martes, 21 de diciembre de 2021

Lamb (2021)***

Dir: Valdimar Jóhannsson

Int: Noomi Rapace, Hilmir Snær Guðnason, Björn Hlynur Haraldsson, Ester Bibi, Ingvar Eggert Sigurdsson.


El silencio del cordero 

María e Ingvar es una pareja joven pero sin descendencia que vive aislada con sus animales en una remota isla de Islandia. Cuando descubren un misterioso recién nacido, deciden quedárselo y criarlo como a su propio hijo. Esta nueva situación trae mucha felicidad a la pareja, pero las circunstancias evolucionaran de un modo que no se esperan. 


Este es, a grandes rasgos, la premisa argumental con la que el director nórdico, oriundo de esas mismas 
tierras frías de Islandia, nos introduce en un mundo igualmente gélido, en el que el clima de paz, serenidad y naturaleza en estado puro contrasta con una tensa calma que se mueve en dos niveles o zonas de división de la película: el antes y el después de la llegada de una nuevo ser que les va a cambiar la vida.  

Y digo, tensa calma, porque a pesar de que esta pareja de granjeros viven en un aparente remanso de paz, rodeados de sus tierras y ganado, con el único sonido de un límpido riachuelo que las atraviesa, la relación entre ellos es tan fría como el clima que soportan. 



De repente, un día, como en un belén navideño rodeado de paja, se encuentran con un alumbramiento inesperado que, en principio, no parece tener un origen humano (es difícil explicarlo sin hacer spoiler, porque en esta película, nada es sencillo de explicar). Esto que, además, parece tan navideño, se podría entender también como un guiño o una metáfora seudoreligiosa. 

En cuanto a géneros, también es un filme difícil de encuadrar, aunque es indudable, por todo lo anteriormente expuesto, su naturaleza y afiliación al fantástico (no en vano, ha sido la gran triunfadora del último Festival de Cine Fantástico de Sitges 2021). Lamb contiene elementos de lo que hoy se denomina “Horror Folk” y que no son otra cosa que filmes con base y alusiones a los cuentos tradicionales y a la tradición oral de historias oscuras y/o macabras que antaño se contaban a los niños para que tuviesen respeto a seres y fuerzas de la naturaleza, a veces de origen poco explicable. En ese sentido, Lamb se mueve en ese ambiente campestre y natural en el que también navegaba el Midsommar (2019) de Ari Aster, uno de los directores actuales más innovadores del género. En este sentido, por intentar ahondar en sus posibles referencias, Lamb bebería también de cintas como El bosque (M. Night Shyamalan, 2004) o la más reciente La bruja (Robert Eggers, 2015).


Con tan solo un cortometraje anterior titulado 
Harmsaga (2008), su ópera prima, cuyo título en español (Dolor) y argumento, son, sin duda un pilar temático de este Lamb, el director nórdico Valdimar Jóhannsson, ha construido un filme inclasificable, a ratos desconcertante, y cuyo final (por supuesto no voy a destriparlo) podría haber sido aún más impactante. El dolor, se constituye pues en una alegoría que vertebra todo el filme de principio a fin. Lamb, cuya historia y guion han sido escritos por Sjón Sigurdsson y el directorparece indicarnos con ello que la felicidad es un anhelo humano inalcanzable, a pesar de que la esperanza en que nuestros deseos lleguen a cumplirse pueda hacerse realidad, pero ya conocen la sabiduría de los refranes, y uno de ellos dice: “Ten cuidado con lo que deseas, porque puedes llegar a conseguirlo”.

GONZALO J. GONZALVO