miércoles, 29 de marzo de 2017

El bar (2017)***

Dir: Álex de la Iglesia
Int: Blanca Suárez,  Mario Casas,  Secun de la Rosa,  Carmen Machi,  Jaime Ordóñez, Terele Pávez,  Joaquín Climent,  Alejandro Awada,  Jordi Aguilar,  Diego Braguinsky, Mamen García.

Son las 9:00 horas. Un variado grupo de personas desayuna en un bar en el centro de Madrid. Uno de ellos tiene prisa; al salir por la puerta recibe un disparo en la cabeza. Nadie se atreve a socorrerle y además pronto descubren que ocurre algo muy extraño en el exterior. Están atrapados.

Álex de la Iglesia y su habitual Jorje Guerricaechevarria, vuelven a montar un dispositivo que les permite poner a sus personajes en una situación límite. Con una parafernalia (escenográfica) más sencilla y austera de lo habitual (un bar de barrio, su sotano, las alcantarillas,...) logran centrar plenamente la atención en sus personajes, representantes, en este pequeño microcosmos, de lo que ahora mismo somos los españoles. No renuncian, los guionistas, siempre amigos de los toques cercanos a ciertos argumentos del cómic, a sugerir una situación que, aunque podría ser real, apuesta por la exageración y el expresionismo, por el trazo grueso. Probablemente Álex de la Iglesia sea uno de los directores menos sutiles de la historia del cine. En principio, esto no es ningún defecto, ya que responde a una voluntad de estilo manifiesta desde su primera película (el cortometraje Mirindas asesinas, de 1991) y que ha dado notables resultados en, por ejemplo, El día de la bestia (1995), dónde, además, el entrelazado entre la fantasía, el terror y la idiosincrasia carpetovetónica alcanzaron una perfección ya nunca igualada por mucho que se haya esforzado la pareja de guionistas formada por Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarria por seguir reinventando ese peculiar universo en entregas tan irregulares como Las brujas de Zugarramurdi (2013).



Sin perder ese gusto por el trazo grueso, pero en una vertiente más social (menos fantasía y más esperpento) estarían La comunidad (2000), Crimen ferpecto (2004) o La chispa de la vida (2011), también irregulares pero con duros, divertidos y satíricos retratos de nuestros congéneres y vecinos. Quizás esa sea la línea preferida en El bar, que tiene un inicio brillante y un final no menos atractivo (al menos en su planteamiento visual), en ambos casos acompañado con criterio acertado de un ritmo (con base jazzística) que han compuesto con resultados magníficos el valenciano Carlos Riera y el mallorquín Joan Valent,  recreando con maestría los modelos dados por Duke Ellington y Bernard Herrmann, fusionados por la magia de esta sugerente composición.



¿Qué sucede en mitad de esos dos momentos? Pues, lamentablemente poca cosa. Una de los peligros del cine de Álex de la Iglesia es una cierta tendencia al caos que parece apoderarse por completo de algunas de las situaciones de acción sin que se logre otra cosa que el despiste y los descuidos en cuanto a la verosimilitud. Vale más crear una situación límite, aunque se corra el riesgo de perder su sentido con el conjunto de la acción. Ese es el principio que parece haber prevalecido...

A pesar de ese casi vacío central y de cierto infatilismo remanente, la película resulta entretenida, quizás debido a los aciertos del comienzo y el desenlace, a los que hay que sumar el buen hacer de los actores (todos ellos), metiéndose en la piel de estos esperpénticos personajes que ya son típicos y tópicos en los universos creados por De la Iglesia y Guerricaechevarria.


Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

Imperium (2016 )***

Director: Daniel Ragussis
Int: Daniel Radcliffe,  Toni Collette,  Burn Gorman,  Nestor Carbonell,  Sam Trammell, Chris Sullivan,  Tracy Letts,  Linc Hand,  Seth Numrich,  Pawel Szajda,  Jasson Finney, Devin Druid, Scott Christopher Kelly,  Jennifer Marshall,  Michael Aaron Milligan.

Nate Foster (Daniel Radcliffe) es un agente del FBI que trabaja encubierto para encontrar y detener a un grupo de personas que creen en la supremacía blanca. Este grupo es peligroso y pretende generar destrucción y caos por medio de una bomba sucia, el primer paso para que se pueda difundir su ideología mediante el terror. La historia está basada en la vida de Michael German, quien pasó muchos años dentro de grupos de ideología neo-nazi estadounidenses y ha inspirado de forma directa el guión de Daniel Ragussis, que debuta como realizador de largometrajes después de haber firmado dos cortometrajes anteriores (Word is Bond, en 2003, y Haber, en 2008).

Lo más destacable del film es el buen trabajo del joven actor británico Daniel Radcliff, al que le costará desprenderse de Harry Potter, tantas veces incorporado por él. Aquí, logra convencernos de ser un agente del FBI infiltrado en los grupos neo-nazis y lo hace con soltura y eficiencia. Desde el punto de vista interpretativo está impecable y es un factor decisivo para el buen funcionamiento de la historia.



La película transcurre con fluidez, y resulta un policíaco correcto, pero en ningún momento, ni siquiera cuando hecha mano de materiales de archivo buscando verismo, pretende profundizar en el problema que supone la existencia en la actualidad de esas agrupaciones neo-nazis en el seno de la democracia americana, ni en por qué se tolera, por ejemplo, al Klu Klux Klan, que se fundó en 1865, históricamente racistas y con numerosos crímenes a sus espaldas; aunque ha estado algo estancada en los años de Obama,  parece reactivarse, junto a otros corpúsculos neo-nazis,  con Trump, el nuevo presidente.

Roberto Sánchez

-Aragonia-

lunes, 27 de marzo de 2017

Crudo (Grave, 2016)***

Dir: Julia Ducournau
Int: Garance Marillier, Ella Rumpf, Rabah Nait Oufella, Laurent Lucas, Bouli Lanners, 
Joana Preiss, Marion Vernoux, Denis Mpunga, Jean-Louis Sbille

La pasión por la carne

Justine, una inteligente joven de dieciséis años que vive en el seno de una familia de vegetarianos se dispone a ingresar en una prestigiosa Facultad de veterinaria (en la que también estudia Alexia, su despótica hermana mayor interpretada por la joven actriz Ella Rumpf). Las brutales inocentadas por parte de los veteranos de la facultad (con homenaje al filme Carrie incluido), le obligarán a ingerir carne cruda por primera vez. A partir de ahí, las consecuencias para ella y para su organismo serán imprevisibles. 

Protagonizada por una hasta ahora desconocida y brillante Garance Marillier (que tan sólo había intervenido en un cortometraje y en la película para la televisión Mange (2012), dirigidos por la misma Julia Ducournau y germen de este largometraje), la película contiene diversas referencias y homenajes a filmes que de un modo más o menos sobrenatural han tratado las ansias del ser humano por la carne y la sangre: desde la casi citada El ansia (Tony Scott, 1983), pasando por la ya citada Carrie (1976, Brian De Palma), podemos encontrar también que esta interesante ópera prima bebe (nunca mejor dicho) de películas como Ginger Snaps (2000, Mchael Shields), En mi piel (2002, Marina de Van), la mexicana Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010)  o Trouble Every Day (2001, Claire Denis), interpretada por una hermosa y perturbadora Béatrice Dalle. 





En esta ópera prima audaz y gamberra de la joven directora gala Julia Ducournau (que se llevó tres galardones en Sitges, amén del Fipresci de Cannes, Mejor Director en el Austin Film festival y otra mención en el de Londres), el espectador se ve atrapado muy pronto por una espiral incómoda que le recuerda esa naturaleza primitiva que, como animales que somos, arrastramos a pesar de nuestra cobertura de seres civilizados y socialmente correctos. 



Película de género, muy del gusto de la audiencia ávida de sangre y emociones fuertes del Festival de Cine Fantástico de Sitges, que sin embargo trasciende los códigos del gore más burdo y generalista para adentrarnos en esta perturbadora historia con inteligencia y una sabiduría visual y narrativa poco habitual en un primer largometraje. No es Crudo un filme para todos los paladares y es posible que hiera la sensibilidad de un buen número de espectadores sensibles y/o impresionables (en en Festival de Toronto se produjeron varios desmayos en la sala). Tampoco es recomendable verla recién comido, mejor hacer la digestión antes con una buena siesta. No obstante y, advertencias aparte, Crudo es un filme interesante y sorprendente, lo que no es decir poco a estas alturas de un género (el terror y fantástico en general), en el que parece que todo está trillado e inventado. 

Julia Ducournau ha sabido extraer el lado más oscuro y primitivo del ser humano y  ponerlo delante de nuestros ojos. Una de las muchas realidades que el ser humano  actual esconde o no desea ver, como tantas otras, haciendo gala de una corrección  social, política y de comportamiento que no deja de estar llena de máscaras. Máscaras que la joven directora francesa ha criticado con audacia, talento y buen hacer fílmico. Habrá que seguirla muy de cerca. 

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, Puerto Venecia, Yelmo- 

lunes, 20 de marzo de 2017

Incierta gloria (2017 )***

Director: Agustí Villaronga
Int: Núria Prims, Marcel Borràs, Oriol Pla, Bruna Cusí, Terele Pávez, Juan Diego, Luisa Gavasa, Fernando Esteso, Bruno Bergonzini, Mario Alberto Díez, David Bagés, Jorge Usón, Rubén Jiménez Sanz.

Frente de Aragón, 1937. Lluís Sales (Marcel Borràs), un joven oficial republicano destinado a un puesto temporalmente inactivo, conoce a una enigmática viuda de la que se enamora. La Carlana (Núria Prims) logra embaucarlo para falsificar un documento que la convierte en la señora de la comarca. El mejor amigo de Lluís, Juli Soleràs (Oriol Pla), un oficial degradado, descubre el fraude y a cambio de no delatarlo, le exige que aleje de los bombardeos de Barcelona a su hijo y a su mujer, de la que él está secretamente enamorado. Cuando Trini (Bruna Cusí) llega al pueblo, no tarda en descubrir la traición de Lluís y entre ellos se genera una tensión emocional que amenaza con destruir su relación y que pone seriamente en duda sus principios éticos, compartidos durante esos años.


Incierta gloria tiene un aire oscuro semejante al de Pan negro (2010), aunque parece menos dura y desesperada (es más clara y simple en su narrativa visual y psicológica) y parece alejarse algo de la tortuosidad y el dolor casi insoportable que afecta a los personajes de sus inquietantes (pero brillantes): Tras el cristal (1986), El niño de la luna (1989) o El mar (2000), películas donde lo sórdido y decadente podían todavía saborearse hasta la embriaguez. Con un cierto paralelismo con Pa negreambientada en la más cercana posguerra, Incerta glòria se sitúa en un momento de falsa paz al final del conflicto bélico. De algún modo, Agustí Villaronga, está reinventando el drama rural. Villaronga y Coral Cruz adaptan la novela homónima de Joan Sales, pero en realidad dejan la Guerra Civil como telón de fondo en una historia en la que destaca la figura poderosa de Carlana, una Núria Prims poderosa, con un personaje especialmente retorcido, marcado por un pasado tortuoso y dispuesto a aprovecharse al máximo de todo aquel que muestre la más pequeña debilidad en unos tiempos sin duda difíciles, solo aptos para los que se han acostumbrado a vivir en el infierno. Parece claro, incluso por su construcción física, que la Carlana tiene un aire de tragedia clásica griega, una mujer bella, terrible y elegante, tan coherente con un horrible pasado que parece explicarla y justificarla. Su hado es la desgracia y el sufrimiento y parece irradiarlo, aunque ella sepa como superarlos, subsistiendo a cualquier precio y sacrificando a quién sea necesario.



Rodada en catalán y español, veremos en Zaragoza, y en casi todo el estado español, una versión doblada que desvirtúa algo las interpretaciones de algunos de los actores (por ejemplo, a mi me cuesta creer la expresividad de Marcel Borràs y Oriol Pla en castellano) que resulta impostada, poco naturalista. No es lo que ocurre a Núria Prims, que logra ser por presencia y dicción uno de los puntos fuertes de la película. Aunque no está sola, sino muy bien acompañada de un plantel de actores secundarios entre los que destacan algunas colaboraciones especiales (Terele Pávez, Juan Diego) y algunos aragoneses: Fernando Esteso, Luisa Gavasa o Jorge Usón. 

También, en el cine de Villaronga, son muy importantes los paisajes en los que se desenvuelve la acción, y muchos de ellos se encontraron en Aragón: Sariñena, Lanaja, Pallaruelos de Monegros, Angüés, Barluenga, Quicena, Alquézar, Casbas, Caminreal, ruta del Jubierre, Alcubierre, Leciñena o Belchite...Escenarios perfectos para este drama con aires clásicos... 

Roberto Sánchez

-Aragonia, Cervantes-

La comunidad de los corazones rotos (Asphalte, 2016)***

Dir: Samuel Benchetrit
Int: Isabelle Huppert, Gustave Kervern, Valeria Bruni Tedeschi, Jules Benchetrit, Tassadit Mandi, Michael Pitt


También, guionista y actor, Samuel Benchetrit (nacido en 1973 y casado con Marie Trintignant, tristemente fallecida a los 41 años de un edema cerebral hace ya unos cuantos años), vivió de niño en un piso de renta baja en los suburbios de París. Este acontecimiento sin duda se ve reflejado en la historia de esta curiosa comunidad de vecinos marcada por la soledad y el aislamiento, y en la que habita un vecino especialmente estrambótico que vive en el primero y se niega a pagar su parte del nuevo ascensor que necesitan. 

Benchetrit se nutre de un plantel de estupendos actores, comandados por la siempre maravillosa Isabelle Huppert, entre los que se encuentran el norteamericano Michael Pitt (uno de los malvados psicópatas del Funny Games, versión USA, dirigida por Michael Haneke en 2007), y la siempre cumplidora Valeria Bruni Tedeschi, otra actriz veterana con una extensa filmografía y que ha trabajado con directores de la talla de Alain Tanner o Marco Belocchio. Y qué se puede decir a estas alturas de la gran Isabelle Huppert. Una bestia fílmica que nos ha regalado obras maestras como La ceremonia (1995) o Gracias por el chocolate (2000), colaborando con el añorado Claude Chabrol, y que en su anterior trabajo (Elle, de Paul Verhoeven, 2016), nos entregó una interpretación que pocas actrices serían capaces de ofrecer. 



Con guión del propio Benchetrit, La comunidad de los corazones rotos, enrevesado título en España cuyo original traducido literalmente sería “Asfalto” (Asphalte, en francés), nos ofrece un mapa humano variopinto en el que todos sus integrantes parecen tener en común el tener sus almas y sus corazones vapuleados por la vida y por la actual situación de soledad que atraviesan. Un extraño habitante, proveniente del espacio, también muy particular y solitario, se añadirá a esta surrealista comunidad. A través de sus peculiares personajes (entre los que se encuentran una famosa actriz venida a menos) y una señora mayor de origen árabe cuyo hijo está en prisión, asistimos al surgimiento de una serie de bonitas relaciones de amistad que florecen en el marco de este extrarradio frío y distante como pequeños brotes de esperanza. No faltan ciertas notas de realismo mágico, personificadas en un determinado elemento que vertebra, de fondo, toda la película, un extraño y enigmático sonido. 

No estamos ante una película corriente, sino ante una comedia con tintes dramáticos bastante surrealista y extraña. Pero Benchetrit, con la ayuda inestimable de grandes actores y, sobre todo, actrices, ha conseguido una pequeña gran película que sabrá tocar el corazón de los espectadores inteligentes y sensibles. 

Gonzalo J. Gonzalvo.


-Aragonia- 

jueves, 16 de marzo de 2017

Kong: La isla calavera (2017)**

Dir: Jordan Vogt-Roberts
Int: Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson, John Goodman, John C. Reilly, Toby Kebbell, Thomas Mann, Corey Hawkins, Jason Mitchell, Shea Whigham, John Ortiz, Eugene Cordero.

Estamos ante una película típica de estudio. Jordan Vogt-Roberts, el director que sólo había dirigido un largometraje para el cine, pero ya tenía experiencia en series y películas para la televisión, ha utilizado todos los tópicos posibles para contarnos, otra vez, la historia del rey Kong. Los guionistas (Dan Gilroy, Max Bornstein y Derek Connoly) han armado un auténtico puzzle compuesto de miles de piezas que no siempre han encajado. Hay referencias inevitables a todas las viejas versiones que nos han mostrado a Kong desde 1933, dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, pasando por la de 1976, de John Guillermin y terminando con la de 2005, de Peter Jackson, todo un homenaje al clásico de los años 30. Además, se han añadido ideas que proceden (descaradamente) de otras películas como Apocalypse Now, o las series cinematográficas de Mad Max o Jurassik Parc. La ambientación, fundamentalmente setentera, permite una ilustración musical con una serie de conocidos temas que, en un alarde de originalidad, nos retrotraen a la décadas de los sesenta y setenta .



En los años 70, un variopinto grupo de exploradores y soldados es reclutado para viajar a una misteriosa isla del Pacífico. Entre ellos están el capitán de origen británico James Conrad (Tom Hiddleston), cuyo apellido homenajea a Joseph Conrad, el autor de El corazón de las tinieblas, novela que inspiró la película Apocalypse Now, el frustrado teniente coronel Packard (Samuel L. Jackson), que deja Vietnam creyendo firmemente que los Estados Unidos no han perdido esa guerra, y de nuevo recordando el ambiente y los personajes de la película de Coppola, y Mason Weaver (pensaremos mal, o es una coincidencia que se apellide igual que la actriz que se hizo famosa con el personaje de Ripley en la saga de Alien), una fotoperiodista (interpretada por Brie Larson), la necesaria figura femenina (por aquello de la Bella y la Bestia, que ha estado más que latente en la historia de Kong, desde siempre) que tendrá una amable relación con Kong (aunque no tan desarrollada cómo en versiones anteriores).



Al adentrarse en esta bella pero traicionera isla, el equipo expedicionario formado por científicos y militares se encontrará algo absolutamente sorprendente. Sin saberlo, estará invadiendo los dominios del mítico Kong, el gigante gorila rey de esta isla y quizás dando los primeros pasos para descubrir que la teoría de la Tierra Hueca puede ser algo más que una leyenda. Será el veterano piloto norteamericano Marlow (John C. Reilly), un enlace directo con el pasado que nos remonta a la Guerra del Pacífico y al inicio del film, quien les introduzca en los secretos de Isla Calavera, y les presente al resto de habitantes humanos y seres monstruosos que la habitan y que convertirán su estancia en una pesadilla.  

La película es, en definitiva, un desbarajuste bastante entretenido. Una auténtica serie B, con un presupuesto holgado y unos efectos especiales resultones... 

Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

Land of Mine. Bajo la arena (Under sandet, 2015)***

Dir: Martin Zandvliet
Int: Roland Møller, Louis Hofmann, Mikkel Boe Følsgaard, Laura Bro, Joel Basman, Oskar Bökelmann, Emil Buschow, Oskar Buschow, Leon Seidel, Karl Alexander Seidel, Maximilian Beck, August Carter.



La guerra no acaba cuando se firma la paz. Cuando Alemania se rindió en 1945, en la costa occidental danesa comenzó otra dura batalla: la de los jóvenes soldados alemanes que fueron obligados a retirar miles de minas plantadas en la arena por el ejército nazi. El director danés Martin Zandvliet no oculta en ningún momento el maltrato infligido a esos prisioneros. De hecho, muestra algunos comportamientos claramente despreciables por parte de los daneses, por mucho que se entienda el odio que generaron los ejércitos alemanes y la ocupación, no puede justificarse la tortura y el asesinato de los vencidos. 

Martin Zandvliet, que también es el guionista, inicia la película, su tercer largometraje de ficción y primero de él que vemos en España, con una impactante secuencia que muestra el salvajismo y la furia, el maltrato violento y vejatorio que el sargento Carl Rasmussen (Roland Møller) da a los prisioneros que están siendo devueltos a Alemania. Presisamente será este militar resabiado el encargado de dirigir un pelotón de prisioneros alemanes en su lucha por desactivar las miles de minas diseminadas por las playas danesas. Y será este duro militar, el que poco a poco vaya humanizando su trato de estos  jóvenes atrapados por la locura de la Segunda Guerra Mundial.



Zandvliet nos muestra sin tapujos y eficiencia narrativa ese oscuro episodio de posguerra que intencionadamente se ocultó bajo la arena. Formalmente la película es sobria (y no menos eficiente), pero sobresale en la capacidad de los jóvenes actores que incorporan a los alemanes. 



La cinematografía danesa es históricamente muy importante (hay está la incuestionable figura de Carl Theodor Dreyer), pero en la actualidad mantiene un plantel excelente de actores, técnicos, y directores como Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Nicolas Winding Refn o Susanne Bier, están entre los más valorados.

Roberto Sánchez

-Aragonia-

Zona hostil (2017 )***

Director: Adolfo Martínez
Int: Ariadna Gil, Roberto Álamo, Raúl Mérida, Antonio Garrido, Ingrid García Jonsson, Jacobo Dicenta, Younes Bachir, Ismael Martínez, David de la Torre, Mariam Hernández, Berta Hernández, Ruth Gabriel, Javier Bódalo.

Los españoles también podemos y sabemos contar en el cine historias bélicas. Esta película parece que quiere dejar constancia de que ya vamos teniendo, en la historia reciente de nuestras fuerzas armadas, sucesos y acontecimientos dignos de aparecer en la gran pantalla. A esto va unido la capacidad de nuestra pequeña pero digna industria cinematográfica para gestionar películas que necesitan un presupuesto relativamente alto y técnicos cualificados. En ese sentido, los guionistas del film, Luis Arranz y Andrés M. Koppel, han tomado unos hechos reales y los han adornado con unos personajes y situaciones que reinterpretan una realidad concreta e intentan convertirla en espectáculo. La película supone el debut como director de largometrajes de Adolfo Martínez Pérez, un profesional que atesora en el cine una ya importante labor en el departamento de arte de unas cuantas producciones norteamericanas: Alien: Resurrección (1997), Terminator: Salvation (2009), Oblivion (2013) o El libro de la selva (2016).

A un convoy americano escoltado por la Legión española le estalla una mina al norte de Afganistán, y el inexperto Teniente Conte (Raúl Mérida), hijo de un mando superior importante, queda al mando de una dotación para proteger a los heridos hasta que los evacuen. La capitán Varela (Ariadna Gil), médico militar con muchas "horas de vuelo" y algo quemada por las duras experiencias, junto a su equipo habitual y la Cabo Sánchez (Ingrid García Jonssson), una recién llegada sin experiencia en combate, acuden al rescate en un helicóptero del Ejército Español, pero el terreno cede durante el aterrizaje y el helicóptero vuelca, dejando a los rescatadores atrapados junto a los legionarios en medio un territorio hostil. El impulsivo Comandante Ledesma (Antonio Garrido) propone un arriesgado plan para rescatarlos a todos y, además, llevarse el aparato siniestrado.





Una sorprendente y eficiente puesta en escena, y cierta capacidad para mantener la intriga, logran el milagro de hacer entretenida esta propuesta. Nuestros actores (destacan Ariadna Gil y Roberto Älamo) están convincentes de uniforme y además de haberse aprendido bien los estereotipos y formas de comportamiento de nuestros militares, resuelven bien las siempre complicadas escenas de acción. La experiencia de Adolfo Martínez, que ha formado parte de las muy complejas maquinarias de producción nortemaericanas en bastantes ocasiones, parece que le ha permitido darle sentido a una historia mínima, pero a la que se le ha sabido dotar de un suficiente valor dramático. Sus personajes (y aquí tienen mucha responsabilidad los actores) parecen seres auténticos, sin dejar de ser profesionales, jugándose el tipo en una guerra difícil con muchas bajas (civiles y militares). Quizás, en ese sentido, falta una visión más crítica sobre las razones que nos han llevado a intervenir como país beligerante en estos conflictos, pero quizás ya era demasiado pedirle a una película que aspira fundamentalmente a hacer taquilla y poco más...

Roberto Sánchez  

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

viernes, 10 de marzo de 2017

La chica desconocida (2016)***

Dir: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Int: Adèle Haenel, Jérémie Renier, Olivier Gourmet, Thomas Doret, Fabrizio Rongione, Christelle Cornil.



Una noche, después del cierre de su consultorio, Jenny (Adèle Haenel), joven médico generalista, escucha el timbre, pero se niega a abrir al haberse superado la hora de atención a los pacientes. Al día siguiente, se entera por la policía de que han encontrado, no lejos de allí, a una joven muerta, sin identidad. 

Los hermanos Dardenne desde 1978, cuando se iniciaron en el mundo del cine con su documental Le chant du rossignol, pasando por sus escalofriantes ficciones  Rosetta (1999), El hijo (2002) o El niño de la bicicleta (2011) continúan comprometidos con seguir indagando en la realidad. Logran profundizar de modo riguroso en la psicología del ser humano. Una película con un posible asesinato que debe resolverse, pasa en sus manos a convertirse en una indagación directa sobre la responsabilidad y sus límites, sobre el sentido de la culpabilidad. Al final, la resolución del misterio que rodea a la muerte de una joven mujer de origen africano en mitad de las calles de la civilizada Lieja, no tiene casi interés. Sí lo tiene ir comprobando cómo la doctora y sus pacientes, y el resto de personas del entorno en el que se mueve la acción, afrontan la muerte de esa mujer.



La doctora, con una sólida y sencilla interpretación de la joven actriz francesa Adèle Haenel, indaga, pregunta, investiga, intenta descubrir los síntomas que delaten al culpable, que al final nos permitirán a los que asistimos al no-espectáculo que ofrece el film, dilucidar sobre cuál es la enfermedad que tiene nuestra rutilante y avanzada sociedad occidental, normalmente atraída por la espectacularización del crimen y de las conductas más aberrantes que se ofrecen como atractivas golosinas por la televisión y ciertos géneros cinematográficos.

¿Dónde reside la enfermedad, dónde se localizan los males que acosan nuestra sociedad del bienestar?  

-Aragonia-

Logan (2017)***


Dir: James Mangold
Int: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Dafne Keen, Boyd Holbrook, Stephen Merchant, Elizabeth 
Rodriguez, Richard E. Grant, Doris Morgado, Han Soto, Julia Holt, Elise Neal, Al Coronel



Scott Frank, James Mangold y Michael Green han convertido en guión cinematográfico una historia concebida por Mangold que, con toda seguridad se ha aprovechado de la interpretación que Mark Millar, uno de los más célebres guionistas de cómics en la actualidad, ha hecho de Wolverine, personaje creado en el universo Marvel por Herb Trimpe, John Romita Sr., Len Wein y Roy Thomas, y uno de los más carismáticos X-Men que, en su paso al cine, se ha hecho de carne (y adamantium) en el fornido cuerpo del actor australiano Hugh Jackman. El mismo James Mangold ya se aproximó  al personaje en Lobezno inmortal (2013), y parece haber recogido la opción de Mark Millar que reinterpretó al personaje en un relato titulado El viejo Logan, siguiendo la estela, dicen, del Sin perdón de Eastwood. 

La palabra clave para interpretar este buen film de Mangold es: Western. Dentro del género, ya probó fortuna en El tren de las 3:10 (2007), y de algún modo el policíaco Copland (1997) y el biopic sobre Johny Cash En la cuerda floja (2005), además de estar entre sus mejores películas tienen evidentes rastros del género y nos muestran a personajes crepusculares que saben que su final puede estar próximo pero que seguirán adelante hasta el final de modo heroico e imperturbable.



En el mundo en el que vive Logan (en un futuro nada halagüeño fechado en 2029) los mutantes han sido prácticamente exterminados. Enfermo y desesperado cuida y oculta al Doctor Charles Xavier (Patrick Stewart), acosado por la demencia, perseguido por el gobierno con el único fin de eliminarlo. En medio de esta situación desesperada aparecerá Laura (Dafne Keen), una niña que tiene unos poderes muy parecidos a los de Logan. Pronto tendrán que huir de un selecto grupo de soldados mejorados con implantes cibernéticos y algo más...La película se convierte en una road movie, en una huida desesperada. 



Seguramente estamos ante una de las películas de la franquicia Marvel con un tratamiento más serio y reflexivo. Las preguntas, siempre latentes en la serie X-Men, sobre el papel de los diferentes, sobre los que no son como la mayoría pero son poderosos, los perseguidos y su psicología así como la de sus perseguidores, alcanzan en este film un rango tan importante como la acción trepidante que, por cierto, no falta. Ningún seguidor del personaje (en el cómic o el cine) quedará decepcionado.  

James Mangold ha sido capaz de realizar una de sus mejores películas apoyándose en el universo del cómic Marvel, además de hacer un oportuno homenaje al género western, citando directamente el clásico de George Stevens, protagonizado por Alan Ladd, Raíces profundas (Shane, 1953) y ésto es, además de agradable, una buena noticia.

Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

miércoles, 8 de marzo de 2017

El guardián invisible (2017 )***

Director: Fernando González Molina
Int: Marta Etura, Elvira Mínguez, Francesc Orella, Itziar Aizpuru, Carlos Librado, Miquel Fernández, Pedro Casablanc, Colin McFarlane, Benn Northover, Paco Tous, Manolo Solo, Ramón Barea, Patricia López, Quique Gago, Mikel Losada, Susi Sánchez, Miguel Herrán, Richard Sahagún, Miren Gaztañaga, Javier Botet

Nos encontramos una vez más con un thriller hecho en España (ahora en coproducción con Alemania), un género al que parece le estamos tomando la medida. El guión es de Luiso Berdejo, todo un especialista en los géneros de terror ([Rec], en 2007) y el thriller (La otra hija, de 2009, en la que además dirigió a Kevin Costner como protagonista), que al adaptar la novela de Dolores Redondo (la primera de una trilogía muy conocida ambientada en el Valle del Baztán), no ha tenido reparos en construir una historia al modo de los más estereotipados trabajos del cine norteamericano actual. Junto a Fernando González Molina (con su reciente éxito de taquilla Palmeras en la nieve, otra adaptación, en este caso de una novela de la oscense Luz Gabas) han sabido fusionar con buen criterio ese estilo plenamente anglosajón junto a ciertas peculiaridades que surgen del entorno, las localizaciones y ambientaciones en lugares y parajes naturales del norte de Navarra.


En la ribera del Baztán aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en circunstancias que relacionan ese crimen con un asesinato ocurrido un mes atrás. La inspectora Amaia Salazar, una eficiente y convincente Marta Etura,  dirige la investigación, la cual le llevará de vuelta al pueblo de Elizondo, donde ella creció y del que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las complicadas derivaciones (inevitablemente familiares) del caso y sus propios fantasmas, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un implacable asesino, en una tierra fértil en supersticiones y brujería.



Se ha jugado con habilidad la carta de las viejas tradiciones emparentadas con brujas y las supersticiones sobre seres fantásticos que habitan los bosques primigenios del territorio vasco (por ejemplo la de el basajaun) que envuelven esta historia con psicópata y asesinatos rituales, dándole a todas las situaciones un aire peculiar. El trabajo de ambientación fotográfica de Flavio Martínez Labiano, logra convertir el paisaje en un personaje decisivo que nos ayudará a situarnos mejor en ese oscuro territorio al que ha regresado la joven investigadora formada en el FBI. 

En general la película funciona bastante bien, a pesar de ciertos desajustes y cambios de tono algo forzados, que se producen, por ejemplo, en las llamadas telefónicas de Amaia a uno de sus mentores norteamericanos (al que vemos en un soleado New Orleans, en un acusado contraste con el siempre lluvioso y opresivo Baztán de esta historia), o en su relación, no demasiado bien justificada, con su pareja James (Benn Northover), de profesión artista y que, la verdad, casi no pinta nada en la  trama, salvo la de ser un mero comparsa. Más bien parece que la inclusión de estos angloparlantes sólo existe para justificar la co-producción y distribución internacional. 

Mención especial merecen el amplio número de actores secundarios que le dan solidez y credibilidad al resto de personajes, permitiendo esa construcción de paisajes humanos que tan bien encajan en un entorno misterioso, complejo y contradictorio.

Roberto Sánchez  

-Aragonia, C. Grancasa, Cervantes, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

jueves, 2 de marzo de 2017

Es por tu bien (2017 )**

Director: Carlos Therón
Int: José Coronado, Javier Cámara, Roberto Álamo, Pilar Castro, Carmen Ruiz, María Pujalte, 
Silvia Alonso, Georgina Amorós, Andrea Ros, Miki Esparbé, Luis Mottola, Miguel Bernardeau, Manolo Solo, Luis Callejo, Manuel Burque, María Hervás.


La sombra de las teleseries y de la "comedia oficial española de éxito (o en su busca)" es muy alargada. Carlos Therón está acostumbrado a producir y realizar teleseries (Olmos y Robles, Chiringuito de Pepe) y a la búsqueda de esa comedia de éxito, por ahora infructuosa, en títulos para la gran pantalla como Fuga de cerebros 2 (2011) o Impávido (2012). Los guionistas, Manuel Burque y Josep Gatell, son una extraña pareja. El primero tiene mucha experiencia como actor secundario de comedia (en series y largometrajes) y colaboró en el guión de Perdona si te llamo amor (2014), de Joaquín Llamas; y el segundo, ha sido un colaborador habitual de estrellas de la comedia televisiva como Andreu Buenafuente o José Mota. 

Las espectativas, como pueden suponer, no eran las mejores a pesar de que por parte de los exhibidores, al menos en Zaragoza, les han permitido exhibir en las mayores y mejores salas. No sé todavía cuál habrá sido la acogida entre el "gran público", pero a un buen degustador de cine, simplemente le parecerá "otra más". Hay, en esta nueva comedia española, una huida consciente de la realidad, una simpleza en los planteamientos alarmante y afortunadamente unos actores, generalmente muy bregados, capaces de solucionar, en parte, las carencias de unos guiones superficiales y que pretenden entretener, sólo entretener...



Me parece bien que no haya "monologuistas", y que sus tres protagonistas masculinos (los 
"supercuñados") sean actores que ya han demostrado su valía y que además, en otros géneros, desde la comedia al thriller, también hayan destacado por su buen rendimiento. Esa es, en definitiva,  la única razón por la que soporté (aunque con no pocos apuros) el visionado de una comedia costumbrista que no pasará a la historia del cine español. Y ya veremos, cuál es la respuesta de ese gran público que se busca de modo desesperado...

Roberto Sánchez  

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T2: Trainspotting (2017)***

Dir: Danny Boyle
Int: Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewen Bremner, Kelly Macdonald, Shirley Henderson, Steven Robertson, Anjela Nedyalkova, Irvine Welsh.

Han pasado 20 años desde que Mark Renton (Ewan McGregor) abandonara Escocia, y la heroína. Ahora, Renton vuelve a su Edimburgo natal con el objetivo de rehacer su vida y reencontrarse con sus amigos de toda la vida: David "Spud" Murphy (Ewen Bremmer), y Simon "Sick Boy" Williamson (Jonny Lee Miller); al mismo tiempo que Francis "Franco" Begbie (Robert Carlyle) sale de la prisión con sed de venganza.... Secuela de Trainspotting (1996), basada en Porno, la siguiente novela de Irvine Welsh. Como en la primera, la adaptación es de John Hodge y sus personajes siguen disfrutando del "trainspotting", palabra con un doble sentido que por un lado hace referencia a toda una afición muy británica que consiste en sentarse en una estación y contemplar el paso de los trenes, identificándo los modelos y tipos de trenes o vagones, y por otro, en la jerga de los heroinómanos, tiene que ver con la búsqueda de una vía (una vena) para inyectarse "la mierda", "el jaco"...El recorrido tortuoso, pero hilarante, de nuestros personajes continúa... 

Aquello de que "20 años no son nada", podría parecer cierto para aplicarlo a esta secuela que el mismo Danny Boyle ha dirigido con el desparpajo habitual, pero "los años no pasan en balde" y el estilo que resultaba impactante en los noventa (muy cargado de recursos habituales en la publicidad y el videoclip musical) ya no lo es tanto en el siglo XXI. El contenido de la historia, marcado por las correrías de este grupo de jóvenes heroinómanos escoceses, ha tenido que transformarse en las aventuras y desventuras de unos inadaptados (¿o es justo lo contrario?) con los achaques típicos de la madurez, pero que emocionalmente continúan siendo unos inmaduros, incapaces de enfrentarse a la tozuda realidad. 




No falta el habitual humor negro que destilan las obras de Irvine Welsh, la violencia escatológica y una puesta en escena que, por momentos, resulta brillante. Entre unas cosas y otras, la película con una más que ajustada hora y 34 minutos, resulta bastante entretenida y, además, provocará en más de un espectador que viera en su momento la versión de 1996, hacerse la pregunta de que hemos hecho con nosotros mismos en estos últimos veinte años. 



Aquella sociedad de los noventa que hacia posible la existencia de estos seres descolocados y despreciables pero tremendamente humanos, ¿ha cambiado, o sigue estando en un punto muerto, en el que el neocapitalismo salvaje, la violencia y el sinsentido continúan sin fin...? 

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