jueves, 2 de noviembre de 2017

El tercer asesinato (Sando-me no satsujin, 2017)****

Dir: Hirokazu Koreeda
Int: Masaharu Fukuyama, Koji Yakusho, Suzu Hirose, Yuki Saito, Kotaro Yoshida,Shinnosuke 
Mitsushima, Izumi Matsuoka, Mikako Ichikawa, Isao Hashizume.

El conocido abogado Shigemori (Masaharu Fukuyama) defiende a Misumi (Koji Yakusho), acusado de robo con homicidio, que ya cumplió pena de cárcel por otro asesinato hace treinta años. Las posibilidades de que Shigemori gane el caso son escasas, ya que su cliente reconoce ser culpable, aunque esto probablemente signifique la pena de muerte. Pero a medida que desentraña el caso y escucha los testimonios del propio Misumi y de la familia del asesinado, Shigemori empieza a dudar de la culpabilidad de su cliente. 

Hirokazu Koreeda, nacido en Tokyo en 1962, es uno de los cineastas más aprecibles de los últimos años. Al contrario que con otro directores japoneses, casi hemos podido ver todas sus películas desde el año 2004. Koreeda tiene un estilo visual elegante y contenido, que cuida al detalle el encuadre y los movimientos de cámara, que logra en sus actores una naturalidad absoluta y suele ocuparse de historias con un ambiente familiar muy próximo a la vida cotiana. Es además un excelente realizador de documentales. 

De una trayectoria que resulta impecable, me quedo, de momento, con Still Walking (Aruitemo, Aruitemo, 2008), Kiseki (Milagro) (2011) y la recién estrenada: El tercer asesinato. En ella, parece (sólo parece) abandonar esos universos familiares (a veces complejos, pero siempre reconocibles), que con planteamientos más modernos, quizás algo más sensibles y delicados, suponen al mismo tiempo un sentido homenaje al cine de Yasuhiro Ozu  (1903-1963), uno de los maestros de la cinematografía mundial, que filmó en 1927 La espada del arrepentimiento, su primera película todavía muda, y que nos ha ido dejando joyas de la categoría de Nací, pero...(1932), Una mujer de Tokyo (1933), Primavera tardia (1949), El sabor del té verde con arroz (1952), Cuentos de Tokyo (1953) y su último trabajo El gusto del sake (1962). 



La manera de filmar de Koreeda, no debe tanto a Ozu, en realidad sólo pervive del gran maestro su preocupación por retratar la existencia diaria, por "esculpir el tiempo", es un cineasta más abierto a la estética occidental, al sentimentalismo, y además se nota que ha asimilado ideas de otros maestros no japoneses. Parece claro el caso de Ingmar Bergman, en algunas planificaciones brillantes del "enfrentamiento" interpretativo entre Fukuyama (el abogado) y Yakusho (su defendido), que funcionan muy bien gracias al alto rendimiento como actores de los dos. Igualmente emplea recursos del mejor cine clásico, haciendo casi invisible la presencia de la cámara.


Esta película tiene un asesinato, tiene un juicio, los encuentros entre los abogados, la investigación para intentar esclarecer unos hechos no tan claros como parecen, pero sigue siendo un film de Koreeda, indagando en las relaciones entre padres e hijos, en las rupturas y crisis familiares, en los difusos límites entre el bien y el mal. Aprovecha, claro está, para indagar en el sentido de la justicia y de la venganza (no olvidemos que Japón mantiene en su código de justicia la pena de muerte). 



Al final, el cadencioso y elegante ritmo narrativo de Hirokazu Koreeda, nos obliga a tomar
partido, a pensar, a decidir entre las diversas encrucijadas que propone el film y la misma vida.

Roberto Sánchez

-Aragonia-

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