lunes, 27 de marzo de 2017

Crudo (Grave, 2016)***

Dir: Julia Ducournau
Int: Garance Marillier, Ella Rumpf, Rabah Nait Oufella, Laurent Lucas, Bouli Lanners, 
Joana Preiss, Marion Vernoux, Denis Mpunga, Jean-Louis Sbille

La pasión por la carne

Justine, una inteligente joven de dieciséis años que vive en el seno de una familia de vegetarianos se dispone a ingresar en una prestigiosa Facultad de veterinaria (en la que también estudia Alexia, su despótica hermana mayor interpretada por la joven actriz Ella Rumpf). Las brutales inocentadas por parte de los veteranos de la facultad (con homenaje al filme Carrie incluido), le obligarán a ingerir carne cruda por primera vez. A partir de ahí, las consecuencias para ella y para su organismo serán imprevisibles. 

Protagonizada por una hasta ahora desconocida y brillante Garance Marillier (que tan sólo había intervenido en un cortometraje y en la película para la televisión Mange (2012), dirigidos por la misma Julia Ducournau y germen de este largometraje), la película contiene diversas referencias y homenajes a filmes que de un modo más o menos sobrenatural han tratado las ansias del ser humano por la carne y la sangre: desde la casi citada El ansia (Tony Scott, 1983), pasando por la ya citada Carrie (1976, Brian De Palma), podemos encontrar también que esta interesante ópera prima bebe (nunca mejor dicho) de películas como Ginger Snaps (2000, Mchael Shields), En mi piel (2002, Marina de Van), la mexicana Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010)  o Trouble Every Day (2001, Claire Denis), interpretada por una hermosa y perturbadora Béatrice Dalle. 





En esta ópera prima audaz y gamberra de la joven directora gala Julia Ducournau (que se llevó tres galardones en Sitges, amén del Fipresci de Cannes, Mejor Director en el Austin Film festival y otra mención en el de Londres), el espectador se ve atrapado muy pronto por una espiral incómoda que le recuerda esa naturaleza primitiva que, como animales que somos, arrastramos a pesar de nuestra cobertura de seres civilizados y socialmente correctos. 



Película de género, muy del gusto de la audiencia ávida de sangre y emociones fuertes del Festival de Cine Fantástico de Sitges, que sin embargo trasciende los códigos del gore más burdo y generalista para adentrarnos en esta perturbadora historia con inteligencia y una sabiduría visual y narrativa poco habitual en un primer largometraje. No es Crudo un filme para todos los paladares y es posible que hiera la sensibilidad de un buen número de espectadores sensibles y/o impresionables (en en Festival de Toronto se produjeron varios desmayos en la sala). Tampoco es recomendable verla recién comido, mejor hacer la digestión antes con una buena siesta. No obstante y, advertencias aparte, Crudo es un filme interesante y sorprendente, lo que no es decir poco a estas alturas de un género (el terror y fantástico en general), en el que parece que todo está trillado e inventado. 

Julia Ducournau ha sabido extraer el lado más oscuro y primitivo del ser humano y  ponerlo delante de nuestros ojos. Una de las muchas realidades que el ser humano  actual esconde o no desea ver, como tantas otras, haciendo gala de una corrección  social, política y de comportamiento que no deja de estar llena de máscaras. Máscaras que la joven directora francesa ha criticado con audacia, talento y buen hacer fílmico. Habrá que seguirla muy de cerca. 

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, Puerto Venecia, Yelmo- 

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