miércoles, 29 de marzo de 2017

El bar (2017)***

Dir: Álex de la Iglesia
Int: Blanca Suárez,  Mario Casas,  Secun de la Rosa,  Carmen Machi,  Jaime Ordóñez, Terele Pávez,  Joaquín Climent,  Alejandro Awada,  Jordi Aguilar,  Diego Braguinsky, Mamen García.

Son las 9:00 horas. Un variado grupo de personas desayuna en un bar en el centro de Madrid. Uno de ellos tiene prisa; al salir por la puerta recibe un disparo en la cabeza. Nadie se atreve a socorrerle y además pronto descubren que ocurre algo muy extraño en el exterior. Están atrapados.

Álex de la Iglesia y su habitual Jorje Guerricaechevarria, vuelven a montar un dispositivo que les permite poner a sus personajes en una situación límite. Con una parafernalia (escenográfica) más sencilla y austera de lo habitual (un bar de barrio, su sotano, las alcantarillas,...) logran centrar plenamente la atención en sus personajes, representantes, en este pequeño microcosmos, de lo que ahora mismo somos los españoles. No renuncian, los guionistas, siempre amigos de los toques cercanos a ciertos argumentos del cómic, a sugerir una situación que, aunque podría ser real, apuesta por la exageración y el expresionismo, por el trazo grueso. Probablemente Álex de la Iglesia sea uno de los directores menos sutiles de la historia del cine. En principio, esto no es ningún defecto, ya que responde a una voluntad de estilo manifiesta desde su primera película (el cortometraje Mirindas asesinas, de 1991) y que ha dado notables resultados en, por ejemplo, El día de la bestia (1995), dónde, además, el entrelazado entre la fantasía, el terror y la idiosincrasia carpetovetónica alcanzaron una perfección ya nunca igualada por mucho que se haya esforzado la pareja de guionistas formada por Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarria por seguir reinventando ese peculiar universo en entregas tan irregulares como Las brujas de Zugarramurdi (2013).



Sin perder ese gusto por el trazo grueso, pero en una vertiente más social (menos fantasía y más esperpento) estarían La comunidad (2000), Crimen ferpecto (2004) o La chispa de la vida (2011), también irregulares pero con duros, divertidos y satíricos retratos de nuestros congéneres y vecinos. Quizás esa sea la línea preferida en El bar, que tiene un inicio brillante y un final no menos atractivo (al menos en su planteamiento visual), en ambos casos acompañado con criterio acertado de un ritmo (con base jazzística) que han compuesto con resultados magníficos el valenciano Carlos Riera y el mallorquín Joan Valent,  recreando con maestría los modelos dados por Duke Ellington y Bernard Herrmann, fusionados por la magia de esta sugerente composición.



¿Qué sucede en mitad de esos dos momentos? Pues, lamentablemente poca cosa. Una de los peligros del cine de Álex de la Iglesia es una cierta tendencia al caos que parece apoderarse por completo de algunas de las situaciones de acción sin que se logre otra cosa que el despiste y los descuidos en cuanto a la verosimilitud. Vale más crear una situación límite, aunque se corra el riesgo de perder su sentido con el conjunto de la acción. Ese es el principio que parece haber prevalecido...

A pesar de ese casi vacío central y de cierto infatilismo remanente, la película resulta entretenida, quizás debido a los aciertos del comienzo y el desenlace, a los que hay que sumar el buen hacer de los actores (todos ellos), metiéndose en la piel de estos esperpénticos personajes que ya son típicos y tópicos en los universos creados por De la Iglesia y Guerricaechevarria.


Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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