martes, 30 de agosto de 2016

Secuestro (2016)***

Dir: Mar Targarona
Int: Blanca Portillo, Antonio Dechent, José Coronado, Andrés Herrera, Macarena Gómez, Marc Domenech, Vicente Romero, Nausicaa Bonnín, Josep Maria Pou, Ramón Fontseré



Las decisiones y sus consecuencias

El maestro Woody Allen en su excelente filme Match Point exploró con absoluta maestría las consecuencias  de los actos y las decisiones morales. Ésta sería la temática central de la historia que se nos cuenta en Secuestro, una cinta que se mueve entre los géneros del suspense y el terror, jugando bien con los elementos y los resortes de ambos  géneros,  componiendo un thriller con una atmósfera e interpretaciones que no tienen nada que envidiar a algunos filmes norteamericanos que nos llegan y que alcanzan buenas cifras de taquilla.   

Secuestro es una historia protagonizada por Patricia, una abogada desalmada interpretada por una excelente Blanca Portillo, cuyo hijo desaparece para reaparecer, de repente, tras haber sufrido un presunto intento de secuestro. La abogada hará todo lo posible por alejar al presunto culpable acosador de su pequeño, recurriendo a mecanismos que pondrán en marcha una sucesión imparable de hechos de consecuencias imprevisibles. 



Un equipo de excelentes actores encabezado, como digo, por Blanca Portillo, y rodeada de actores de la talla de José María Pou, José Coronado (en un breve pero intenso papel), Antonio Dechent , o una estupenda Macarena Gómez, dan lustre a un filme en el que también asistimos al descubrimiento del niño Marc Domenech, estupendo en su primer papel en el cine. 

Su directora, Mar Targarona, se inició en el largometraje en 1995 con Muere mi vida, una comedia muy negra en la que el tema de la venganza ya dominaba en la historia. Tras trabajar para televisión en diversas series, (una de ellas Ojo por ojo) donde incidía también en esa cuestión como tema central, nos llega ahora 6 años después este Secuestro, un filme qué contiene diversos homenajes cinéfilos que sin duda los aficionados al género reconocerán (como a un estupendo thriller de Urbizu) y, como digo, con una atmósfera negra impulsada y recreada por una estupenda fotografía de Sergi Bartoli y un efectivo guión de Oriol Paulo. Este joven guionista y también director (que tiene previsto estrenar el año que viene el filme A contratiempo), guionista de Los ojos de Julia (filme dirigido en 2010 por Guillem Morales que atrajo el interés del mexicano Guillermo del Toro como productor), ha dirigido también con acierto el thriller español El cuerpo (2012), demostrando en ambos trabajos que conoce los recursos y los resortes tanto del suspense como del terror. 

Secuestro, trata además en su trasfondo social otros temas como son: el bullying, la corrupción y el afán desmedido de dinero en el ejercicio profesional en una sociedad acogida al "vale todo" que cada vez se aproxima más a la norteamericana tanto social como económicamente. 

Por sacarle algún pero, Secuestro tiene quizá demasiados giros para retorcer la historia (así como algún pequeño fallo que podría haber sido subsanado y que no afecta demasiado a su cómputo global), aunque es con esas nuevas vueltas de tuerca de guión cuando logra sorprender al espectador, al que mantiene en tensión en todo momento a la espera de ir encajando las piezas del rompecabezas. Las buenas interpretaciones y la empatía del  público, especialmente con el niño, logra que el filme vaya fluyendo sin problemas. Con este Secuestro,  Mar Targarona, tras años de ausencia en la gran pantalla, se ha puesto de nuevo de forma valiente ante la cámara para construir un thriller muy digno y con una factura visual impecable, manejando bien los resortes del género.  



Un thriller español que, si fuese norteamericano y estuviese protagonizado por grandes estrellas, seguramente estaría bien alto en la taquilla (ha recaudado 300.000 euros en 263 cines el fin de semana de su estreno, y ha costado la friolera de algo más de 3000000 €. Filmes norteamericanos bastante malos consiguen primeros puestos en recaudación sin despeinarse. Pero valorar lo nuestro, parece que nunca está bien visto, a la luz del aluvión de criticas negativas que ha recibido. En mi caso no va a ser así y creo que merece la valoración global de 3 estrellas sobre 5 .

Gonzalo J. Gonzalvo



-Aragonia, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

Café Society (2016)***

Dir: Woody Allen
Int: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell, Blake Lively, Parker Posey, Corey Stoll, Jeannie Berlin, Ken Stott, Anna Camp, Gregg Binkley, Paul Schneider, Sari Lennick, Stephen Kunken.

Los Ángeles, años 30. En la meca del cine, el joven recién llegado Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg), sobrino de Phil Stern (Steve Carell), un poderoso agente y productor de Hollywood, se enamora de Vonnie (Kristen Stewart), la guapa secretaria de su tío Phil.

Woody Allen a sus 81 años sigue fiel a la cita que todos los años tiene con los que aman el cine y rara vez los decepciona. Ver su película anual se ha convertido en un ritual cinéfilo al que no se puede faltar.

Aunque su capacidad para generar obras maestras quizá haya decaído algo, siempre hay aspectos que comentar, miradas enriquecedoras de este ilustre Allan Stewart Konigsberg, nacido un 1 de diciembre de 1935 en El Bronx neoyorquino que, por cierto, vuelve a tener un protagonismo inesperado en esta película que parecía iba a ambientarse fundamentalmente en la soleada california. La historia de su protagonista (Bobby Dorfman), nacido y criado en las calles del Bronx de Nueva York, a las que regresará, un tanto hastiado de Hollywood, nos devolverán la mirada de una ciudad cientos de veces retratada. Allen ha contado en la fotografía con uno de los maestros de la iluminación cinematográfica, el italiano Vittorio Storaro (que ya está en la historia del cine por sus trabajos para Coppola o Bertolucci). Parte de la magia que sabe transmitir Storaro como nadie, inunda una historia especialmente lúcida sobre el amor, el romanticismo y la vida; sin olvidar su irónico homenaje al Hollywood dorado de los años treinta y a sus estrellas, rodeadas de una manada de agentes, representantes, productores y chicos de los recados...Toda una estructura, toda una urdimbre que en muy pocos casos acapara el protagonismo. Allen, le da la vuelta a la piel de Hollywood y da paso al de los ambientes de los cafés de la época en los que se trataban de tú a tú: actores, músicos, productores, representantes, políticos y mafiosos.






Si la fotografía es maravillosamente envolvente y cálida (todo parece un sueño), no lo es menos la música. Las bellas letras y melodías de Richard Rodgers & Lorenz Hart, son interpretadas y arregladas por Vince Giordano, un saxofonista de Brooklyn, que lidera el grupo también neoyorquino The Nighthawks, al que casi siempre acompaña. En Café Society no podían faltar bellas recreaciones de las actuaciones en los locales y clubes de Nueva York y de Los Angeles.


Si no fuera porque quizás en la temática Allen resulta algo repetitivo, y porque de refilón puede aproximarse al universo de una "fotonovela", esta película estaría rozando la perfección.





Aunque seguramente es un guiño de actualización necesario (y de intento de captar a otros públicos), nada extraño en el Allen de los últimos años, llama la atención que los protagonistas sean Jesse Eisenberg (muy conocido sobre todo por películas como La red social, de 2010, o Batman v. Superman, de 2016) y Kristen Stewart, la Bella Swan de Crepúsculo (la serie cinematográfica con vampiros, hombres lobo y Bella, iniciada en 2008), en efecto una joven y bella actriz (nacida en Los Angeles en 1990) que, por otro lado, está intentando dignificar su curriculum con intervenciones muy acertadas en otro cine menos rentable desde el punto de vista económico como Viaje a Sils Maria (2014), de Olivier Assayas, junto a la no menos bella y brillante Juliette Binoche. Los dos llaman la atención, pero para bien. Quizá Eisenberg peque de imitar demasiado los "tics" del Woody actor (un error, ya que en ese apartado nunca ha brillado), pero la Stewart está francamente convincente en su doble faz de mujer enamorada, pero también oportunista y que está dispuesta a venderse al mejor postor...


Si admiran a Woody Allen y disfrutan en la celebración anual del visionado de su cine (qué dure muchos años más), no deberían dejar de verla, y a ser posible en V. O. S. E. y en pantalla grande...


Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Cervantes, Puerto Venecia, Yelmo-



martes, 23 de agosto de 2016

Money Monster (2016)**

Dir:Jodie Foster
Int: George Clooney, Julia Roberts, Jack O'Connell, Caitriona Balfe, Dominic West, Giancarlo Esposito, Dennis Boutsikaris, Darri Ingolfsson, Christopher Denham, Anthony DeSando, Jennifer Dong, Ivan Martin, Cliff Moylan, Vernon Campbell, Joseph Oliveira, Chris Bauer

La trampa del dinero


Money Monster, cuya traducción literal sería: "el monstruo del dinero", es un thriller que se mueve en el terreno de la denuncia social hacia el idolatrado "American way of life", es decir, el modo y estilo de vida americano donde lo único que importa es el éxito social y monetario a cualquier precio. Con este ideal de vida son muchos los norteamericanos, (y también inmigrantes que creyeron en ese "American dream") los que se quedan en el camino pagando un alto precio socioeconómico e incluso dejándose su propia vida en ello. 

Jodie Foster, aquella inolvidable niña-prostituta de Taxi Driver (papel que interpretó con apenas 13 años), creció y se hizo una gran actriz y, posteriormente también irregular directora (siendo éste su cuarto largometraje tras el extraño El castor, de 2011), eligiendo en más de una ocasión encarnar el papel de mujer "acosada" por el sistema que, como en el caso de La extraña que hay en ti (Neil Jordan, 2007) pasa a convertirse en una justiciera urbana al más puro estilo Charles Bronson. 

Money Monster es un filme de denuncia que, en casi todo el metraje, es soportado por los hombros de su carismático protagonista, un George Clooney que da vida a un showman presentador todoterreno de un programa sobre la bolsa y las inversiones mobiliarias en fondos, acciones y demás productos derivados. 


Grandes estafas económicas como la orquestada por Bernard Madoff o la terrible de Lehman Brothers que produjo en cascada un crack financiero sin precedentes en los Estados Unidos, planean con su alargada sombra como telón de fondo en toda la película. El inversor-estafado como elemento débil de la cadena financiera, es el otro protagonista del filme encarnado en este caso por un joven de nombre Kyle Budwell (interpretado por el actor Jack O'Connell) que, colándose en el plató, da rienda suelta a toda su ira y frustración tomando como rehén a la estrella presentadora del programa (Clooney) y haciéndole responsable de su desgracia financiera al haber seguido al pie de la letra sus consejos."¡Esto es un espectáculo chaval!"  le responderá él– "¡Yo no soy un experto financiero. La bolsa es un casino donde la gente hace sus apuestas y nunca se sabe que va a ocurrir a ciencia cierta...!".  

Y, en efecto es así, el dinero es un monstruo insaciable deseado por todos. Una herramienta social, un lenguaje propio y un vehículo capaz de llevarte a lo más alto o de estrellar al más pintado. Cierto que el personaje interpretado por Clooney (actor  y también director con una filmografía bastante irregular a pesar de haber trabajado a las órdenes de grandes directores como Terrence Malik o los hermanos Coen) intenta justificarse acogiéndose a esta verdad y escudándose en que la televisión es un puro y simple espectáculo de masas. Los verdaderos culpables, los que mueven los hilos de las inversiones y son los causantes de las estafas que arruinan a miles de pequeños inversores, desgraciadamente suelen irse de rositas o, como mucho, cumplen unos pocos años de encierro a la espera de recuperar sus millones en los  paraísos fiscales dónde los tienen esperando a buen recaudo. La víctima es, por tanto, doblemente víctima en este caso, pues además de resultar arruinada económicamente, ve como el sistema castiga sin piedad su "osadía" de saltarse la ley para intentar apenas arañar sin éxito la piel del monstruo.



A pesar de estar bien construido, Money Monster resulta un filme bastante previsible y con un argumento ya tratado con mayor fortuna en otras películas que nos han hablado de las grandes estafas económicas. 

Mantiene la tensión aunque, repito, míster Clooney logra que este intento algo light de denuncia del sistema resulte un espectáculo "non stop" de principio a fin. Así es el show bussines amigos. Que no pare la música. La audiencia ordena y manda. Todo vale y todo es, al final, un puro espectáculo.

Gonzalo J. Gonzalvo.

-Aragonia, Palafox-

Star Trek: Más allá (Star Trek Beyond, 2016)**

Dir: Justin Lin 

Int: Chris Pine, Zachary Quinto, Zoe Saldana, Karl Urban, Simon Pegg, Anton Yelchin, John Cho, Idris Elba, Sofia Boutella, Joseph Gatt, Deep Roy, Lydia Wilson, Joe Taslim, Adam DiMarco, Ashley Edner, Christian Sloan, Jodi Haynes.


Vamos primero con algunos datos e informaciones sobre la tercera entrega de esta saga galáctica, recuperada por J. J. Abrams en 2009 (sí, el mismo que se ha empeñado en recuperar  Star Wars). Producida por Abrams, como las dos anteriores (que también dirigió), ha encargado  el guión al inglés Simon Pegg y al norteamericano de origen asiático Doug Jung; el primero es un conocido actor inglés que incorpora en la nueva saga a "Scotty", y que además de ser un reconocido "Trekie", atesora una larga experiencia como guionista en la televisión y el cine, fusionando con cierta fortuna su ironía británica con la fantasía (y el terror); el segundo se ha dejado notar sobre todo en la televisión, creando la serie Dark Blue (2000-2010), o participando parcialmente en la escritura de otras, como Banshee (2014). Por supuesto que ambos han sido controlados por Roberto Orci, John D. Payne y Patrick McKay, delegados y colaboradores directos de Abrams, para no perder del todo la fidelidad a los personajes de Gene Roddenberry, creador de la serie televisiva en 1966. 

El nuevo director que se añade a la saga es el taiwanés Justin Lin. Tiene, para mí, el dudoso privilegio de haber retomado otra popular saga cinematográfica (la de The fast and the furiuos: A todo gas, iniciada por Rob Cohen en 2001), con A todo gas: Tokyo Race (2006), Fast and Furious: Aún más rápido (2009), Fast & Furious 5 (2011), y Fast & Furious 6 (2013); salvándose ligeramente, en mi valoración, al haber dirigido dos episodios de la excelente serie True Detective en 2015, sin desentonar...Lo cierto es que la nueva entrega se ¿beneficia?, en las escenas de persecuciones y luchas entre naves espaciales del vertiginoso ritmo planteado por el equipo de editores/ montadores formado por Greg D´Auria (habitual de Tarantino), Dylan Highsmith (de la saga Fast & Furious), Kelly Matsumoto (también de la saga A dodo gas) y Steven Sprung (de las series Scorpion y El séquito). Vamos, que Star Trek va "a todo gas", y esto a mí me produce cierto mareo y vértigo...





El diseño de producción hay que reconocer que resulta espectacular y sobre todo en cuanto al resultado de la enorme estación espacial Yorktown, un compendio de arquitectura futurista que han aportado el equipo formado por Sean Hargreaves, Milena Zdravkovic y Dan Hermansen. Esta es una de las pocas cosas que me ha resultado realmente atractiva, una de las razones que me permiten seguir creyendo en un género que nos puede transportar a un futuro quizás no tan lejano...




En el apartado de creación de nuevos personajes, llama bastante la atención el de Jaylah, interpretada por la actriz de origen argelino Sofia Boutella, que ha sido destacada hasta en los posters publicitarios y que probablemente tendrá continuidad...




El USS Enterprise, la nave insignia de la Flota Estelar liderada por el capitán James T. Kirk (Chris Pine), vuelve a surcar el universo para asegurarse de la protección de la Tierra y del resto de planetas de la Federación. Pero la tranquilidad durará poco y el peligro acecha. La primera etapa de su misión les llevará a un territorio desconocido, y su travesía de vigilancia y rescate pronto se convertirá en una carrera por la supervivencia espacial cuando se enfrenten a un nuevo y fiero enemigo, Krall, interpretado con solvencia por Idris Elba. Al límite de sus posibilidades, y actuando de un modo más colectivo  –más en equipo que nunca –se enfrentaran al mencionado villano de turno y sus acólitos. 




Pues eso, todo un "batiburrillo" de elementos dispares, humor a la inglesa, velocidad desenfrenada "a todo gas", los ya habituales guiños "trekies", la sombra permanente de Star Wars, y como resultado una decepción para los seguidores veteranos (yo, por ejemplo) y un producto entretenido, probablemente ajustado a sus expectativas, para los más jóvenes.






Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

domingo, 21 de agosto de 2016

El caso Fischer (Pawn Sacrifice, 2014)***

Dir: Edward Zwick
Int: Tobey Maguire, Michael Stuhlbarg, Peter Sarsgaard, Liev Schreiber, Lily Rabe, Conrad Pla, Seamus Davey-Fitzpatrick, Sophie Nélisse, Robin Weigert, Evelyne Brochu, John Maclaren, Andreas Apergis, Ilia Volok, Alexandre Gorchkov, Aiden Lovekamp. 






Edward Zwick (nacido en 1952), productor, guionista y realizador norteamericano, comenzó a dirigir a finales de la década de los setenta, fundamentalmente para la TV (series y TV Movies). En la pantalla grande su primera incursión como director fue una comedia titulada ¿Qué pasó anoche? (1986), a la que siguieron unos cuantos éxitos de variados géneros como Tiempos de gloria (1989), Leyendas de pasión (1994), El último samurái (2003) o Diamante de sangre (2006). Quizás no pueda ni deba hablarse de genialidad, pero desde luego sí que estamos ante uno de los narradores más eficaces del Planeta Hollywood actual, que ha sabido construir con cierta solvencia la historia de la preparación y del legendario enfrentamiento por el campeonato del mundo entre Bobby Fischer (interpretado con solidez por Tobey Maguire), campeón de ajedrez norteamericano, y el campeón soviético Boris Spassky (Liev Schreiber). El duelo, que tuvo lugar en 1972, en plena Guerra Fría, fue mucho más que un conjunto de partidas para conquistar un campeonato; prueba de ello es que captó la atención televisada de todo el mundo y que sigue siendo recordado..






El guión lo firma Steven Knight, apoyándose en una historia que escribieron para el cine el
mismo Steven Knight, junto a Stephen J. Rivele y Christopher Wilkinson. Pawn Sacrifice (cuya
traducción literal sería "El sacrificio del peón") intenta profundizar en la psicología de un brillante jugador de ajedrez, para algunos el mejor de la historia, que tuvo que enfrentarse siempre contra su propia locura. Será precisamente, al intentar explicar el origen de su enfermedad mental, donde la historia se resienta bastante. La simplificación y la síntesis no son siempre el mejor modo de explicar este complejo universo del ajedrez que si, además, se mezcla con el oscuro e histérico mundo de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética, durante los años sesenta y setenta, puede alcanzar cotas de complejidad sobre las que la película solo hace una liviana panorámica. 

Por otro lado, nunca ha sido fácil para el cine mostrar la complejidad y riqueza psicológica  del ajedrez. Hay muchos títulos relacionados con el ajedrez, pero pocos realmente brillantes  (ver listado en este enlace http://www.filmaffinity.com/es/movietopic.php?topic=149274), poco puede ser destacado en esta conexión ajedrez-cine, más  allá de los planteamientos "ajedrecísticos" del genial Stanleyl Kubrick (buen jugador de ajedrez, además de buen fotógrafo y mejor director), o las visiones simbólicas de Ingmar Bergman en El séptimo sello (1957), o las de Satyajit Ray en Los jugadores de ajedrez (1977); o los trabajos vanguardistas de Vsevolod Pudovkin y Nikolai Shpikovsky en La fiebre del ajedrez (1925), o Hans Richter y Jean Cocteau en 8 X 8: A Chess Sonata in 8 Movements (1957). 

Aunque llenas de defectos y problemas recuerdo con simpatía dos películas: La diagonal del loco (1984), de Richard Dembo, que reconstruye los enfrentamientos, no menos míticos, entre otros dos grandes maestros Karpov y Kasparov, aunque cambiando los nombres (los imaginarios Pavius Fromm vs. Akiva Liebskird); y La defensa Luzhin (2000), de la holandesa Marleen Gorris, que se atreve a adaptar una de las mejores novelas sobre ajedrez de Vladimir Nabókov casi del mismo título: La defensa de Luzhin





Bobby Fischer ya mereció la atención del cine en un magnífico documental titulado Bobby Fischer Against the World (2011), de Liz Garbus, y aparecía omnipresente (aunque más como esperanza y deseo) hasta en el título de la aceptable En busca de Bobby Fischer (1993) de Steven Zaillian. 

En fin, una película recomendable, que rememora un periodo histórico relativamente reciente como el de la Guerra Fría y, aunque se queda corta al hablarnos del genio de Fischer, permite volver a poner el objetivo en las posibles conexiones entre la locura, y la genialidad necesaria para ser un gran maestro en el ajedrez. Bobby Fischer fue uno de los mejores, capaz de vencer a los grandes maestros rusos de su época y casi había vuelto a caer en el olvido. Nació en Chicago (Illinois, USA) en 1943 y fallecido en Reikiavik en 2008 (sí, en Islandia, país que le concedió la nacionalidad en 2004, después de un rocambolesco problema con los pasaportes que le hizo pasar unos ocho meses detenido en el país que le vio nacer). 


Roberto Sánchez

-Palafox-

viernes, 19 de agosto de 2016

Nerve, un juego sin reglas (Nerve, 2016)**

Dir: Henry Joost y Ariel Schulman

Int: Emma Roberts, Dave Franco, Juliette Lewis, Samira Wiley, Emily Meade, Marc John Jefferies, Jonny Beauchamp, Miles Heizer.

Vee (Emma Roberts) es una estudiante de los últimos cursos de secundaria, en principio reacia a los juegos online de moda. Una serie de circunstancias, con un inesperado enamoramiento en medio, le llevaran a "sumergirse" por completo en Nerve, uno de esos juegos online de "verdad o acción" (truth or dare), donde cada movimiento empieza a ser manipulado por una comunidad anónima de "observadores". La situación, como era de esperar, pronto se complicará bastante. 

La película de Henry Joost y Ariel Schulman, responsables de darle continuidad a la saga Paranormal Activity (entregas 3, de 2011, y 4, de 2012), está continuamente en los límites de la "estupidez" más profunda, sin embargo tiene varias e inesperadas virtudes. Pone de manifiesto que el poder de manipulación extrema está ahora, y sin duda, en este tipo de plataformas que se difunden a través de internet y que se usan con terminales móviles algo que parecía pura ciencia ficción hasta hace bien poco. La otra virtud es que han logrado un ritmo narrativo excelente en los primeros tramos, desarrollando una "imagineria" visual que enlaza con precisión los mundos reales y virtuales entre los que se desenvuelve la acción. En todo caso, esta película también parece una nueva operación de marketing, en la que parecía conveniente mezclar, en la medida adecuada, el éxito de los juegos online, con tramas anteriores como la atractiva y ya "vieja" The Game (1997), de Dave Fincher, debidamente "rejuvenecida" mediante la presencia de los "jovenzanos" Emma Roberts o Dave Franco (por cierto, hermano del más conocido James Franco). 

Cuando muchos lugares públicos han empezado a llenarse de adolescentes (y algunos más talluditos) practicando el "Pokémon Go", "zombificados" mirando las pantallas de sus móviles, nada parece más oportuno y consecuente que esta película que, aunque con torpeza y simplismo, denuncia unas ciertas realidades presentes en las vidas de los jóvenes que, sin duda, estarán peligrosamente más difundidas en un próximo futuro.




El ligero mensaje distópico, bastante dañado en la parte final (una resolución de la historia que lógicamente no puedo contar), junto a ese buen ritmo narrativo ya expuesto, no son suficiente bagaje para salvar del limbo de la vulgaridad a Nerve.

Roberto Sánchez.


-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

miércoles, 17 de agosto de 2016

Jason Bourne (2016)***

Dir: Paul Greengrass

Int: Matt Damon, Alicia Vikander, Julia Stiles, Tommy Lee Jones, Vincent Cassel, Ato Essandoh, Riz Ahmed, Scott Shepherd, Bill Camp, Vinzenz Kiefer, Stephen Kunken, Ben Stylianou, Kaya Yuzuki, Matthew O'Neill, Lizzie Phillips, Paris Stangl.



Bourne más vivo que nunca

Jason Bourne (2016) recupera a Matt Damon, a Julia Stiles y al director original de gran parte de la trilogía original (segunda y tercera entrega) para elevarnos la adrenalina con acción y buen tempo narrativo. 

Pero hagamos primero un poco de historia: La saga del agente Bourne nace en el año 2002 de la mano del director Doug Liman con el título inicial de The Bourne Identity (El caso Bourne en España). Con un buen guión de Tony Gilroy basado en la estupenda novela negra de Robert Ludlum, el filme inicial nos presentaba a un hombre amnésico, con increíbles habilidades para la lucha cuerpo a cuerpo, que era capaz de afrontar y salir airoso de cualquier situación difícil mientras intentaba encontrar su identidad perdida. Dos años después llegará a las pantallas El mito de Bourne (2004, Paul Greengrass), cinta dirigida ya por este mismo autor del Jason Bourne de 2016 que suponía una muy buena continuación y que culminaría en el año 2007 cerrando con gran éxito una excelente trilogía con el título final: El ultimátum de Bourne. La segunda incorporaba a la actriz alemana Franka Potente y contaba con el aliciente de una de las mejores escenas  de persecución en coche de la década. La tercera, por otra parte, contaba de nuevo con Tony Gilroy como principal guionista y elevaba a los altares de los Óscar a su director obteniendo tres estatuillas de entre sus seis nominaciones: mejor montaje, sonido y efectos sonoros. En 2012, tuvo lugar una cuarta entrega con El legado de Bourne, en la que Gilroy se pas también a la dirección y contó con el protagonismo de Jeremy Renner en un papel de Bourne que no consiguió poner a esa cuarta entrega a la altura de Matt Damon ni de la trilogía anterior pergeñada por Greengrass. 



Con este Jason Bourne actualizado, Paul Greengrass y Matt Damon (que encarna al super espía con una madurez que le aporta un caché añadido en cuanto a la historia y calidad evolutiva del personaje) se meten al público en el bolsillo  y vuelven a formar un equipo ganador al que se suman como elementos de apoyo la siempre efectiva Alicia Vikander (inquietante en Ex Machina y excepcional en La chica danesa), el actor francés Vincent Cassel ejerciendo de  oscuro y malvado contrincante de Bourne, y el siempre sólido Tommy Lee Jones en un papel igualmente siniestro ejerciendo como alto ejecutivo de la CIA en un mundo global igualmente oscuro, inestable y más peligroso que nunca debido a las amenazas terroristas. 

Con Jason Bourne se abre la puerta a una, quizá, nueva trilogía, en la que Damon y Greengrass podrán seguir haciendo gala del perfecto manejo del personaje y de su peligroso mundo salido de la pluma del novelista Robert Ludlum. Por todo ello, no cabe duda de que el letal agente Jason Bourne sigue más vivo que nunca. 

Esperemos que podamos seguir disfrutando de sus trepidantes aventuras en nuevas y apasionantes entregas en el futuro.

Gonzalo J. Gonzalvo


-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

martes, 9 de agosto de 2016

Escuadrón suicida (2016)*

Dir: David Ayer

Int: Will Smith, Jared Leto, Margot Robbie, Jai Courtney, Joel Kinnaman, Viola Davis, Cara Delevingne, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Adam Beach, Jay Hernandez, Karen Fukuhara, Scott Eastwood, Jim Parrack, Ike Barinholtz, Ben Affleck, Corina Calderon, Alex Meraz, David Harbour, Ezra Miller.


El guión de David Ayer toma como punto de partida los personajes creados por John Ostrander para Dc Cómics.

En Escuadrón suicida se nos intenta transportar al mundo negrísimo narrado con inusual torpeza por Zack Snyder (también productor del que nos ocupa) en Batman v. Superman. El amanecer de la justicia (2016). Tras el funeral del Hombre de Acero el planeta se ha sumido en un estado de caos, contra el que el Gobierno estadounidense, es decir Amanda 'El Muro' Waller (Viola Davis), la líder de la agencia secreta A.R.G.U.S., traza un plan: reunir a los más peligrosos supervillanos que tiene en custodia y, a cambio de clemencia, usarlos para formar el más letal equipo de lucha contra el crimen. En suma, para formar una versión de Doce del patíbulo (Robert Aldrich, 1967), aderezada de superpoderes. 

Ellos son: Deadshot (Will Smith), un experto franco tirador; El Diablo (Jay Hernández) que puede generar fuego y manipularlo; Boomerang (Jai Courtney) lanzador de bumeranes mágicos; Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje),  mitad hombre mitad reptil... El más carismático de la panilla es la "encantadora" psicópata Harley Quinn (Margot Robbie), que viste como una poligonera, y derrocha energía carnavalesca con el bate de béisbol. Solía dedicarse a la psiquiatría, pero su vida cambió para siempre cuando empezó a hacerle terapia al Joker (Jared Leto) y se enamoró locamente de él. 

El objetivo de estos despojos humanos, además de pararle los pies a un enemigo milenario aún más tarado que ellos, es ganarse para la DC las simpatías de todos aquellos espectadores para quienes Hannibal Lecter y Darth Vader son personajes mucho más interesantes que Clarice Sterling o Luke Skywalker. Pero el "tiro les ha salido por la culata". Seguro que con la operación de marketing (por cierto, lo único que puede salvarse de este "bodorrio" son algunos detalles del diseño publicitario), conseguirán algo de audiencia y hasta darle continuidad que los dioses milenarios y las deidades del más allá no lo quieran

Aunque David Ayer, el director y guionista responsable de "esta cosa" ha escrito los apreciables guiones de Día de entrenamiento (Antoine Fuqua, 2001), o Dark Blue  (Ron Shelton, 2002), adaptando a James Ellroy, y ha dirigido, además, unas cuantas de "hazañas bélicas" como Sabotage (2014), con el veterano Arnold Schwarzenegger, o Corazones de acero (Fury, 2014), con un Brad Pitt "estelar", se ha encontrado realmente perdido en una película que nunca comienza, puesto que tiene que presentar a todos los del "escuadrón" y que a un nivel argumental logra crear un caos absoluto. Probablemente las presiones de la productora para que suavizara algunas situaciones, y el remontaje consecuente, que ha eliminado algunas de las secuencias protagonizadas por Jared Leto y su peculiar Joker, entre otras, ha hecho que todo resulte especialmente inconexo y poco coherente es decir, que no es una cuestión de estilo.




El resultado es una película muy decepcionante, una más que se suma a una lista de filmes sobre superhéroes procedentes del cómic que, en los últimos años, son muy abundantes y raramente ofrecen algo de calidad cinematográfica, aunque sí pingües beneficios a sus perpetradores...

Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

miércoles, 3 de agosto de 2016

Sunset Song (2015)****

Dir: Terence Davies
Int: Peter Mullan, Agyness Deyn, Kevin Guthrie, Mark Bonnar, Ron Donachie, Stuart Bowman, Niall Greig Fulton, Daniela Nardini, Jack Greenlees. 


Basada en el clásico de la novela escrita por Lewis Grassic Gibbon en 1932, la película transcurre a comienzos del siglo XX en una comunidad rural del norte de Escocia. El film sigue la historia de una familia de granjeros, los Guthrie, a través de los ojos de la hija mayor, Chris (Agyness Deyn), una joven soñadora y adelantada a su tiempo que parece destinada a ser maestra. Diferentes circunstancias le llevaran a enamorarse de Ewan (Kevin Guthrie), un joven vecino, amigo de su hermano. De modo inexorable su familia se enfrenta a la tragedia, todo ello en una época de agitación y malestar social. Y entonces llega la Primera Guerra Mundial que terminará por provocar profundos cambios en el joven Ewan, alterando para siempre la compleja existencia de Chris Guthrie. 

Terence Davies es un director de gran calidad, siempre honesto, con un cine directo y preciosista que también gusta de sacarle un excelente rendimiento a sus actores. El uso de las canciones populares, una de las características más llamativas de su cine, que siempre aparecen perfectamente integradas en la trama, reforzando la emoción y el drama. La película fluye con precisión, profundizando con aparente sencillez "fordiana" (de John Ford) en una historia de traumas violentos, de esperanzas y rechazos, que queda expresada con esa delicada contención habitual en el autor de Voces distantes (1988). 

Sin duda, Terence Davies es uno de los mejores directores británicos actuales. Sin hacer ruido, sin mostrar historias escandalosas o truculentas, con películas casi siempre bien resueltas, su carrera, iniciada en 1976, continúa con calma y sin pausa.Demuestra que con un estilo bastante clásico, manejando bien todos los ingredientes, escogiendo con precisión el reparto (huyendo de las "estrellas") y echando mano, en ocasiones, de algunos bellos textos literarios, todavía es posible hacer un buen cine.

Pronto estrenará A Quiet Passion (2016), una recreación de la vida de la escritora y poeta norteamericana Emily Dickinson que será su noveno trabajo de larga duración.

Roberto Sánchez.

-Aragonia-

martes, 2 de agosto de 2016

Miles Ahead (2016)***

Dir: Don Cheadle

Int: Don Cheadle, Ewan McGregor, Michael Stuhlbarg, Emayatzy Corinealdi, Lakeith Lee Stanfield, Morgan Wolk, Austin Lyon


Miles Ahead es un biopic peculiar, un retrato atípico de uno de los más brillantes músicos que ha dado el jazz. Don Cheadle, ha ejercido como director, actor (incorporando al propio Miles Davis) y co-guionista, junto a Steven Baigelman

La historia de la que parten fue escrita por el propio Cheadle, Baigelman, Stephen J. Rivele y Christopher Wilkinson, y parece que han tenido en cuenta (de modo muy sesgado) lo que el mismo Miles narró en una autobiografía, publicada en 1989, dos años antes de su muerte y que no tiene desperdicio. 

Estamos ante un intento fallido, pero muy sugerente, de mostrar a Miles Davis en uno de los periodos de crisis creativa y personal, y de hacerlo con un estilo visual entrecortado, rico en matices, flash-backs y ensoñaciones varias. 

Aunque repleto de fragmentos de gran belleza (musical y visual) el conjunto es irregular, y uno termina por quedarse más con alguno de los tiroteos y las alucinatorias persecuciones en coche (todo ello muy "cinematográfico"), que con el sutil y casi perfecto arte musical de Davis que, por cierto, también fue un interesante pintor, pero que no apostó en sus obras plásticas por el naturalismo sino por el expresionismo y una cierta abstracción siempre muy colorista. 

El intento por usar un estilo cinematográfico ¿equivalente? a la improvisación jazzística, sólo se ha conseguido a medias, pero hay que reconocerle a Cheadle su trabajo casi mimético en cuanto al aspecto físico y un cierto respeto a la música de Davis que no suena tanto como debería pero suena...A Miles Davis y sus grabaciones históricas se le escucha en buenas remasterizaciones, y además han intervenido en nuevas grabaciones, producidas por Robert Glasper y el mismo Don Cheadle, un grupo soberbio de los mejores jazzistas jóvenes y veteranos (algunos de ellos compartieron escenario y grabaciones con Davis): Pharaohe  Monch (vocalista), Keyon Harrold (trompeta), Robert Glasper (teclados), Burnis Earl Travis (contrabajo), Justin Tyson (batería), Mike Manno (batería), Herbie Hancock (teclados), Wayne Shorter (saxo soprano), Esperanza Spalding (bajo), Gary Clark Jr. (guitarra), Antonio Sánchez (batería), Marcus Stricland (saxo tenor), Kendrick Scott (batería), JD Allen (saxofón), o Vincente Archer (bajo). 

Don Cheadle es, ahora mismo, un actor reconocido en el cine y la televisión. Fue en la serie House of Liesde la que es uno de los protagonistas, en la que comenzó a probarse como director. Ahora, apostando por un tema por el que parece apasionado, ha querido crear una película especial, fuera de los cánones más clásicos, pero no lo ha logrado por completo. Ha pretendido ser respetuoso con la figura musical de Miles Davis, un músico con una larga y brillante trayectoria que pasó por muy diferentes etapas que casi quedan ocultas tras las anécdotas narradas y esa historia de amor con la bailarina de ballet clásico Frances Taylor (Emayatzy Corinealdi) que, en la visión de Cheadle, es una clave incuestionable para entender la crisis vital del músico, y quizás no fuera tan decisiva...Con todo, los aficionados al jazz, no deberían perderse esta nueva y estrecha conexión entre el jazz y el cine.  




Roberto Sánchez

-Aragonia-