viernes, 4 de enero de 2019

Un asunto de familia (Manbiki kazoku, 2018)****

Dir: Hirozaku Koreeda
Int: Kirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu Matsuoka

Osamu (Lily Franky) y su hijo se encuentran con una niña en mitad de un frío glacial. Al principio, y después de ser reacia a albergar a la niña, la esposa de Osamu aceptará cuidarla cuando se entere de las dificultades que afronta. Aunque la familia es pobre y apenas gana suficiente dinero para sobrevivir a través de pequeños delitos, parecen vivir felices juntos, hasta que un accidente imprevisto revela secretos ocultos, poniendo a prueba los lazos que les unen. 

Hirozaku Koreeda, nacido en 1962. es uno de los más sólidos e interesantes realizadores del cine japonés actual. Por el interés que pone en retratar la vida familiar y las relaciones paterno filiales, muchos lo han emparentado con el maestro Yasujirô Ozu (1903–1963), aunque su estilo tiene más que ver con una variante más occidentalizada y normalizada, bastante asequible para todos los públicos y muy querido por la crítica internacional. Esta película, por ejemplo, ha sido Palma de oro en el Festival de Cannes.



Un modo de contar límpido, transparente, un trabajo de actores soberbio, permiten adentrarnos een el día a día de gentes humildes, en su psicología e ir descubriendo que estamos ante una familia en realidad "disfuncional", irreal y atípica pero que cumple a su modo con las tradiciones y el respeto a unas normas no escritas sobre cómo debe ser el comportamiento entre padres e hijos. De hecho, al recoger y proteger a la "niña abandonada" por una familia "normal", que parece (con una sugerencia tan solo) mucho menos adecuada que este grupo capaz, a pesar de las dificultades continuas, de salir adelante y de plantearse un comportamiento al margen de la ley, pero siempre en interés de la "familia".











El trabajo en la fotografía de Ryûto Kondô, y en la música de Haruomi Hosono, inciden en una construcción naturalista, pero que muestra un gran cuidado estético que se permite en algunos momentos extraer belleza y equilibrio de ambientes y situaciones no precisamente gratificantes. 















Hay dos posters originales que expresan bastante bien al espíritu del film, que quiere ser ligero en apariencia pero profundo en su discurso interno. De hecho todo transcurre con la ligereza de un cuento o un grabado japonés, pero casi de modo inadvertido la realidad se muestra y se cuenta sin tapujos. 

Desde Maboroshi (1995), su primer largometraje de ficción, Koreeda nos ha dado unas cuantas películas memorables que les recomiendo: Aruitemo aruitemo (Still Walking, 2008), Kûki ningyô (Air Doll, 2009), Kiseki (Milagro, 2011), Umi yori mo mada fukaku (Después de la tormenta, 2016) o Un asunto de familia, que todavía pueden ver en pantalla grande en Zaragoza y que, por cierto, pude disfrutar ya hece un tiempo gracias al Festival de Cine de Zaragoza de 2018 que la programó entre sus actividades dedicadas al cine japonés.

Roberto Sánchez

-Aragonia-

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