lunes, 20 de noviembre de 2017

The Square (2017)***

Dir:  Ruben Östlund 
Int: Claes Bang, Elisabeth Moss, Dominic West, Terry Notary, Christopher Læssø, 
Marina Schiptjenko, Elijandro Edouard, Daniel Hallberg, Martin Sööder, Linda 
Anborg, Emelie Beckius, Peter Diaz, Sarah Giercksky, Jan Lindwall.


De los 10 trabajos dirigidos por el sueco Ruben Östlund desde el año 2001, cinco son largometrajes de ficción, además de un documental largo, tres cortometrajes de ficción y un documental. Nacido en 1974, es un cineasta al que le gusta tratar temas polémicos y muy actuales, desde una cierta ironía y en un tono tan claro que puede rondar situaciones absurdas y casi surrealistas,  poco o nada complacientes con un espectador al que el visionado de sus películas les pone en una situación incómoda, tanto, en ocasiones, como la que atraviesan sus personajes. El bullying que sufre el protagonista de Play (2011), o el instinto de supervivencia (por no llamarlo cobardía) de un padre que se olvida de su familia ante un peligro evidente en Fuerza mayor (Turist, 2014), serían ejemplos de lo dicho un poco antes.  

En The Square el protagonismo recae en Christian (Claes Bang), el director de un museo de arte contemporáneo que se verá envuelto en una trama absurda, con tientes surrealistas, provocada en buena medida por la superficialidad de su planteamiento vital, por su absoluta irresponsabilidad frente al mundo "real", que por otra parte parece una norma de comportamiento muy difundida y aceptada en la sociedad de consumo actual. Los "otros", los "demás", son, como mucho, molestias a superar en un juego irresponsable, retos a superar para poder seguir manteniendo el estatus (sobre todo la apariencia) social sin "mancharse" demasiado.




Con una precisión de entomólogo, Östlund retrata las costumbres de una clase social ociosa y a la que le sobra el dinero. Con un planteamiento irónico evidente, nuestro protagonista, director de un museo de arte contemporáneo, se enfrenta a situaciones en las que se ve las caras con algunos mendigos, con un niño (con un edad parecida a la de sus dos hijas), al que ha acusado injustamente de robarle el móvil y la cartera, el niño vive en una zona marginal (el director y guionista de esta película deja claro que no todo es maravilloso en el "paraíso" sueco) y perseguirá al director del museo hasta en los sueños; o en su relación amorosa con Anne (Elisabeth Moss), una periodista norteamericana que también dejará claro el fracaso vital que oculta la fachada de este personaje que deviene arquetípico. 




De paso, también nos habla de la irresponsabilidad del arte actual, que parece haber olvidado su potencial como herramienta de denuncia y reivindicación social, para quedarse en mera recreación y producto de mercado, pensado sobre todo para entretener al burgués ocioso y ofrecerle enigmas que resolver, en un juego absurdo y superficial.




En esta película, hay un momento especialmente brillante, reflejado incluso en el cartel publicitario, pero que al mismo tiempo parece demasiado artificioso, y que sólo termina por encajar a nivel simbólico. Se trata de la celebración de una cena multitudinaria con el fin de recaudar fondos para el museo que será "amenizada" mediante una "estimulante" performance protagoniza por Oleg (Terry Notary), un auténtico hombre-mono. Estupenda, en sí misma, incide tanto en la demostración de las terribles carencias que asolan al ultracapitalismo moderno, irracional y egoista, que parece independizarse del resto del film. Termina por parecer una pieza única (una performance en sí misma) que está por encima de la propia historia de Christian, el director yuppie (y posmoderno) que intenta controlarla sin éxito... 

Película incómoda e irregular, pero estimulante. No deberían dejarla pasar...    

Roberto Sánchez

-Aragonia-

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