domingo, 27 de enero de 2019

La favorita (2018)****

Dir: Yorgos Lanthimos
Int: Olivia Colman, Emma Stone, Rachel Weisz, Nicholas Hoult, Joe Alwyn, James Smith, Mark Gatiss, Jenny Rainsford, Tim Ingall, Basil Eidenbenz, Timothy Innes, Jack Veal, James Melville, Hannah Morley, John Locke.

Esta historia se apoya en un guion de Deborah Davis y Tony McNamara que reconstruye y reinterpreta los últimos años de la vida de la Reina de Inglaterra Ana Estuardo (Queen Anne), nacida en 1665, reinó desde 1702 a 1714 (fecha de su muerte). Deborah Davis ha aportado la revisión histórica y Tony McNamara, un guionista y ocasional realizador británico poco conocido en España, le ha dado a Yorgos Lanthimos la base argumental a la que el brillante realizador griego ha aplicado su sofisticada puesta en escena.



A principios del siglo XVIII, muchos usos y costumbres de las monarquias de raigambre medieval están empezando a resquebrajarse y el parlamentarismo británico cada vez evidencia más que los poderes absolutos de los reyes, ya no son tales. Inglaterra está en guerra contra Francia. Anne (Olivia Colman), ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna en la práctica el país en su lugar, debido al precario estado de salud y al carácter inestable de la monarca. Cuando una nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone), aparece en palacio, su encanto seduce a Sarah y pronto también a la Reina. Sarah ayuda a Abigail, sin sospechar la capacidad para aprender y entender los usos de la corte y la ambición de esta nueva favorita. Como la política cada vez ocupa más el tiempo de Sarah, Abigail empieza a acompañar con frecuencia a la reina y a ganarse su voluntad.



Con buen criterio, Lanthimos ha orquestado todos los movimientos de cámara para destacar la trepidante lucha por el poder de Sarah y Abigail, un poder que pasa por controlar a la reina. Si no fuera por el espectacular trabajo interpretativo de  Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weisz, todo sería muy diferente. Pero si hay algo indiscutible en este director es el buen rendimiento que siempre ha sacado de sus actores a los que siempre coloca en situaciones vitales muy extremadas, logrando que todos ellos resulten convincentes. En Canino (2009) y Alps (2011), rodadas en su Grecia natal, lo hace con un reparto local, y en  Langosta (2015) y El sacrificio de un ciervo sagrado (2017), los actores son británicos o por lo menos de habla inglesa. En las dos últimas, su complejo y metafórico universo sigue muy vigente, incluso reforzado, al apoyarse en actores y actrices capacitados para afrontar esos límites además de ser renocidas estrellas internacionales (aspecto a tener en cuenta para su difusión internacional), dispuestos a afrontar el potente reto que siempre propone Lanthimos, en una peculiar reinterpretación de la tragedia clásica, trufada de elementos surreales y a veces fantásticos.



La favorita a rebajado algo el riesgo formal, sin renunciar a su brillante estilo visual (grandes 
angulares que deforman y magnifican los salones reales,los paisajes y hasta las personalidades), recordando en un bello homenaje a algunos de los mejores momentos de la magistral Barry Lyndon (1975), de Stanley Kubrick, realizador con el que tiene ciertas conexiones, al menos en los aspectos formales.



Esa cruenta batalla por el poder, entre mujeres, en el seno de una corte real, en la que los partidos (tory y whigs) empiezan a jugar un papel importante en el gobierno Inglaterra y su incipiente Imperio, está contada con virtuosismo y una capacidad para transmitirnos la violencia, el dolor y la ambición de unos personajes capaces de llegar a los límites más extremos con tal de acceder al poder.  Seguro que tendrá sus opciones en los próximos Oscars.

Roberto Sánchez

-Aragonia, Cervantes, Maravillas (Teruel), Multicines Cinemundo (Huesca), Puerto Venecia- 

jueves, 17 de enero de 2019

La Torre Oscura (2017)** Referencia esprés 31

Dir: Nikolaj Arcel 
Int: Idris Elba, Matthew McConaughey, Tom Taylor, Katheryn Winnick, Abbey Lee, Jackie Earle Haley, Fran Kranz, Claudia Kim, Michael Barbieri, José Zúñiga, Dennis Haysbert, Nicholas Hamilton, Ben Gavin. 

En un mundo extrañamente parecido al nuestro un cowboy de nombre Roland Deschain de Gilead (Idris Elba) persigue a su eterno enemigo, "el hombre de negro"(Matthew McConaughey). Roland, solitario, quizá maldito, anda sin descanso a través de un paisaje triste y abandonado. Conoce a Jake (Tom Taylor), un chico de Nueva York pero venido de otro tiempo, y ambos unen sus destinos. Ante ellos están las montañas. Y mucho más allá, la Torre Oscura... Adaptación a cargo de Akiva Goldsman, Jeff Pinkner, Anders Thomas Jensen y Nikolaj Arcel de la saga literaria de Stephen King. Muchas de las historia de Stephen King parecen pensadas a priori para su posible adaptación 
fílmica y esa característica no le falta a esta serie de novelas que fusionan la fantasía heroíca, novela de caballerías y el western, siempre en un tono reconocible, cercano y fiel al género de terror, mezclado en este caso con la fantasía. Tenía todos los ingredientes para triunfar pero The Dark Tower, a pesar de reunir a dos actores eficientes y brillantes como Idris Elba y Matthew McConaughey, no termina de cuajar. En el salto de las obras de King al cine, todas parecen perder "el alma". Ni el mismísimo King que dirigió y adaptó una historia propia en La rebelión de las máquinas (Maximum Overdrive, 1986), fue capaz de transmitir ese espíritu tan especial que sí se intuye en sus escritos. De hecho, en mi opinión, sólo en una ocasión el resultado fue brillante: El resplandor (The Shining, 1980), aunque parece claro que en este caso el culpable fue Stanley Kubrick.

Roberto Sánchez

Border (Gräns, 2018)****

Director: Ali Abbasi
Int: Eva Melander, Eero Milonoff, Viktor Åkerblom, Joakim Olsson

La soledad del diferente 

Border (que afortunadamente no ha recibido ningún título en castellano que podría haber sido catastrófico o grotesco), define bien (si nos vamos al término anglosajón Border line más conocido en psicología y psiquiatría), la situación vital de la protagonista de esta extraña historia. Y no porque su personalidad sufra un trastorno mental, sino porque su vida se mueve siempre, aún dentro de la cotidianidad, en los límites (e incluso traspasando éstos) de una realidad “humana” a la que ella se ha adaptado, pero sabiendo que posee una facultades digamos “especiales” que superan esos límites (y limitaciones) del resto de sus compañeros humanos. 



Y es que Tina siempre se ha sentido diferente a los demás. Desde su trabajo en el control de aduanas de un enorme ferry escandinavo, Tina puede, con su excepcional olfato, no sólo detectar si un pasajero lleva droga, sino además el nerviosismo, el sentimiento de culpa, la ansiedad, la violencia o el impulso de matar que lleva dentro alguien. Su vida se reduce al trabajo y la vuelta a casa, donde comparte su vida con un compañero por el que no siente nada, pero que le hace compañía como si fuera una mascota, pero que tampoco le aporta nada más. Cuando tiene fiesta, acude a visitar a su padre, ya anciano, a una especie de residencia. Sus únicos momentos de verdadera felicidad son cuando se descalza y se interna en el bosque cercano a su casa, donde entra en comunión con la naturaleza  y con los animales, con quienes parece tener un don especial para comunicarse. 




El  director de este inclasificable trabajo no es otro que Ali Abbasi, iraní  emigrado a Suecia a comienzos de milenio, que se ha inspirado para realizar esta película en Gräns, el relato corto de John Ajvide Lindqvist, autor que ya inspiró otra exitosa adaptación de crítica y público con su interesante novela Déjame entrar (2004), que el mismo convirtió en un guion y en una película excelente, dirigida por Tomas Alfredson en 2008, y rehecha para el mercado norteamericano por Matt Reeves con el mismo título en español (o Let Me In, en inglés) de 2010. Abbasi comenzó con buen pie con un impresionante cortometraje en 2011, M for Marcus, (con el que hacía homenaje al cine de David Lynch). En 2016, con su ópera prima, Shelley, presentada en el Festival de Cine Fantástico de Sitges, abordaba la cuestión de la maternidad desde el género de terror con estilo, calidad y guiños tanto a Mary W. Shelley, la creadora de Frankenstein, como a La semilla del diablo de Polanski. 

Con Border, su segundo trabajo fílmico de larga duración, el director iraní se ha llevado el galardón a la mejor película en la sección “Un Certain Regard” del Festival de Cannes de 2018, más cuatro nominaciones a los  Premios de Cine Europeo en sus categorías más importantes: mejor película, director, guion y actriz (con una casi irreconocible Eva Melander, que luce un impactante maquillaje). Con una sensibilidad exquisita, tanto a nivel narrativo como sentimental, Abbasi consigue atrapar al espectador sensible e inteligente, sorprenderle y dejarle anonadado en determinadas secuencias (alguna de extraordinaria belleza y otras de una extrañeza impactante) sin que en ningún momento la película caiga en lo grotesco, lo ridículo o lo sensacionalista. 




La mezcla de realidad y lo fantástico, impide encuadrarla en un género específico, pues en ella encontramos naturalismo, momentos de thriller policíaco, drama y, desde luego, una atmósfera fantástica que la hace apta para proyectarse en Festivales como el de Sitges. 

Abbasi vuelve a tocar el tema de la maternidad y la perpetuación de la especie con inteligentes guiños a los mitos, las leyendas y cuentos populares, y al folklore. La soledad del diferente, su aislamiento y su posible inclusión en el lado de los “monstruos” temidos por los humanos como Drácula o El hombre lobo, son cuestiones que planean también por todo el filme como una sombra alargada. 




Con unos actores en estado de gracia, especialmente Eva Melander, al que da la réplica Eero Milonof con una excelente química entre ambos. Al igual que en Blade Runner, era difícil distinguir entre humanos y replicantes, aquí, las fronteras (border también significa eso) entre humanos y extra o infra humanos (¿quienes somos los humanos para decidir eso?), son también difusas, sobre todo para la protagonista, que está tan integrada en la sociedad que le cuesta aceptar su naturaleza bizarra y diferente a pesar de que su fuerte instinto tira de ella hacia adelante de una manera imparable. 

Ali Abassi ha conseguido una película diferente, atmosférica, tan real como fantástica, donde todo lo que va sucediendo nos parece asumible y creíble, a pesar de sorprendernos con su metraje (nada excesivo por cierto) hasta el final. Una propuesta diferente e imaginativa. Ojalá hubiera muchas más com ésta. No se la pierdan.

GONZALO J. GONZALVO

-Aragonia-

martes, 15 de enero de 2019

Tanto monta (2017)** Referencia esprés 30

Dir: Gracia Querejeta

Con guion de Antonio Mercero Santos y de la misma Gracia Querejeta, se trata de un documental encargado por Factoria Prural, productora zaragozana muy vinculada al Grupo Henneo o lo que es casi lo mismo el Heraldo de Aragón. 

Gracia Querejeta es una realizadora, nacida en 1962, hija del ya fallecido y prestigioso productor de cine Elías Querejeta (1934 - 2013), que inició su trayectoria en el campo del documental y que aunque fundamentalmente ha preferido la ficción, acaba de completar ocho episodios de la serie documental Rutas de Andalucía (2019).
Que yo sepa, este documental que se ocupa de la vida de Fernando II de Aragón, no ha tenido, de momento, un estreno en salas comerciales, salvo en Zaragoza. Pude verlo en diciembre de 2017 en su preestreno zaragozano y lo cierto es que me pareció muy pobre y limitado en todos los aspectos. El intento de dramatizar algunas situaciones con actores aficionados y niños, resulta atrevido y ocurrente en algunos casos, pero termina por darle un toque excesivamente naíf al conjunto, a pesar del competente asesoramiento histórico de historiadores tan reconocidos como José Ángel Sesma y Guillermo Fatás.

El vicio del poder (Vice, 2018)***

Dir: Adam McKay 
Int: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Jesse Plemons, Alison Pill, Stefania Owen, Jillian Armenante, Brandon Sklenar, Brandon Firla, Abigail Marlowe, Liz Burnette, Matt Nolan, Brian Poth, Joey Brooks, Joe Sabatino, Tyler Perry, Bill Camp, Shea Whigham, Cailee Spaeny, Fay Masterson, Don McManus, Adam Bartley, Lisa Gay Hamilton, Jeff Bosley, Scott Christopher, Mark Bramhall, Stephane Nicoli, Kirk Bovill, Naomi Watts, Alfred Molina. 

Adam McKay es un producto (en el mejor sentido de la palabra) de la serie de humor norteamericana Saturday Night Live, al menos en sus facetas como director, actor y guionista. Su paso al cine también fue de la mano de algunos actores hechos en buena medida en esa ya longeva serie norteamericana. De hecho, El reportero: La leyenda de Ron Burgundy (2004), su primer largometraje como director, lo escribe junto a Will Ferrell (una de las estrellas durante mucho tiempo del show Saturday Night Live), que además la protagoniza junto a Christina Applegate y Steve Carell, otro más de los actores de la nueva comedia norteamericana de origen televisivo que también ha hecho carrera en la gran pantalla. Su cine, sea en la faceta que sea (productor, guionista, director e intérprete) ha tenido siempre un tono sarcástico, paródico y a veces muy crítico con el poder establecido, aunque siempre trabajando en los límites de la corrección política. 

Ya en La gran apuesta (2015), deja ligeramente de lado la "gamberrada" para adentrarse en un tono crítico, ácido y que puede ser muy mordaz. El tema tratado en ella tiene que ver con la pertinaz crisis que comenzó en 2008, que nos sigue afectando de manera muy directa y que, curiosamente, todos parecen haber olvidado se originó en ese maravilloso país de impreciso nombre (¿Estados Unidos, América del Norte, etc...?) que nos ha salvado y salvará de todas las amenazas comunistas, extraterrestres (estas, de momento, en la ficción) e islámicas que de haber triunfado (todos parecen tenerlo claro) ya habrían terminado con nuestro bienestar. No ha ocurrido (y esto también parece estar muy claro) gracias a su tradicional heroísmo, entrega y desinteresado apoyo por la paz mundial...



En Vice, explora el ascenso al poder de Dick Cheney (Christian Bale), un callado burócrata de Washington, un mediocre y algo despreciable individuo con problemas serios con el alcohol y la autoestima en su juventud, que acabó convirtiéndose en el hombre más poderoso del mundo como vicepresidente de los Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush (Sam Rockwell), con consecuencias en su país y el resto del mundo que aún se dejan sentir hoy en día. Es decir, otro de los acontecimientos más decisivos de la historia reciente de nuestro planeta, en el contexto del enfrentamiento entre Estados Unidos y sus aliados, frente al Islamismo extremo, fue la invasión de Irak en 2003, en busca de unas armas de destrucción masiva que no existían pero que sirvieron como excusa para asesinar a unos cuantos inocentes, expandir las posibilidades del negocio de la guerra (siempre rentable para las empresas de los amigos norteamericanos) y difundir la "Pax Americana".



McKay no tiene ningún tipo de compasión al retratar a estos monstruos de la imbecilidad con poder supremo (carga las tintas sobre Dick Cheney, George W. Bush o Donald Rumsfeld), lamentablemente modelos de esa conducta de oportunismo político que dieron como resultado el ascenso al poder de uno de los personajes más peligrosos de los últimos tiempos: el señor Trump, modelo de las ultraderechas europeas que sienten sus planteamientos xenófobos y antisocialistas, respaldados por el gigante yankee.



Desde el punto de vista más formal, Mckay ha refinado su fusión de estilos, que van desde la comedia satírica y el drama, pasando por el falso documental, hasta lograr un sofisticado mecanismo de ficción con un buen ritmo narrativo que decae algo en los minutos finales. Ha logrado un magnífico rendimiento de todos los actores, destacando el esfuerzo de Christian Bale,y la eficiencia de Amy Adams (Lynn Cheney) y Steve Carell.



Que los norteamericanos pueden ser muy críticos con sus sistema político parece evidente, pero que propongan y apuesten por otras ideas económicas y sociales parece más complicado. De hecho, ni siquiera películas tan críticas como esta ponen en duda el sentido final de este capitalismo salvaje tal y como vienen practicándolo e imponiéndolo al resto del mundo...



Con todo, en el cine actual que nos viene de allá, no abundan las reflexiones sobre las políticas del gigante norteamericano, hechas, además, desde dentro y con valentía suficiente. Hay un chascarrillo final en la película que parece reclamar (con justicia) un espacio para el cine político y de denuncia, que parece desplazado irremisiblemente entre los más jóvenes por oleadas de The Fast and the Furious, dispuestas a atropellar cualquier resquicio de crítica inteligente. Por cierto, Vice, es bastante divertida, aunque resulte difícil reir ante tantas barbaridades descritas en el film y que parece protagonizaron en la realidad estos personajes de pesadilla, al mando de la nación más poderosa, esa que está destinada a salvarnos del terror...

Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia-

jueves, 10 de enero de 2019

Yucatán (2018)** Referencia esprés 29

Dir: Daniel Monzón
Int: Luis Tosar, Rodrigo de la Serna, Joan Pera, Stephanie Cayo, Toni Acosta, Adrián Núñez, Txell Aixendri, Angelo Olivier, Alicia Fernández, Leticia Etala, Xavi Lite, Cristóbal Pinto, Óscar Corrales, Joche Rubio, Alex Amaral, Aranzazu Coello, Jorge Asín. 

Lucas (Luis Tosar) y Clayderman (Rodrigo de la Serna) son dos estafadores, profesionales del engaño a turistas ingenuos en cruceros de lujo. Hace años trabajaban juntos, pero la rivalidad por Verónica (Stephanie Cayo), la bellísima bailarina del barco, les hizo perder la cabeza y dio al traste con su sociedad. Ahora trabajan por separado, Lucas en el Mediterráneo y Clayderman en el Atlántico. Ese fue el acuerdo. Pero un inesperado botín impulsa a Lucas a irrumpir en el barco de su exsocio, lo que convierte la exótica travesía de Barcelona a Cancún, pasando por Casablanca, Tenerife, Brasil y la selva de Yucatán, en un encarnizado duelo de tramposos sin ninguna regla, pero muchos golpes bajos.  

La sociedad formada por Daniel Monzón y Jorge Guerricaechevarria (habitual colaborador en el guion de Álex de la Iglesia), se inició en El robo más grande jamás contado (2002), dando sus mejores frutos en Celda 211 (2009) y El Niño (2014). Ya se había ensayado la conexión entre comedia y "las de robos, atracos y estafas" en 2002 y parecía que ahora se buscaba sacudir al público con una producción más compleja (y cara) que apostara por el dinamismo de una historia repleta de engaños, trucos, idas y venidas, y dosis abundantes de comedia. La capacidad para narrar con solvencia y un ritmo cercano al del nuevo thriller norteamericano (perfeccionada en Celda 211 y El Niño) ha pasado a un segundo plano aquí. El gallego Tosar y el argentino De la Serna, casi siempre eficientes, no resultan especialmente graciosos y la historia es tan convencional, adecuadamente genérica, y mil veces vista, que termina por aburrir. Sigue, con todo, habiendo un acabado y eficiencia narrativa que conviene no olvidar en uno de los cineastas españoles (Monzón) que mejor ha adaptado el thriller de origen anglosajón a nuestra idiosincrasía.

Roberto Sánchez.  

miércoles, 9 de enero de 2019

12 valientes (12 Strong, 2018)** Referencia esprés 28

Dir: Nicolai Fuglsig
Int: Chris Hemsworth, Michael Shannon, Navid Negahban, Michael Peña, Trevante Rhodes, Elsa Pataky, Numan Acar, Austin Stowell, Jack Kesy, Laith Nakli, Ben O'Toole, Fahim Fazli, Kenny Sheard, Austin Hebert, Tommy Truex, Taylor Sheridan. 

Típico y tópico producto de Jerry Bruckheimer. De guerra, con chicarrones norteamericanos duros pero sensibles y además con intención de darle aires de western, con unas cuantas cavalgadas incluidas. 

Año 2001. Poco después de los atentados del 11-S, un equipo de soldados de élite de las Fuerzas Especiales, en colaboración con la C.I.A. y operativos de la Fuerza Aérea, unen sus fuerzas con la Alianza del Norte de Afganistán para derrotar a los talibanes, gobernantes del país. Tras conseguir introducirse en secreto en territorio afgano, este grupo de hombres, encabezado por Mitch Nelson (Chris Hemsworth), será el encargado de poner en práctica una peligrosa misión. En las escarpadas montañas afganas deberán convencer al general Dostum (Navid Negahban), de la Alianza del Norte, de la necesidad de unirse y combatir juntos a los talibanes y Al Qaeda. En esta arriesgada tarea no dispondrán de tanques, ya que será una batalla a caballo..

Tienen que ser unos "talibanes" de este tipo de cine para soportarla, pero los productos de Bruckheimer siempre tienen un ritmo adictivo, mucho colorín y acción, así que...

Roberto Sánchez

Tiempo después (2008)**

Dir: José Luis Cuerda
Int: Roberto Álamo, Miguel Rellán, Blanca Suárez, Arturo Valls, Carlos Areces, Manolo Solo, Gabino Diego, Miguel Herrán, Berto Romero, Daniel Pérez Prada, Antonio de la Torre, Joaquín Reyes, Raúl Cimas, Nerea Camacho, Pepe Ocio, Secun De La Rosa, Iñaki Ardanaz, María Ballesteros, Saturnino García, César Sarachu, Javier Bódalo, Joan Pera, Estefanía de los Santos, Martín Caparrós, Fernando González, Marcos Zan, María Caballero, Luis Pérezagua, Nacho López, Andreu Buenafuente, Eva Hache. 

Confieso que me duele hacer una crítica negativa de esta película, pero el resultado final de esta nueva experiencia surrealista (neosurrealista, comedia al estilo Cuerda,¿?) de Jose Luis Cuerda, es bastante insufrible. Más allá de dos o tres gags afortunados, que por otro lado quedan enterrados en la constante charla cacofónica y provocadoramente hilarante del conjunto, poco o nada aporta al personal universo del creador de Amanece que no es poco (1989), quizás la mejor terminada de esa peculiar comedia del absurdo "al estilo Cuerda", ensayada ya en Total (1983), una película hecha para la televisión, ambientada en el año 2598, en Londres, un pequeño pueblo de ambiente castellano, en pleno apocalipsis, interpretada, entre otros, por Agustín González, Luis Ciges, María Luisa Ponte, Miguel Rellán, etc...Así en el cielo como en la tierra (1995) parecía cerrar esta senda, pero con Tiempo después, la ha retomado. 



Lo que se ha vendido como una serie dificultad de producción (desde Todo es silencio, de 2012, Cuerda no dirigía un solo trabajo), en realidad era una preocupante falta de originalidad. Nada realmente nuevo aparece en esta comedia que a mi no me hizo reir (ni sonreir siquiera), ni a nadie del público asistente en la Sala Cervantes de Zaragoza, a juzgar por sus reacciones.



Debo confesar que de la carrera de José Luis Cuerda yo me quedo con El bosque animado (1987), en la que se adapta de la mano de Rafael Azcona, la novela de Wenceslao Fernández Flores, y La lengua de las mariposas (1999), adaptación a su vez de la novela de Manuel Rivas, de nuevo mano a mano con Azcona. Dos trabajos que admiro tanto como para situarlos entre los mejores del cine español, y por ende a su realizador, por más que del resto de su filmografía sólo salvaría detalles de La marrana (1992), Los girasoles ciegos (2008) o Todo es silencio (2012). Además, su labor como productor fue corta pero decisiva en su apoyo a Alejandro Amenábar, y su confirmación como realizador en Tesis (1996) y Abre los  ojos (1997). 

De lo anterior, debe deducirse que quizás las apuestas más personales de Cuerda (esa trilogía a la que se suma Tiempo después) a mi siempre me han parecido discutibles y cinematográficamente pobres. Que la capacidad de provocación de Amanece que no es poco (la mejor de este cuarteto) es evidente, que ha tenido (y tiene) bastantes seguidores que todavía la idolatran y jalean, pues también; pero a mi sigue pareciéndome una acumulación de gags y situaciones que tienen muy poco cine dentro. Admiro las películas que logran equilibrar la forma y el contenido. El cine dio un salto cualitativo con relación al teatro y la literatura, y es cierto que lo hizo mediante la fusión perfecta de diversos elementos. En el cine de Cuerda (como en el de otros grandes del cine español) fue decisiva la intervención de Rafael Azcona, un buen escritor, pero sobre todo un magistral guionista de cine que casi siempre logró en sus textos cinematográficos una síntesis perfecta entre situaciones muy dispares.



Una triste reflexión final. La película de Cuerda me ha parecido tremendamente nihilista, más que de risas o chanzas me describe la situación anímica de los intelectuales de un país (España) que va a repetir una y otra vez las mismas torpezas, que nunca va a salir de una pertinaz pasión por encumbrar a los que gritan más fuerte, a los que insisten en ese grito de ¡Vivan las cadenas! Los años de "democracia" no parecen ser suficientes para destapar a los que siguen manejando los hilos a su antojo. La "izquierda" española sigue tan despistada como "los parados" de Tiempo después, perdida en discursos vacuos o colaborando con el capitalismo más salvaje que ha soportado el Planeta España, que ahora parece anestesiado y satisfecho por futbol, "operaciones triunfo" y el sensacionalismo amarillista. 

Quizás Cuerda sólo quería mostrarnos la verdadera cara de la España del presente (sin futuro) y ha sido demasiado sincero sacrificando incluso su buen hacer habitual.

Roberto Sánchez

-Aragonia, Cervantes, Puerto Venecia, Yelmo-

viernes, 4 de enero de 2019

Una mujer fantástica (2017)*** Referencia esprés 27

Dir: Sebastián Lelio
Int: Daniela Vega, Francisco Reyes, Luis Gnecco, Aline Küppenheim, Amparo Noguera, Alejandro Goic, Antonia Zegers,

Marina (Daniela Vega) una joven camarera aspirante a cantante y Orlando (Francisco Reyes), veinte años mayor, planean un futuro juntos. Tras una noche de fiesta, Marina lo lleva a urgencias, pero él muere al llegar al hospital. Ella debe entonces enfrentar las sospechas por su muerte. Su condición de mujer transexual supone para la familia de Orlando una completa aberración. Ella tendrá que luchar para convertirse en lo que es: una mujer fuerte, pasional... fantástica. 

El chileno Sebastián Lelio quizás no sea el mejor director sudamemericano, pero tiene una gran virtud: ha dado de lleno en uno de los temas de más actualidad. La protagonista es una mujer transexual que lleva una vida plena y normal, con una apasiaonada historia de amor junto a un hombre de clase media alta, cuya muerte inesperada sacará a la luz todos aquellos problemas, prejuicios y desajustes de una sociedad que no está tan evolucionada como parece. 

Quizá no sea el mejor cineasta, insisto, pero como guionista (junto a Gonzalo Maza) y como director ha logrado contar con pulcritud y eficiencia la historia de Marina (brillantemente interpretada por Daniela Vega, actriz y cantante transgénero también chilena), y convertirla en todo un símbolo de la lucha por la igualdad sexual.

Roberto Sánchez. 

Un asunto de familia (Manbiki kazoku, 2018)****

Dir: Hirozaku Koreeda
Int: Kirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu Matsuoka

Osamu (Lily Franky) y su hijo se encuentran con una niña en mitad de un frío glacial. Al principio, y después de ser reacia a albergar a la niña, la esposa de Osamu aceptará cuidarla cuando se entere de las dificultades que afronta. Aunque la familia es pobre y apenas gana suficiente dinero para sobrevivir a través de pequeños delitos, parecen vivir felices juntos, hasta que un accidente imprevisto revela secretos ocultos, poniendo a prueba los lazos que les unen. 

Hirozaku Koreeda, nacido en 1962. es uno de los más sólidos e interesantes realizadores del cine japonés actual. Por el interés que pone en retratar la vida familiar y las relaciones paterno filiales, muchos lo han emparentado con el maestro Yasujirô Ozu (1903–1963), aunque su estilo tiene más que ver con una variante más occidentalizada y normalizada, bastante asequible para todos los públicos y muy querido por la crítica internacional. Esta película, por ejemplo, ha sido Palma de oro en el Festival de Cannes.



Un modo de contar límpido, transparente, un trabajo de actores soberbio, permiten adentrarnos een el día a día de gentes humildes, en su psicología e ir descubriendo que estamos ante una familia en realidad "disfuncional", irreal y atípica pero que cumple a su modo con las tradiciones y el respeto a unas normas no escritas sobre cómo debe ser el comportamiento entre padres e hijos. De hecho, al recoger y proteger a la "niña abandonada" por una familia "normal", que parece (con una sugerencia tan solo) mucho menos adecuada que este grupo capaz, a pesar de las dificultades continuas, de salir adelante y de plantearse un comportamiento al margen de la ley, pero siempre en interés de la "familia".











El trabajo en la fotografía de Ryûto Kondô, y en la música de Haruomi Hosono, inciden en una construcción naturalista, pero que muestra un gran cuidado estético que se permite en algunos momentos extraer belleza y equilibrio de ambientes y situaciones no precisamente gratificantes. 















Hay dos posters originales que expresan bastante bien al espíritu del film, que quiere ser ligero en apariencia pero profundo en su discurso interno. De hecho todo transcurre con la ligereza de un cuento o un grabado japonés, pero casi de modo inadvertido la realidad se muestra y se cuenta sin tapujos. 

Desde Maboroshi (1995), su primer largometraje de ficción, Koreeda nos ha dado unas cuantas películas memorables que les recomiendo: Aruitemo aruitemo (Still Walking, 2008), Kûki ningyô (Air Doll, 2009), Kiseki (Milagro, 2011), Umi yori mo mada fukaku (Después de la tormenta, 2016) o Un asunto de familia, que todavía pueden ver en pantalla grande en Zaragoza y que, por cierto, pude disfrutar ya hece un tiempo gracias al Festival de Cine de Zaragoza de 2018 que la programó entre sus actividades dedicadas al cine japonés.

Roberto Sánchez

-Aragonia-