miércoles, 2 de diciembre de 2015

The Assassin (Nie yin niang, 2015)***

Dir: Hou Hsiao-Hsien
Int: Shu Qi, Chang Chen, Satoshi Tsumabuki, Ethan Ruan, Nikki Hsieh, Ni Dahong, Zhang Shijun, Michael Chang, Jiang Wen, Zuo Xiaoqing, Xu Fan, Tadanobu Asano, Zhou Yunin.

China, siglo VIII. Nie Yinniang (Shu Qi) regresa a casa de su familia tras años de exilio. Educada por una monja que la inicia en las artes marciales, es una auténtica justiciera cuyo objetivo es eliminar a los tiranos. Su maestro le encarga la misión de matar a su primo Tian Ji'an (Chang Chen), gobernador disidente de la provincia militar de Weibo. Nie tendrá que elegir: sacrificar al hombre que ama o romper definitivamente con la "Secta de los Asesinos”. 
La primera película que yo ví de Hou Hsiao-Hsien fue El maestro de marionetas (Xi meng ren sheng, 1993) y quedé maravillado ante el buen gusto estético y su refinado modo de narrarnos la historia de Li Tian-Lu, el maestro de marionetas. Le avalaban diez películas anteriores, y después de ella ha filmado algunos títulos periódicamente reverenciados (por la mayoría de la crítica) y denostados (por unos cuantos recalcitrantes). Como ya ocurrió con Millennium Mambo (Qian xi man po, 2001), Tiempos de amor, juventud y libertad (Zui hao de shi guang, 2005) y El vuelo del globo rojo (Le voyage du ballon rouge, 2007), su aventura francesa de la mano de Juliette Binoche, las reacciones ante su cine son muy contrastadas. Un repaso a las críticas que ha cosechado The Assassin, nos permiten hablar de ella como si fuera una obra maestra y la reinvención del género wuxia,  y, al mismo tiempo, de una película insufrible, incomprensible y plomiza. No es que quiera buscar un punto de equilibrio, pero creo firmemente que las dos posturas pueden tener algo de razón. El inicio en blanco y negro, el formato 4.3, la parsimonia estetecista de sus encuadres y movimientos de cámara, reforzados y apoyados por la música de Lim Giong y la exquisita fotografía de Mark Lee Ping Bing, nos anuncian una obra maestra. Y algo de ello hay si tenemos en cuenta el sentido estético, pero el desarrollo argumental es confuso, incluso daña y desvirtúa la historia de amor entre Nie Yinniang y Tian Ji´an, que parece ser uno de los elementos claves en la historia que Hous Hsiao-Hsien quiere transmitir. Y digo, parece, por que al final resulta fácil perderse entre la maraña de personajes que aparecen y desaparecen en un relato que carece de lógica (al menos desde una perspectiva occidental). Es cierto que este director no se había interesado hasta el momento por este género tradicional chino y también que nunca, el wuxia, destacó por su lógica narrativa, ya que en sus visiones históricas siempre prefirieron los aspectos legendarios; pero, en definitiva, el director chino ha construido un bello artefacto que, si ustedes se lo permiten, puede transportarles al misterioso universo de la decadencia de una dinastía imperial china en el siglo VIII, que nos resulta totalmente desconocido en occidente, tanto como si se tratara de un relato sobre una cultura extraterrestre: monjas asesinas, la dinastía Tang en su última época, reinos y territorios desconocidos como los de Weibo, ciudades como Chang´an o Dunhuang...

Roberto Sánchez


-Aragonia-

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