lunes, 26 de junio de 2023

IX Muestra CInematográfica de Moyuela. Sábado 1 de Julio desde las 18.30

 

 


Veremos seis cortometrajes que optarán a los dos premios que otorga el público asistente.









Y además una exposición de cartelas sobre el vestuario cinematográfico, sobre sus diseñadores y sobre la Empresa Cornejo.




viernes, 23 de junio de 2023

El maestro jardinero (2022)****

 Dir: Paul Schrader 

Int: Joel Edgerton, Sigourney Weaver, Quintessa Swindell, Esai Morales, Eduardo Losan,  Victoria Hill, Rick Cosnett, Jared Baskens


El regreso de Schrader, uno de los grandes

Aunque Paul Schrader es más conocido por su faceta de valorado y premiado guionista, gracias sobre todo a trabajos como los de Yakuza (Sydney Pollack, 1974), Taxi Driver (1976) y Toro Salvaje (1980), estas dos últimas verdaderas obras maestras dirigidas por Martin Scorsese, Schrader ha ejercido también como cineasta, poniéndose tras las cámaras, siempre con el soporte de su propio guion. 

Como director, Schrader cuenta ya, desde finales de los años setenta del siglo veinte, con veintiséis largometrajes, destacando entre ellos con títulos como: American Gigolo (1980), que lanzó a la fama a Richard Gere o El beso de la pantera (1981), remake con estética rompedora de La mujer pantera (1942) de Jacques Tourneur. 

Años después, vinieron la perturbadora El placer de los extraños (1990), con un inmenso Christopher Walken, y la excelente Aflicción (1997), con unos magníficos Nick Nolte y James Coburn. Tras algunos filmes irregulares y más comerciales, El Schrader más genuino regresará en 2017 con El reverendo, filme en el que se luce un magnífico Ethan Hawke, y con el que comienza una trilogía sobre sus temas troncales: la redención y el perdón. A esta seguirá en 2021 El contador de cartas, con un buen trabajo de Oscar Isaac. Y, ahora, un año después de su finalización, ha llegado a nuestras pantallas, al fin, El maestro jardinero, broche de oro de dicha trilogía denominada “Man in a room”.




En El maestro jardinero (con guion del propio Schrader), se nos cuenta la historia de Narvel Roth, un hombre enigmático (interpretado por un impecable Joel Edgerton), meticuloso horticultor de los espectaculares jardines “Gracewood Gardens”. Narvel, ayudado de un equipo de jóvenes colaboradores, se dedica en cuerpo y alma a cuidar los jardines de esta maravillosa e histórica finca propiedad de su jefa, la rica viuda Sra. Havernhill (Sigourney Weaver). Pero el equilibrio y la rutina de la ordenada existencia de Narvel se romperán cuando la Sra. Haverhill le exija que tome como aprendiz a su rebelde y problemática sobrina Maya (una Quintessa Swindell que cumple bien su cometido). 




Esta nueva situación va a provocar una sucesión de acontecimientos en los que la violencia y el resurgimiento del oscuro pasado de Narvel serán protagonistas. Con austeridad y precisión de cirujano, Paul Schrader logra una simbiosis perfecta entre la naturaleza botánica y la propia naturaleza calmada y organizada de su jefe jardinero, un Navel Roth de una profesionalidad y conocimientos impecables, que cuida y vive esos jardines como si él mismo formara parte de su esencia. La llegada de la joven y rebelde Maya irá introduciendo cambios en su tipo de vida y, la atracción entre ambos, terminará prendiendo la mecha de una situación de consecuencias imprevisibles. 

A nivel interpretativo, destaca por encima de todo el duelo entre dos pesos pesados, la veterana Sigourney Weaver (inolvidable Ripley de la trilogía de Alien) y un sólido Joel Edgerton, actor, guionista y director de origen australiano que, en los últimos años, ha sorprendido y entregado a los cinéfilos grandes trabajos en filmes como  Warrior (Gavin O´Connor, 2011), El regalo (Joel Edgerton, 2015); Loving (Jeff Nichols, 2016) o un thriller excelente como El extraño (Thomas M. Wright, 2021). 

Con una fotografía de Alexander Dynan, a través de la cual podemos disfrutar de toda la belleza de las flores y plantas, así como de los ambientes oscuros que van decantando la trama y a los propios personajes protagonistas, y una banda sonora de Devonte Haynes que acompaña de forma casi imperceptible toda la historia desde la discreción, El maestro jardinero es un prodigio de equilibrio, economía narrativa, ingenio y elegancia. Un excelente thriller alejado del ruido y la pirotecnia de los efectos especiales, más cercano al gran cine que se hacía en los años 70 y 80 por parte de grandes guionistas y directores. Con un guion preciso, marca de la casa Schrader, en el que el ritmo pausado, lejos de aburrir, enriquece y dota a los personajes de una profundidad y fuerza en secuencias en las que es el cine en estado puro, quien toma el protagonismo absoluto como arte visual, valiéndose de grandes actores y los demás elementos artísticos de la película para mantener al espectador pegado a la pantalla sin poder pestañear, y todo ello con la sabiduría de un ritmo pausado que engancha más que la manida adrenalina a base de tiros. 

Si no le he dado cinco estrellas, la calificación que le otorgaría el calificativo de obra maestra a El maestro jardinero, es porque quizá, la transición a la parte de thriller más convencional, me parece un tanto abrupta. Creo que ahí, Schrader podría haber afinado aún más. A pesar de ello, sin duda, ahora mismo es la mejor opción para todo espectador/a que desee disfrutar del buen cine. Extraordinario cine, diría yo, con pátina de clásico. Un verdadero regalo para los amantes del séptimo arte de la mano de un “peso pesado” creador de historias. Un Paul Schrader que, con setenta y siete años a sus espaldas, demuestra estar aún en plena forma.




Así que, larga vida al Cine con mayúsculas y a cineastas y guionistas como él, pues cada vez van quedando menos. Sin duda, con El maestro jardinero, el veterano “toro salvaje” del celuloide ha vuelto a dar una lección de cine a muchos directores actuales más centrados en la forma que en el fondo. Y es que, la mayoría de las veces, menos es más. 

Y Paul Schrader sigue siendo, sin duda alguna, uno de los grandes.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine

martes, 6 de junio de 2023

Mi crimen (2023)****

 Dir: François Ozon

Int: Nadia Tereszkiewicz, Isabelle Huppert, Fabrice Luchini, Dany Boon, Jean-Christophe Bouvet, Rebecca Marder, Michel Fau, Radostina Rogliano, Félix Lefebvre, Edouard Sulpice, André Dussollier, Olivier Broche, Franck de la Personne, Evelyne Buyle, Régis Laspalès, Daniel Prévost, Myriam Boyer, Suzanne De Baecque, Lucía Sánchez, Jean-Claude Bolle-Reddat, Dominique Besnehard.



Vuelve el cinéma noir francés de la mano del maestro Ozon

Me he referido, en el título de este artículo, al cineasta galo François Ozon, como un maestro. Para mí, desde luego, es uno de los mejores directores de cine francés de los últimos veinticinco años. Allá por 1999, Ozon se estrenó en el largometraje a través del thriller y el género negro con Los amantes criminales (1999). Poco después, se afianzará en un género que le va a dar grandes satisfacciones con Bajo la arena (2000), la maravillosa película coral 8 Mujeres (2002) y con otro estupendo film noir, La piscine (2003), protagonizado por Charlotte Rampling, una de sus estrellas fetiche. 



Habrá que esperar a la primera década del siglo XXI para saborear otras magníficas obras suyas como En la casa (2012), Joven y bonita (2013) y Una nueva amiga (2014). De nuevo, Ozon se luce como un excelente director de actrices y un cineasta que domina los resortes del cine negro con un característico humor negro marca de la casa.


Esta simbiosis perfecta de comedia y cine negro, con un elegante toque a lo Agatha Christie, son los 
pilares de estilo con los que el cineasta galo construye Mi crimen. Una historia de crimen e intriga con aires de vodevil en la que Ozon vuelve a lucirse como un gran director de actrices. El filme nos traslada a la Francia de 1935. Allí, un magistrado deberá resolver el asesinato de un banquero parisino envuelto en un caso de acoso sexual. De entre toda una serie de pintorescos sospechosos destaca una joven y bella actriz, Madeleine Verdier (una maravillosa Nadia Tereszkiewicz), cuyos deseos de fama y fortuna embrollarán toda la investigación. Junto a esta, la hermosa abogada Pauline Mauléon (interpretada por Rebecca Marder), formarán le pareja defensiva frente a presión de la justicia. 


Mención aparte merece un elenco de actores y actrices con solera, entre los que destaca, como no podía 
ser menos, la siempre impecable Isabelle Huppert, un verdadero animal fílmico que nunca falla, sea cual sea el papel que interprete: muy bien arropada por André Dussollier y Fabrice Luchini (que encarna al histriónico juez Gustave Rabusset). El personaje de Huppert (Odette Chaumette) encarna el elemento argumental sorpresa que dará un vuelco a toda la investigación. 

Con una ambientación y un vestuario exquisitos, François Ozon construye un filme delicioso, con un estilo inequívocamente clásico; con homenaje incluido al Hollywood dorado y a títulos como Curvas peligrosas (Mauvaise Grain, 1934) que Billy Wilder rodó en Francia, y que se disfruta como una lenta merienda de tarde de domingo con chocolate con churros. 

Un retorno a la comedia noir con base de thriller, género que tan bien conocen los cineastas galos, pues no en vano ellos fueron los creadores del cine negro que, después, copiaron y adaptaron como género los directores norteamericanos.

Un género, el negro (o noir), que demuestra con Mi crimen estar más vivo que nunca. Así que larga vida al cinéma noir, al cine francés y a François Ozon, un cineasta que con más de veinte títulos en su haber, se consolida como uno de los directores más sólidos del cine francés y del género negro y de la comedia noir en particular. Mi crimen posee el encanto y la elegancia del cine clásico francés, así que si les gusta éste y, además son fans de la Huppert, no se la pueden perder.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine