domingo, 13 de diciembre de 2015

El puente de los espías (Bridge of Spies, 2015)***

Dir: Steven Spielberg
Int: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Scott Shepherd, Sebastian Koch, Billy Magnussen, Alan Alda, Jesse Plemons, Eve Hewson, Peter McRobbie, Austin Stowell, Domenick Lombardozzi, Michael Gaston.


El guión de esta película de Spielberg ha sido escrito por Matt Charman, Ethan Coen y Joel Coen, tomando como punto de partida una serie de hechos reales sucedidos durante la Guerra Fría. 
James Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn (Nueva York) se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS, cuando se le encarga la defensa de Rudolf Abel (Mark Rylance),  un espía al servicio de la Unión Soviética. Después de no pocas controversias, logra salvarlo en los tribunales, después de que los fiscales del estado pidieran la pena de muerte para este acusado de alta traición. Un tiempo después, la mismísima CIA le encarga una difícil misión: negociar la liberación de un piloto estadounidense (Austin Stowell), capturado por la Unión Soviética. 
Lo mejor y lo peor de la película proviene de la mezcla-fusión entre los estilos de los Coen y el de Spielberg. La solidez del estilo seco de los Coen entra en una evidente contradicción con el estilo elegante, sentimental, y a veces meloso, de Spielberg. Para muchos críticos la combinación ha resultado magistral, y ha sido saludada como un nuevo clásico del género de espías. Para mí,  es una película digna, con profundas inconsistencias entre lo que se cuenta y el cómo se cuenta. Tom Hanks  (el abogado James Donovan) es un héroe típico de Spielberg, marcado por su obsesión por respetar el sistema democrático,  y la justicia "a la americana" que debe aplicarse a todo individuo más allá de su ideología política, y el resto de personajes, en especial el del espía Rudolf Abel, genialmente incorporado por Mark Rylance, sí que se parecen al peculiar universo de los Coen que, aunque anclado en la realidad, parece querer destacar ese lado surrealista, poblado de seres que son manejados por el azar, y que creyéndose los amos de su destino, no son otra cosa que muñecos desechables. Relacionar el universo blando y bien pensante de Spielberg, el de un hombre normal y entrañable (el buen abogado), enfrentado al sistema de los espías, es decir de la CIA y la KGB con sus prácticas inconfesables al margen de la justicia y el sentido de la democracia, en las que los Coen se mueven con comodidadera una apuesta arriesgada ya que el sentido de la acción aventurera e inocente que caracteriza al mítico director de la serie Indiana Jones, nada tiene que ver con los creadores de Fargo la película  y la más que apreciable serie del mismo título
Resumiendo, estamos ante una buena película de espionaje, ambientado en la época de la Guerra Fría  con una espectacular reconstrucción de la época en la que se levantó el infame Muro de Berlín, pero alejados de la obra maestra que muchos han deseado ver. El cine norteamericano tiene algo atascados a sus grandes (y pocos) maestros...

Roberto Sánchez 



-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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