lunes, 14 de noviembre de 2022

As bestas (2022)****

Dir: Rodrigo Sorogoyen

Int: Marina Foïs, Denis Ménochet, Luis Zahera, Diego Anido, Marie Colomb


Antoine (Denis Ménochet) y Olga (Marina Foïs) son una pareja francesa que se instaló hace 
tiempo en una aldea del interior de Galicia. Allí llevan una laboriosa vida tranquila, aunque su convivencia con algunos lugareños no es tan idílica como desearían. Un conflicto con sus vecinos, los hermanos Anta, hará que la tensión crezca de modo incontrolable.


Una vez más, el tándem formado por Isabel Peña (nacida en Zaragoza en 1983) y Rodrigo Sorogoyen 
(nacido en Madrid en 1981), con un guion impecable, han logrado construir una historia sólida ambientada en Galicia pero rodada en León, en concreto en la zona del Bierzo, en la frontera con tierras gallegas. En el Bierzo están Barjas y Quintela de Barjas (localidad a la que solo le queda un vecino), sus paisajes comparten protagonismo con un grupo de actores a los que Sorogoyen saca un rendimiento más que apreciable. Destacan, por su protagonismo, los franceses Marina Foïs, Denis Ménochet y Marie Colomb; y los españoles Luis Zahera y Diego Anido (que encarnan a los hermanos Anta).


Conviene repasar brevemente la filmografía de estos dos cineastas (Sorogoyen y Peña). Sorogoyen 
inició su trayectoria como director en 8 citas (codirigida con Peris Romano, 2008) y pronto coincidió con Isabel Peña y su habilidad para guionizar y engarzar historias en series como Impares (2008-2010) o La pecera de Eva (2010-2011). Peña, que sepamos, inició su camino como guionista en Martina y la luna (2008), un cortometraje de Javier Loarte, y en Stockholm (Rodrigo Sorogoyen y Borja Soler, 2013), coescribe junto a Sorogoyen, un guion en el que se confirma que hay una sinergia plena entre los dos y que sigue desarrollándose en Que Dios nos perdone (2016), El reino (2018), Madre (2019), la serie Antidisturbios (2020) y ahora, As bestas.


Nos llama la atención que no habían "viajado" al espacio rural. Sus historias se desarrollaron 
en contextos fundamentalmente urbanos y en ellos tiene siempre más importancia el "paisaje" humano, las  personalidades complejas, confrontadas con sus parejas, compañeros o con su propia conciencia.



Parece que el punto de partida de esta historia es el llamado "crimen de Petín" (localidad de Orense) de 2010, suceso real en el que fue asesinado el holandés Martin Verfondern. Para reinterpretar este suceso, era necesario "el viaje al mundo rural" que Sorogoyen y Peña, transforman con acertado criterio en un western / thriller, pero a su vez en un fiel y minucioso retrato de la personalidad de esta pareja de franceses obsesionados con reinventar su vida en un entorno libre y "salvaje". La trama se complica al añadirse la oferta de las empresas de energías renovables (los ya omnipresentes aereogeneradores) y el reparto de beneficios que puede suponer si el pueblo de manera unánime "vende" sus tierras, prados y bosques; una cuestión actual y presente en las zonas rurales y que puede generar no pocos conflictos entre dos maneras (o más) de ver la vida.



El enfrentamiento entre los hermanos Anta y la pareja de franceses es inevitable. La 
descripción de cómo crece la tensión, es retratada con precisión y subrayada mediante una minimalista pero siempre eficiente banda sonora compuesta por Olivier Arson, uno de los colaboradores habituales de Sorogoyen. La eficiente planificación (de ese impecable guion) y la elección de imágenes en determinadas situaciones con un elevado valor metafórico, contribuyen a la densidad de un relato negro de la dureza que pueden alcanzar las relaciones humanas.



Sin duda, una de las mejores películas españolas de este año y una muestra clara de la calidad de este tándem que forman Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña.

Roberto Sánchez

JAZZ CINEMA. FILMOTECA DE ZARAGOZA. FESTIVAL DE JAZZ DE ZARAGOZA

 


El jazz y el cine mantienen un tórrido idilio, pero que se mantiene oculto para la mayoría. El Festival de Jazz de Zaragoza y la Filmoteca de Zaragoza, llevan unos años intentando desvelar esa relación. Recibí el encargo de programar, presentar y debatir sobre las películas que mejor demostraban esa fusión jazz / cine tan atractiva para mi.  Esa fue también la intención que tenía mi libro Jazz de película (Doce Robles, 2015).


En el mes de noviembre se celebra en Zaragoza un atractivo Festival de jazz, y en su 
programación se reserva en su sección "Otros espacios" unos días para demostrarnos que jazz y cine pueden convivir en armonía.



El miércoles 16 de noviembre, a las 20 horas veremos Jazz en un día de verano (Jazz on a Summer´s Day), documental, ya mítico, dirigido por Bert Stern y Aram Avakian, recogiendo el ambiente y unas cuantas actuaciones del festival de jazz de Newport en 1958. 


Todo un 
espectáculo que no se limitó a recoger las actuaciones sino a mostrarnos el ambiente de los espectadores, los ensayos y en general todo lo que rodea a un evento tan especial. Presenciamos fragmentos de las actuaciones en directo de Jimmy Giuffre, Thelonious Monk, Henry Grimes, Sonny Stitt, Anita O´Day, Dinah Washington, Gerry Mulligan, Chuck Berry, Chico Hamilton, Louis Armstrong y Mahalia Jackson. Se recogen muchos momentos especiales de los ensayos, de lo que ocurre en torno al escenario, las reacciones de los aficionados que, en ocasiones, son analizadas con precisión de entomólogos por Stern y Avakian. Un disfrute para los sentidos, por el respeto escrupuloso al sonido, a los músicos y a los espectadores de estos eventos tan especiales.



El jueves 17, a las 20 horas se podrá ver Thelonious Monk: Straight, No Chaser (1988) de Charlotte Zwerin, una prestigiosa documentalista norteamericana que ha tratado temáticas que van de la plástica artística al universo musical del siglo XX, como Gimme Shelter (1970), dirigido junto a Albert y David Maysles, sobre The Rolling Stones, o Horowitz Plays Mozart (1987), junto a Susan Frömke y Albert Maysles, sobre el célebre pianista de música clásica. Y está claro que no podían faltar, en su trayectoria, referencias directas al jazz, como Ella Fitzgerald: Something to Live For (1999), producido por la cadena pública norteamericana PBS sobre la vida de “The First Lady of Song” y, claro, Thelonious Monk: Straight, No Chaser, que tuvo como punto de partida una serie de grabaciones de Christian Blackwood y su hermano Michael, encargados por la televisión pública de Alemania Occidental en 1967 para crear una película especial de una hora sobre Thelonious Monk, los dos hermanos  siguieron de cerca a Monk durante seis meses mientras viajaba por Nueva York, Atlanta y Europa. 



De este proyecto surgieron trece 
horas de tomas descartadas, mostrando actuaciones en vivo de Monk y su banda junto con los únicos materiales de Monk rodados fuera del escenario. El metraje se almacenó durante casi dos décadas después de que se emitiera el especial de una hora, que solo se pudo ver en Alemania. Después de no pocas vicisitudes, en las que intervinieron los hermanos Blackwood, el productor Bruce Ricker y Clint Eastwood y su productora Malpaso, Charlotte Zwerin pudo demostrar, en un análisis minucioso de su trayectoria, con sensibilidad y maestría, que Thelonius Monk tenía un nivel artístico semejante al de otros grandes músicos a los que había dedicado sus trabajos anteriores.




El viernes 18, a las 22 horas, veremos Cuanto más, ¡mejor!, o mejor, Mo' Better Blues (1990) de Spike Lee. En ella se nos cuenta los hechos y hazañas de un músico de jazz. El trompetista Bleek Gilliam lidera junto al saxofonista Shadow Henderson  un quinteto de jazz que actúa en un club de los bajos fondos. Aunque Shadow disfruta de un mayor protagonismo en la banda, a Bleek tampoco le van mal las cosas. Sin embargo, diversos problemas les obligan a tomar delicadas decisiones. Por una parte, Bleek debe salir en defensa del mánager del grupo, que tiene problemas con el juego y que es frecuentemente apaleado por sus acreedores. Por otra, el trompetista debe elegir entre dos mujeres, una maestra de escuela y una cantante, con las que mantiene una relación sentimental paralela. Por si fuera poco, su rivalidad profesional con Shadow amenaza con dividir la banda. 

Spike Lee, director y guionista de este filme, que casi siempre ha incluido jazz en sus películas, estableció una vinculación muy especial con Terence Blanchard, un trompetista, compositor y arreglista norteamericano que habitualmente ha sido incluido en el estilo llamado neobop. Blanchard es, precisamente, el responsable de los arreglos musicales de Mo’ Better Blues, en la que contó con Denzel Washington, que era, en ese momento, la más refulgente estrella negra en el ambiente de Hollywood (Bleek Gilliam en el film, de profesión trompetista de jazz). Además, intervienen en papeles importantes Wesley Snipes (Shadow Henderson, saxo), Bill Nunn (Botton Hammer, bajo), Giancarlo Esposito (“Left Hand” Lacey, piano) y Jeff “Tain” Watts (“Rhythm” Jones, batería), aunque solo tocó de verdad este último. 

Con su brillante imaginación visual, Spike Lee nos hace sentir de cerca la educación, vida y tribulaciones de un trompetista especialmente virtuoso. Denzel Washington empezaba a consolidarse como uno de los grandes actores de Hollywood, y en su galería de personajes no podía faltar la figura del músico de jazz. Y quizás su modelo, su alter ego, fue Wynton Marsalis, con lo que estaríamos ante otra de esas biografías no reconocidas, en este caso del brillante trompetista de jazz en activo, nacido en Nueva Orleans en 1961.

Roberto Sánchez