miércoles, 13 de marzo de 2024

Pobres criaturas (2023)****

Dir: Yorgos Lanthimos

Int: Emma Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe, Ramy Youssef, Christopher Abbott, Jerrod Carmichael, Kathryn Hunter, Margaret Qualley, Hanna Schygulla, Vicki Pepperdine, Suzy Bemba, Tom Stourton, Wayne Brett, Charlie Hiscock, Jack Barton, Jeremy Wheeler, Damien Bonnard, John Locke, Vivienne Soan.


La criatura que se hizo con el preciado Óscar. 

Vaya por delante que he de confesar mi debilidad por Emma Stone y que, en mi anterior artículo, manifestaba que su fantástica interpretación en el último trabajo del cineasta griego Yorgos Lanthimos, tenía aroma de Óscar de Hollywood, pronóstico que se ha cumplido.


Lanthimos es de esos directores y creadores de mundos extraños que se suelen enmarcar en el 
concepto de “cine de autor”. Sus trabajos tienen la virtud o el defecto, según se mire, de no dejar indiferente a nadie. Comenzó haciendo vídeos musicales a finales de los años 90, y tendrá que llegar el año 2009 con Canino, que será su primer largometraje de impacto a nivel mundial, llevándose premio en Cannes y obteniendo la nominación a Mejor Película extranjera en los Oscars. 

Con Langosta (2015) , El sacrificio de un ciervo sagrado (2017) y, especialmente con La favorita (2018) (para mí, su mejor trabajo junto con Pobres criaturas) logrará un reconocimiento unánime de crítica y público, consiguiendo 10 nominaciones y el Oscar a la Mejor Actriz para Olivia Colman.



Emma Stone, con una filmografía extensa a sus treinta y cinco años. Una de las favoritas de Woody Allen, ha trabajado varias veces con el cineasta neoyorquino, además de con otros grandes como Iñárritu o Damien Chazelle. En 2016 se lleva de la mano de Chazelle su primer Oscar con La, La, Land: la ciudad de las estrellas. Actriz de grandes ojos, mirada magnética y gran belleza, es un verdadero camaleón capaz de meterse en un papel tan extraño e impactante como el de “Bella Baxter”. 



Pobres criaturas es, como todo el cine de Lanthimos, un filme inclasificable, que bebe indudablemente del cine fantástico clásico. Y es que Bella es una especie de alter ego de La novia de Frankenstein, y que crece y evoluciona junto a su particular padre y “doctor Frankenstein”, un enorme Willem Dafoe que se mete en la piel de un deforme y atormentado Godwin Baxter. Bella se escapará de su hermético universo y se abrirá al mundo de la mano de su prometido, Duncan Wedderburn, interpretado por un siempre solvente Mark Ruffalo.


Como una extraña “Dorothy”, Bella irá subiendo su 
particular escalera de baldosas amarillas, creciendo como mujer empoderada (hay un claro alegato feminista en la película), y moviéndose en un mundo que recuerda también al de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol, en una reflexión sobre la naturaleza humana y su compleja existencia. 



La eficaz dirección artística y excelente fotografía de Robbie Ryan, contribuyen a hacer de este mágico cuento una verdadera delicia visual que, literalmente, hipnotiza al espectador en más de una secuencia.



Mención especial en un pequeño papel a Hanna Schygulla, otrora musa de Fassbender y Marco Ferreri a finales de los setenta y comienzos de los años ochenta, y que es una actriz de dilatada carrera que nunca pasa desapercibida.

Pobres criaturas tenía once nominaciones y se ha llevado cuatro preciadas estatuillas, además del de Emma, mejor diseño de producción, vestuario y maquillaje. No es moco de pavo teniendo en cuenta el poder que ha manifestado su principal rival, el Oppenheimer de Christopher Nolan, que por fin se ha ido a casa con su Oscar al Mejor Director y Mejor Película. Para mí, un reparto justo. Lamentar en este punto de los premios, que la extraordinaria La sociedad de la nieve de Bayona y el Robot Dreams no se hayan llevado un Oscar que hubiera sido merecido.

Pobres criaturas es de esas películas que no dejan indiferente al espectador. O la odias o la amas. Pasa también con los trabajos de cineastas, de similar pelaje artístico, como Leos Carax, Michel Gondry, Wes Anderson o David Cronenberg.

Mi recomendación es que, si son amantes del cine fantástico, de los mundos imaginarios, del particular universo de Yorgos Lanthimos y, ya no digamos, de Emma Stone, Willem Dafoe o Mark Ruffalo, es que no deben perderse esta Pobres criaturas. Todo un viaje de aprendizaje vital y emocional de la mano de “Bella Baxter”. Sin duda, una gran, aunque bastante extraña y peculiar, anfitriona.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine 

miércoles, 28 de febrero de 2024

La estrella azul (2023)****

 Dir: Javier Macipe

Int: Pepe Lorente, Cuti Carabajal, Bruna Cusí, Marc Rodríguez, Mariela Carabajal, Catalina Sopelana, Noelia Verenice Díaz, Alberto Castrillo Ferrer, Pablo Álvarez, Josh Climent, Manuel Chacón.



Me ha costado decidirme, pero al final os voy a compartir algunas de las sensaciones que me ha dejado el primer largometraje del director aragonés Javier Macipe, otro cineasta de esta región que oposita con firmeza a situarse entre los grandes.



Es cierto que algunos de sus cortometrajes, y en especial Os meninos do rio (2014), ya anunciaban que Macipe debía ser tenido en cuenta entre los más prometedores del panorama español.

Después de haber superado no pocas dificultades (incluida una nociva Pandemia mundial), se ha hecho realidad este biopic dedicado al poeta y músico zaragozano Mauricio Aznar (1964 / 2000), que evolucionó desde sus gustos "rockanroleros" hacia la chacarera argentina.



La película con elevadas dosis de sensibilidad poética, nos invita a seguir un viaje de iniciación con destino a la belleza que se oculta detrás de un estilo musical que se desarrolló en el lejano (y a la vez cercano) Santiago del Estero, al otro lado del "charco".

Las decisiones de Macipe, como realizador y guionista, la competencia de sus colaboradores, destacándose la voluntad de metamorfosis anímica del actor Pepe Lorente, han transformado esta película en una delicia que destila verdad y que puede disfrutar un amplio público, pero que hemos asimilado con mirada cómplice los zaragozanos nacidos  en torno a los años 60 que compartimos locales de música y birras con Mauricio.



No quiero extenderme, ni describir mucho más un film repleto de oportunas y brillantes soluciones de puesta en escena, que no son novedosas pero que están usadas con precisión por un director que parece todo un maestro veterano (tengan en cuenta que nació en Zaragoza en 1987).

Al final, sólo recomendarles que no se la pierdan y que intenten disfrutarla en una pantalla de cine.

Roberto Sánchez

La tierra prometida (The Bastard) (2023)****

 Dir: Nikolaj Arcel

Int: Mads Mikkelsen, Amanda Collin, Simon Bennebjerg, Melina Hagberg, Kristine Kujath Thorp, Gustav Lindh, Thomas W. Gabrielsson, Søren Malling, Jakob Ulrik Lohmann, Magnus Krepper, Morten Hee Andersen, Felix Kramer.



Mads Mikkelsen: el gran actor que vino del frío.

Es curiosa la coincidencia de que, este extraordinario actor danés, comenzara a las órdenes de otro compatriota, entonces desconocido cineasta, llamado Nicolas Winding Refn, que bastantes años después dirigiría esa obra maestra del Neo Noir que es Drive (2011). A principios del segundo milenio, despunta ya claramente, de nuevo a las órdenes de Refn con The Pusher (2004). Ese mismo año participa ya en blockbusters como El rey Arturo (Anthony Fuqua, 2004)), aunque no deja de lado el cine de autor, trabajando con cineastas como Ole Christian Madsen o Susanne Bier. Inolvidable malvado “Le Chiffre”, junto al agente 007, en Casino Royale (Martin Campbell, 2006). Este actor camaleónico es capaz de meterse en la piel de cualquier personaje, logrando cotas de gran brillantez a las órdenes del cineasta Thomas Vinterberg en La caza (2012) y Otra ronda (2020).


Me he extendido un poco en la trayectoria de Mikkelsen, porque Bastarden (título original cuya 
traducción está bastante clara), titulado en España como La tierra prometida, pivota absolutamente sobre la personalidad, el carisma y la fuerza interpretativa del actor danés. The Bastard (en su titulo en inglés) es un curioso y extraordinario filme que se mueve entre el drama de ambientación histórica y ecos del mejor western clásico al estilo de los grandes clásicos como John Ford. 

¿Y qué es lo que nos cuenta? Pues bien, hemos de retroceder hasta la dura y salvaje Dinamarca del siglo XVIII. En esa época en la que los nobles disfrutan de privilegios y el pueblo llano pasa grandes necesidades, el rey danés Frederik V firma un decreto para que los páramos salvajes de Jutlandia puedan ser colonizados y cultivados, permitiendo que la población pueda extenderse y generar nuevos impuestos. Sin embargo, nadie se atreve a acatar el decreto real. Se trata de una tierra inhóspita y yerma, poblada por animales salvajes y castigada por una naturaleza brutal e implacable. Pero, a finales del verano de 1755, un militar llamado Ludvig Kahlen se propone establecerse allí, y con voluntad inquebrantable, lograr que esos páramos le proporcionen la riqueza y el honor que ha deseado siempre.



Con una fabulosa fotografía de Rasmus Videbaek, que retrata con una belleza casi fordiana los paisajes y la naturaleza de los agrestes y fríos páramos en los que, el capitán Khalen, decide labrar y cultivar patatas y atraer con ello a numerosos colonos que llenen de vida esas tierras. Pero, además de luchar contra la naturaleza, tendrá enfrente a un cruel oponente, el despiadado Frederik de Schinkel, un noble que se arroga el derecho de posesión sobre dichas tierras. Cuando De Schinkel se percata de que su criada, Ann Barbara, y su servil marido han escapado para refugiarse con Kahlen, emprenderá una guerra sin cuartel contra él de consecuencias imprevisibles. 

El film transita ante los ojos del espectador, envolviéndolo y conquistándolo, con la pétrea mirada de Mikkelsen como guía y caudillo de esta batalla silenciosa que tendrá que librar. Sin duda la mayor y más difícil de su vida. Una verdadera delicia haberla podido disfrutar en la gran pantalla del cine Cervantes, uno de los pocos cines señoriales que quedan en la ciudad. 

A pesar de su metraje y su ritmo pausado, el filme no se hace nada largo. La sobria y eficaz dirección, la solidez interpretativa de Mikkelsen, bien arropado por el resto del reparto, y la belleza de los paisajes daneses, son el lienzo ideal para desarrollar una historia de ambición personal, honor, lucha de clases y desafío a las fuerzas de la naturaleza. Unas tierras tan duras como el propio capitán Khalen, un hombre que no se arredrará ante nada ni ante nadie, y que solo rendirá cuentas y fidelidad al rey. 



El malvado del filme, esta vez, estará encarnado por el actor Simon Bennebjerg, que encarna con solvencia al repulsivo Frederick de Schinkel, un noble acostumbrado a satisfacer todos sus caprichos y poseer cuanto se le antoja, carente de cualquier escrúpulo moral, sádico y arrogante.

La tierra prometida es, por ahora, junto con Pobres criaturas (filme del que hablaré en mi próximo artículo), de lo mejorcito que se ha proyectado en este discreto mes de febrero que ya da sus últimos coletazos para dar paso al mes en el que tendrá lugar una nueva ceremonia de los Oscar, que traerá numerosos estrenos y, como siempre, polémica respecto a la concesión de los más afamados y deseados galardones del séptimo arte. Así que mi consejo es que no se la pierdan. 

Del siempre original y diferente Yorgos Lanthimos solo adelantar que su último trabajo es un prodigio de imaginación, que Emma Stone está verdaderamente maravillosa y, desde luego, si no lo gana, va a tener muy cerca ese codiciado Óscar a la Mejor Actriz del 2024.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine 

jueves, 8 de febrero de 2024

Los asesinos de la luna (2023)*****

 Dir: Martin Scorsese

Int: Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, Louis Cancelmi, Brendan Fraser, John Lithgow, Tantoo Cardinal, Pat Healy, Barry Corbin, Gary Basaraba, Scott Shepherd, Sturgill Simpson, Cara Jade Myers, Jillian Dion, Jason Isbell, William Belleau, Janae Collins, Tatanka Means.



Un guion escrito entre Eric Roth y Martin Scorsese, adaptando el libro de David Grann (que tiene el mismo título que la versión original: Killers of the Flower Moon), ha permitido sumar a la ya extensa filmografía de Scorsese una nueva obra maestra. Y lo digo con todas las consecuencias. A mi, me cuesta mucho encontrarme con películas que me impacten lo suficiente como para darles esta calificación.



Creo que conviene hacer un pequeño repaso a su filmografía. Con 81 años, este neoyorquino (nacido en Queens) tiene en su haber casi 100 producciones audiovisuales (ficción, series, documentales, etc.). Ha dirigido más de 70 largometrajes, entre ellos algunas obras magistrales, según mi entender, que quiero recordarles: Taxi Driver (1976), Toro salvaje (1980), Uno de los nuestros (1990), el primer episodio de Boardwalk Empire (2010), El irlandés (2019) y ahora mismo, Los asesinos de la luna (2023).



Ambientada en la Oklahoma de la década de 1920, narra los asesinatos en serie de los miembros de la nación indígena Osage, que era muy rica en petróleo; una serie de crímenes brutales que más tarde se conocería como el "Reinado del Terror". Aunque, en realidad, es una parte más de la brutal historia (casi siempre ocultada) de un país, Estados Unidos, marcado, entre otras brutalidades, por el genocidio de la población indígena.




Algunas de las razones para considerar este film como una obra maestra, son su firme confianza en Robert de Niro y Leonardo DiCaprio, dos actores fetiche para Scorsese, que rinden a la perfección a su servicio, y la soberbia interpretación de Lily Gladstone, que no era una actriz desconocida, pero que ha dado un salto cualitativo con su interpretación (es Mollie Burkhart, en el filme), siendo otra de las claves (con sus sutiles expresiones y miradas) de este peculiar western/thriller, que tiene la firma inimitable del maestro Scorsese. Han sido capaces, Roth y Scorsese, en su guion, de compaginar lo más íntimo (la compleja historia de amor entre Ernest/DiCaprio y Mollie/Gladstone), la relación entre William Hale (De Niro) y su sobrino Ernest (DiCaprio), que devienen en símbolo de toda una sociedad (la norteamericana blanca) corrompida por la ambición y capaz de justificar el asesinato para enriquecerse a costa de un prójimo masacrado sin escrúpulos.




No quiero, ni debo, desvelar algunas agradables sorpresas en los planteamientos formales utilizados, con un gran gusto estilístico, en el prólogo y en el epílogo. Con esos recursos, Scorsese demuestra un profundo conocimiento del cine, de los mass media y de su historia, de cómo se utilizan para manipular los hechos y, de paso, nos vuelve a dar toda una lección de cine. Trabajo excelente con todo el reparto (subrayado quedó el de los protagonistas), con los detalles idiomáticos (se escucha inglés, siux, latín, francés...), fotografía sobresaliente del mexicano Rodrigo Prieto, y una banda sonora cuidada al extremo, como nunca puede faltar en el cine de Scorsese, coordinada por Robbie Robertson (fallecido recientemente), con piezas originales inspiradas en la música tribal Osage, algunos blues de los años veinte y gotas del jazz primigenio.


Profunda, rotunda, elegíaca, magnífica, a sus 3 horas y 26 minutos no les sobra ni un minuto. ¡Qué no se 
muera nunca Scorsese!

Roberto Sánchez

jueves, 19 de octubre de 2023

Golpe de suerte / Coup de chance (2023)****


Dir: Woody Allen

Int: Lou de Laâge, Niels Schneider, Valerie Lemercier, Melvil Poupaud, Elsa Zylberstein, Grégory Gadebois, Guillaume de Tonquedec, Bárbara Goenaga, Jeanne Bournaud, Anne Loiret,Sara Martins, Arnaud Viard.


La suerte de que un gran cineasta siga vivo 



Cuando el ya octogenario Woody Allen se define a sí mismo, afirma que es una persona que solo sirve para el arte y para divertir a la gente. Como si eso fuera poco. Que la vida ordinaria le aburre y se siente al margen, sentimiento común entre todos los artistas y creadores. Y así, lleva nada más y nada menos que casi sesenta años, no sólo entreteniéndonos y divirtiéndonos, sino también haciéndonos reflexionar sobre los temas más fundamentales y troncales de la existencia: la vida, el amor, la muerte y lo posterior a ella según la religión y las propias creencias. Desde su primer largometraje, What's Up, Tiger Lily? (1966), Allen demostró un gran ingenio y estar dotado para la comedia y el humor. 

Tras ella vinieron éxitos como Toma el dinero y corre (1969) o Sueños de seductor (1972), pero será en 1977 con Annie Hall y, especialmente, con la excelente Manhattan (1979), cuando su carrera tendrá un punto de inflexión ascendente, siendo considerado a partir de ellas como un gran cineasta y no solo como un joven y prometedor comediante. A partir de ahí y hasta este Golpe de suerte, cincuenta largometrajes entre los que se encuentran verdaderas obras maestras como Delitos y faltas (1982), de la que bebe indudablemente este último trabajo del neoyorquino; Balas sobre Broadway (1994), Macht Point (2005), otro título fundamental que junto a Delitos y faltas y Golpe de suerte, bien podría formar una maravillosa trilogía sobre el azar, el delito; el bien y el mal como caras de una misma moneda que gira en el aire hasta caer definitivamente y mostrarnos el resultado final.




Allen, con el bagaje que da el oficio y su larga trayectoria como cineasta, utiliza con verdadera maestría el suspense, los giros de guion (también, por supuesto, suyo), la deliciosa banda sonora de jazz y la maravillosa fotografía del oscarizado Vittorio Storaro (autor de la fotografía de El último tango en París, Apocalipsis Now o Corazonada, entre otros...) para componer un filme verdaderamente delicioso, inteligente y artísticamente impecable. Allen tiene además la facultad de seguir deleitándonos con sus temas fundamentales habituales en su filmografía que ya he citado antes, sin perder un ápice defrescura y calidad narrativa; con esos guiones perfectos marca de la casa “Allen” que funcionan como un mecanismo de relojería suiza, usando también el sistema de “muñeca rusa”, introduciendo paulatinamente personajes en la trama para darle mayor complejidad e interés.



Y.... se preguntarán... ¿Qué es lo que nos cuenta el veterano cineasta neoyorquino en Golpe de suerte

Pues bien, de entrada, Allen nos presenta a Fanny (Lou de Laâge) y Jean (Melvil Poupaud), una pareja que encarna, aparentemente, el matrimonio ideal. Ambos son profesionales que disfrutan con su trabajo y viven a todo trapo en un lujoso piso en un exclusivo barrio de París. Parecen tan enamorados como el primer día. Pero cuando Fanny se cruza accidentalmente con Alain (Niels Schneider), un antiguo compañero del instituto, su vida sentimental y personal se trastoca por completo. A partir de ahí, una sucesión de hechos y situaciones van envolviendo y cautivando al espectador hasta el desenlace final.

A caballo entre la comedia y el thriller, Golpe de suerte nos atrapa desde el primer fotograma. El director nos introduce a la que, sin duda, será otra de sus “chicas Allen”, Lou de Laâge, que nos cautiva con su belleza y su encanto, ese “charme” tan francés que, sin duda, también ha cautivado al propio Allen en más de una ocasión (recordemos Midnight in Paris, 2011). También excelentes la veterana Valerie Lemercier, Niels Schneider y Melvin Poupaud.

A sus ochenta y cinco años y con cincuenta largometrajes a sus espaldas, pocos son ya los cineastas vivos que se pueden comparar al veterano Woody Allen, un creador que, el día que nos falte, los que hemos crecido con él desde niños y que, además, amamos al séptimo arte, lo vamos a echar mucho de menos. Así que, mi recomendación es que no se pierdan su último estreno porque, sin duda, poder seguir disfrutando de sus obras, es un verdadero “golpe de suerte”.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine.