martes, 6 de junio de 2023

Mi crimen (2023)****

 Dir: François Ozon

Int: Nadia Tereszkiewicz, Isabelle Huppert, Fabrice Luchini, Dany Boon, Jean-Christophe Bouvet, Rebecca Marder, Michel Fau, Radostina Rogliano, Félix Lefebvre, Edouard Sulpice, André Dussollier, Olivier Broche, Franck de la Personne, Evelyne Buyle, Régis Laspalès, Daniel Prévost, Myriam Boyer, Suzanne De Baecque, Lucía Sánchez, Jean-Claude Bolle-Reddat, Dominique Besnehard.



Vuelve el cinéma noir francés de la mano del maestro Ozon

Me he referido, en el título de este artículo, al cineasta galo François Ozon, como un maestro. Para mí, desde luego, es uno de los mejores directores de cine francés de los últimos veinticinco años. Allá por 1999, Ozon se estrenó en el largometraje a través del thriller y el género negro con Los amantes criminales (1999). Poco después, se afianzará en un género que le va a dar grandes satisfacciones con Bajo la arena (2000), la maravillosa película coral 8 Mujeres (2002) y con otro estupendo film noir, La piscine (2003), protagonizado por Charlotte Rampling, una de sus estrellas fetiche. 



Habrá que esperar a la primera década del siglo XXI para saborear otras magníficas obras suyas como En la casa (2012), Joven y bonita (2013) y Una nueva amiga (2014). De nuevo, Ozon se luce como un excelente director de actrices y un cineasta que domina los resortes del cine negro con un característico humor negro marca de la casa.


Esta simbiosis perfecta de comedia y cine negro, con un elegante toque a lo Agatha Christie, son los 
pilares de estilo con los que el cineasta galo construye Mi crimen. Una historia de crimen e intriga con aires de vodevil en la que Ozon vuelve a lucirse como un gran director de actrices. El filme nos traslada a la Francia de 1935. Allí, un magistrado deberá resolver el asesinato de un banquero parisino envuelto en un caso de acoso sexual. De entre toda una serie de pintorescos sospechosos destaca una joven y bella actriz, Madeleine Verdier (una maravillosa Nadia Tereszkiewicz), cuyos deseos de fama y fortuna embrollarán toda la investigación. Junto a esta, la hermosa abogada Pauline Mauléon (interpretada por Rebecca Marder), formarán le pareja defensiva frente a presión de la justicia. 


Mención aparte merece un elenco de actores y actrices con solera, entre los que destaca, como no podía 
ser menos, la siempre impecable Isabelle Huppert, un verdadero animal fílmico que nunca falla, sea cual sea el papel que interprete: muy bien arropada por André Dussollier y Fabrice Luchini (que encarna al histriónico juez Gustave Rabusset). El personaje de Huppert (Odette Chaumette) encarna el elemento argumental sorpresa que dará un vuelco a toda la investigación. 

Con una ambientación y un vestuario exquisitos, François Ozon construye un filme delicioso, con un estilo inequívocamente clásico; con homenaje incluido al Hollywood dorado y a títulos como Curvas peligrosas (Mauvaise Grain, 1934) que Billy Wilder rodó en Francia, y que se disfruta como una lenta merienda de tarde de domingo con chocolate con churros. 

Un retorno a la comedia noir con base de thriller, género que tan bien conocen los cineastas galos, pues no en vano ellos fueron los creadores del cine negro que, después, copiaron y adaptaron como género los directores norteamericanos.

Un género, el negro (o noir), que demuestra con Mi crimen estar más vivo que nunca. Así que larga vida al cinéma noir, al cine francés y a François Ozon, un cineasta que con más de veinte títulos en su haber, se consolida como uno de los directores más sólidos del cine francés y del género negro y de la comedia noir en particular. Mi crimen posee el encanto y la elegancia del cine clásico francés, así que si les gusta éste y, además son fans de la Huppert, no se la pueden perder.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine

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