sociedad carente de valores y de espiritualidad. Todo eso está en Crímenes del futuro, aunque resulta un cóctel sobrecargado de unos ingredientes que, como dije al comienzo de este artículo, resultará indigesto para muchos espectadores.



David Cronenberg, conste, es un director que admiro, que no tiene ya nada que demostrar a sus casiochenta años de edad, pero que con este último trabajo me ha decepcionado. Creo que Crímenes del futuro es un filme fallido, desconcertante y con un metraje excesivo. Que, además, ofrece al espectador concepciones y pensamientos del cineasta ya mostrados en muchos de sus filmes anteriores ya citados. Se mueve en la línea visual de la reciente Titane (2021) de la directora francesa Julia Ducournau, aunque se le agradece a Cronenberg una mayor contención en cuanto al uso y abuso de la casquería. 

La transformación de los cuerpos y las implicaciones morales y psíquicas que derivan de estos cambios, el concepto sadomasoquista de hallar el placer a través del dolor..., todo eso ya estaba presente en Crash (1996), que fue premiada en el Festival de Cannes, y para mí un filme transgresor, revolucionario y muy superior a este raro y descafeinado Crímenes del futuro. Un extraño filme fantástico con ínfulas de thriller que al final se queda en una atmósfera perturbadora y una historia truculenta y poco más. 

Recomendable solo para seguidores acérrimos del ya mitificado David Cronenberg. Espectadores aprensivos o impresionables por las intervenciones médicas, mejor abstenerse. Y, para los que comen en las salas de cine, no intenten disfrutar de las palomitas durante la proyección, porque puede resultarles misión imposible.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine

lunes, 12 de septiembre de 2022

Tres mil años esperándote (2022)***

 Dir: George Miller

Int: Idris Elba, Tilda Swinton, David Collins, Alyla Browne, Hayley Gia Hughes, Angie Tricker, Sarah Houbolt, Kaan Guldur, Jason Jago, Aska Karem, Aiden Mckenzie, Berk Ozturk, Jack Braddy, Randolph Fields, Anna Adams, John Puckeridge-Webb, James Dobbins Jones, Hugo Vella, Callum Moran, Tendai Dzwairo, Tahlia Crinis, David Paulsen, Nicolas Mouawad, Shakriya Tarinyawat.




Las mil y una noches han sido una fuente casi inagotable de relatos y cuentos de origen medieval. La 
fantasía y el sentido de lo maravilloso que alberga esta amalgama de cuentos y relatos de diversos orígenes orientales han sido retomados continuamente por la literatura y el cine en el mundo occidental. 

El guion de Tres mil años esperándote es de George Miller y Augusta Gore y adaptan el relato corto The Djinn in the Nightingale's Eye de A.S. Byatt, autora que ya ha inspirado con su novela corta Morpho Eugenia, la película Ángeles & insectos (1995) de Philip Haas y con su novela Possession (Premio Booker en 1990 y Premio Erasmus en 2016), el filme Posesión (2002) de Neil LaBute. A. S. Byatt es el seudónimo de Antonia Susan Duffy (nacida en 1936), novelista, poeta, profesora y filóloga británica. El oficio como novelista y filóloga mucho tienen que ver con Alithea (Tilda Swinton) el personaje protagonista, de oficio "narratóloga", que tendrá unas más que interesantes conversaciones con "El Djinn" (Idris Elba), que deviene en protagonista auténtico al relatarnos, cual Scheherezade, las diferentes historias que le han llevado, después de tres mil años, a las manos de Alithea a la que deberá convencer para que solicite sus tres deseos que pueden liberarle.



No es extraño que el australiano George Miller se interesara por este entretenido relato. Y que haya sido capaz de modernizarlo, con un éxito moderado y sin traicionar la esencia de estas viejas y eternas historias. Miller, tiene una variada filmografía como director, productor y guionista (nacido en 1945) que incluye Mad Max - Salvajes de autopista (1979), Mad Max 2, el guerrero de la carretera (1981), Mad Max, más allá de la cúpula del trueno (1985) y Mad Max: Furia en la carretera (2015), cuatro incursiones (seguramente habrá una quinta) en el univeso de lo distópico que han sido de gran influencia en este subgérero. Más cerca de la fantasía estuvo en Las brujas de Eastwick (1987), adaptando una novela de John Updike y en uno de los fragmentos de En los límites de la realidad (1983); afrontó en El aceite de la vida (1992), una historia real sobre una familia luchando con una rara enfermedad que afecta a su hijo. Curiosamente, giró su trayectoria hacia un "cine para toda la familia", sirviéndose de las renovadas técnicas de animación en 3D, produciendo Babe, el cerdito valiente (Chris Noonan, 1995), dirigiendo Babe, el cerdito en la ciudad (1998), produciendo y codirigiendo (junto a Warren Coleman y Judy Morris), Happy Feet: Rompiendo el hielo (2006) y Happy Feet 2 (ahora dirigiendo junto a Gary Eck y David Peers). 

Esta larga digresión sobre la filmografía de George Miller era necesaria. Sorprendió a todo el mundo con la última entrega de Mad Max, ganando 6 premios Óscar que no le permitieron, retomar el éxito comercial de décadas anteriores. Cierto es que la pandemia y el tiempo largo de elaboración de sus proyectos, dificultaron el desembarco de Tres mil años esperándote, filme más ambicioso de lo que pueda aparentar al surgir de un relato corto.


Lo cierto es que la reconstrucción de las aventuras del Djinn (para nosotros el Genio de la Lámpara) es 
suntuosa y rinde homenaje a las ya míticas versiones de El ladrón de Bagdad, de Raoul Walsh (en 1924), de Ludwig Berger, Michael Powell y Tim Whelan (en 1940) o Las mil y una noches (John Rawlins, 1942). Ocupa la primera parte y es seguramente lo mejor del filme, junto a las inteligentes diálogos entre la narratóloga y el Djinn, sobre la eternidad de ciertas historias, presentes desde el albor de la raza humana. De cómo muchos cuentos narrados a la lumbre de las hogueras y el abrigo de las cuevas, han llegado hasta los más sofisticados formatos digitales sin transformaciones profundas, dejando profundas huellas que siguen presentes hasta en los videojuegos que ya llevan tiempo inspirando, en un camino de ida y vuelta, otro éxito como Prince of Persia: las arenas del tiempo (Mike Newell, 2010). Los personajes de Las mil y una noches siguen teniendo garantías de éxito en el cine de aventuras. Así lo entendió la Disney en Aladdín (Ron Clements y John Muskery, 1992) y en la versión de "carne y hueso" en la que Will Smith asume el personaje de El Genio en un "nuevo" Aladdín (Guy Ritchie, 2019).



La película decae cuando los protagonistas desembarcan en Londres, dejando atrás la magia que irradia de las narraciones del Djinn / Idris Elba y una ciudad como Istambul, aunque sea desde la habitación de un hotel. El relato pierde su fuerza cuando se aproxima a la triste existencia cotidiana, a un mundo gris, difícil de iluminar aún con los destellos de la fantasía.

Con todo, no se repiten demasiados esquemas y les recomiendo sumergirse en la magia de Las mil y una noches, bajo un punto de vista más moderno quenos ofrece George Miller que además, nunca deja de lado, en el relato, la pasión amorosa que surge entre El Genio (la fantasía) y la Filóloga (la ciencia).


Roberto Sánchez 

lunes, 5 de septiembre de 2022

¡Nop! (2022)***

 Dir: Jordan Peele

Int: Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Steven Yeun, Terry Notary, Donna Mills, Michael Wincott, Barbie Ferreira, Jennifer Lafleur, Ryan W. Garcia, Sophia Coto, Andrew Patrick Ralston, Conor Kowalski, Gloria Cole, Lincoln Lambert, Mark Casimir Dyniewicz, Griffin Fenady, Evan Shafran.



El "Black Power" según Jordan Peele

Nacido en Nueva York, el cineasta y guionista afroamericano Jordan Haworth Peele saltó al estrellato del mundillo cinematográfico gracias a su primer y exitoso largometraje Déjame salir (Get Out, 2017), extraño filme que se movía entre el thriller, el terror y la comedia, y en el que el protagonista, un joven afroamericano, se enfrentaba a la familia de su novia blanca (Allison Williams) al igual que Sidney Poitier en la maravillosa Adivina quién viene esta noche, dirigida por Stanley Kramer en 1967, sin duda la principal referencia de Peele. 


En realidad, todo ese filme racial y blaxploitation de finales de los 60 y década de los 70, es el 
principal pilar en el que se apoya Jordan Peele para reivindicar este nuevo "Black Power" dentro de unos Estados Unidos que, a pesar de estar en la segunda década del siglo XXI, sigue siendo un país con problemas y comportamientos racistas que han provocado numerosos disturbios y recientes protestas en las grandes ciudades (como ya ocurrió, décadas atrás, cuando asesinaron al reverendo y activista Martin Luther King). 


Ya en los años 90, el cineasta Spike Lee (el otro icono afroamericano del cine USA), dirigió filmes como 
Fiebre salvaje (1991), Malcolm X (1992), Clockers (1995) o Girl 6 (1996), en los que ponía en valor figuras y valores que fueron cruciales en la lucha por los derechos civiles de la comunidad negra en Estados Unidos. 

Con todas estas mimbres e influencias, Jordan Peele se vale de la mezcla de géneros en este Nope (su título original) para componer una extraña película (como todas las suyas), que se mueve entre la ciencia ficción, la intriga y el terror. 



Nope es su tercer largometraje tras el ya citado y Déjame salir (Óscar al Mejor Guión, 2017) y el, para mí, fallido Nosotros (2019), un filme largo y tedioso, tan personal que a Peele pareció darle exactamente igual lo que de él opinase el público. Entre Nosotros y ¡Nop!Jordan Peele se volcó en la creación de series para televisión como The Last Original Gangster (2018), Weird City (2019) o la nueva versión de The Twilight Zone (2019) a través de suproductora "Monkeypaw".


En Nope, el cineasta Jordan Peele nos cuenta la extraña experiencia que viven unos rancheros de color de 
la California rural cuando se tienen que enfrentar a unos fenómenos inexplicables que aparecen en sus cielos, y que les llenan de inquietud, incredulidad e incertidumbre. Visualmente bien resuelta, sobre todo en cuanto a la atmósfera, gracias a la eficiente banda sonora del compositor Michael Abels y el potente sonido Dolby Atmos, y con la aportación de la estupenda fotografía del galardonado Hoyte Van Hotyema (director de fotografía de los últimos trabajos de Christopher Nolan), Nope contiene secuencias de gran poderío visual, aunque alterna éstas con otras que no aportan gran cosa a la historia y la ralentizan, siendo ya de por sí un filme que cuenta con un metraje bastante excesivo (130 minutos).


Nope, título tan inclasificable como todo el cine de Peel, es difícil de calificar y definir. Un filme 
desconcertante, recomendable para seguidores acérrimos del nuevo "Enfant Terrible" del cine afroamericano del siglo XXI y que es posible que deje frío a muchos de los espectadores que acudan a las salas al calor de un thriller muy bien ideado comercialmente. Veremos que misterios y  enigmas nos reservará Jordan Peele para su siguiente largometraje. Yo NOP me lo imagino. 


Gonzalo J. Gonzalvo 🖋️

Escritor y Crítico de Cine.