sábado, 8 de abril de 2017

ESPIELLO. XV .

ESPIELLO. XV FESTIVAL INTERNACIONAL
DE DOCUMENTAL ETNOGRÁFICO 
DE SOBRARBE. LA OTRA MIRADA.

La conjunción de lo posible

Me tomo la libertad de encabezar esta crónica sobre Espiello con el título del documental, dirigido por el oscense Miguel Ángel Ortíz, sobre la iniciativa restauradora de la Asociación de Amigos del Serrablo de Sabiñánigo,  premio ASECIC  (Asociación Española de Cine e Imagen Científicos), para insistir en que, pasados quince años, este festival está demostrando de modo fehaciente que es posible programar un cine de calidad que, lamentablemente, sigue siendo invisible para muchos. 

Del 24 de marzo al 1 de abril, se programaron los 23 títulos seleccionados entre 370 películas enviadas a concurso. Trabajos llegados desde España, Alemania, Bélgica, Turquía, Rusia, Perú, Suiza, Rumanía, Mongolia, Brasil, Madagascar o Noruega. 

Con los años se han creado una serie de secciones que complementan una de las más cuidadas programaciones de cine documental que puede disfrutarse en el panorama español. La Sección Ambistas programó Fuego en el mar (2016), de Gianfranco Rosi y Nacido en Siria (2016), de Hernán Zin, dos soberbios trabajos sobre temas candentes (la inmigración y la interminable guerra de Siria, respectivamente), la sección D´Arredol, nos propone documentales sobre lo más cercano, como la problemática de la enseñanza en los pueblos del Pirineo tratada en El lápiz, la nieve y la hierba (2015), de Arturo Méndiz; o la conmemoración del primer centenario de un bello parque nacional en Ordesa y Monte Perdido, un siglo como parque nacional (2016), de Eduardo de la Cruz.

Se programaron cortometrajes de Cine en aragonés y se estrenó la Sección Pirineos que propuso una serie de miradas alternativas al capitalismo como forma de vida. El trabajo documenta algunas de ellas que se están dando en un entorno cercano a Boltaña, y sus responsables son los protagonistas de Vidas bajo el capitalismo (4 historias del Sobrarbe) (2017), de Nèlida D. Ruiz de los Paños, que se acompañó de un coloquio moderado por el antropólogo de la UCM (Universidad Complutense de Madrid) José Carmelo Lisón, en el que intervinieron Ana Morales Diaz (Candeleta), el sociólogo Esteban Sánchez, el antropólogo José Luis Anta y la directora del documental. La sala estaba llena y el coloquio pasó a ser un animado debate que permitió ir mucho más allá de lo planteado por el film. 

La sección Cachimalla, dedicada a los más pequeños programó el largometraje de animación Anima (2013), de Alfredo Soderguit, una película que pone en relación belleza y profundidad en un mensaje necesario sobre la necesidad de superar el egoísmo y transformarlo en generosidad. Se trata, precisamente, de potenciar "otras miradas". 

En la línea de atender a los más jóvenes se dio la Siñal Chicorrón Espiello a La Linterna Mágica, un club internacional de cine para niños de 6 a 12 años, que lleva trabajando desde 1990 para crear espectadores de calidad, y que en Zaragoza asumió la PAI (Plataforma de Acción Infantil) en el 2000, coordinando todos los club de habla hispana. 



La Sección Mayestros se conjuró con la Sección Falorías, y tuvieron el compromiso de homenajear a uno de los maestros de la luz de nuestro cine: Juan Mariné. Nacido en 1920, este ilustre director de fotografía, en plena actividad de 1942 a 1990, y con una vitalidad todavía arrolladora nos contó un sin fin de anécdotas de sus rodajes, de sus inventos e innovaciones en el campo de la recuperación y restauración fílmica. 




La película Un millón en la basura (1967), de José María Forqué, con dirección de fotografía de Juan Mariné, se programó en la Sección Falorias, cuya presentación y cine fórum tuve ocasión de presentar y moderar. Tuve la suerte de tener muy cerca al mismo Juan Mariné que enriqueció con su experiencia directa todos los aspectos que se glosaron sobre el film y su
rodaje. 


Fernando Trueba recibió la Siñal D´Onor Espiello 2017, más que merecido por su apasionada dedicación al cine en general y particularmente por sus trabajos documentales Calle 54 (2000) y El milagro de Candeal (2004), aque muestran su sensibilidad por el jazz latino en el primer caso, pero también por cuestiones sociales en el segundo o cómo desde la música puede buscarse un camino de integración y recuperación de sociedades castigadas por la miseria y la pobreza. 

Además de la proyección de La reina de España (2016), su último trabajo, se pudieron ver los cortometrajes El león enamorado (1979) y Salida del escritor insumiso Félix Romeo de la cárcel de Zaragoza (1995), este último  dentro del proyecto Lumière et compagnie, que reunió a cuarenta realizadores de todo el mundo para rodar un cortometraje de 52 segundos, utilizando la cámara y la emulsión originales con la que los hermanos Lumière inauguraron el cine. Acompañaron a Trueba, de la mano de Luis Alegre, siempre amable y buen conocedor de los entresijos del cine español, Antonio Resines y Carlos Boyero, antiguos compañeros de estudios (cinematográficos) con los que se desempolvaron, con  bastante ironía y desparpajo, las aventuras en común durante sus años de formación en Madrid. 

Tuve el honor de presidir a un grupo de prestigiosos profesores y cineastas que dictaminó los premios: Mª Jesús Buxó Rey, antropóloga de la Universidad de Barcelona, Marián López Fernández Cao, Catedrática en Educación Artística de la Complutense de Madrid,  el mexicano Alberto Nulman Magidin, doctor en Historia del Arte de la Universidad Nacional Autónoma de México y documentalista, y el antropólogo social Juan Ignacio Robles Picón, de la Universidad Autónoma de Madrid, y también realizador de documentales. En una grata reunión, celebrada en Boltaña, decidimos que los premios quedarían así: 

El Premio IAMS (International Association for Media in Science) para Tejiendo relatos (2015), de Clara Calvet, que, aún teniendo algunos defectos formales, es capaz de descubrirnos la pervivencia entre las mujeres andinas de un sofisticado modo de comunicación gráfica a través de los textiles.


El Premio Espiello Choben (para menores de 35) se lo quedó Olivier Jourdain por su atrevido, desinhibido y brillante L´Eau sacrée (2016), que de la mano de Vestine (estrella de la radiodifusión ruandesa) nos descubre los misterios de la eyaculación femenina.



El Premio Pirineos fue para Strana Udehe (2015), de Ivan Golovnev, que retrata mediante unos desafiantes, bellos y poéticos primeros planos el alma de los Udehe, pueblo indígena del oriente Siberiano, una aproximación sincera y sin aspavientos a los "parientes" de Dersu Uzala, aquel mítico personaje, cazador en la taiga, que inmortalizó la película imprescindible de Akira Kurosawa Dersu Uzala-El cazador (1975), que adaptaba la novela de V. K.Arsenev.



El Premio Rechira al mejor trabajo de investigación fue Extended Family (2016), de la suiza Ramona Sonderegger, una indagación entre los padres del mismo sexo en Suiza que viven una situación legal contradictoria al no permitírseles adoptar niños, ni el acceso a la reproducción asistida.



El Premio Espiello al mejor documental fue para un trabajo repleto de sensibilidad, calidad cinematográfica y seriedad científica: Gurumbé. Canciones de tu memoria negra (2016), de Miguel Ángel Rosales. Nos abre de par en par las puertas a una historia olvidada: el rastro de la esclavitud en la sociedad andaluza y la pervivencia de lo negro en la música, el baile y ciertas tradiciones. El público asistente quedó igualmente prendado por un trabajo capaz de aunar magia (emoción) cinematográfica y seriedad científica, lo que le permitió ganar también el Premio Boltaña al documental más votado



Por cierto, 6500 personas arroparon las proyecciones en Boltaña. Población que se ha volcado (incluyendo a las instituciones locales,  comarcales y en especial a los entusiastas y eficientes voluntarios), en su festival convirtiéndolo en uno de los mejores de cine documental que hay en España. Todo el Sobrarbe, sus alojamientos (en especial las Casas Rurales), bares y restaurantes, demuestran con su profesionalidad y buen servicio entender la importancia de un evento que muestra lo mejor de nosotros, y que abre una poderosa ventana al mundo por la que mirar y que nos miren.


Me voy a permitir terminar esta crónica por el que debería haber sido uno de sus primeros apartados. El primer paso de un festival es en muchos casos la confección de su cartel. Espiello, desde su primera edición en 2003, ha cuidado mucho su expresión gráfica, conscientes de que es una de esas ventanas que se abren de par en par para mostrar lo que se quiere hacer. La instantánea de esos buitres sobrevolando el cielo, captada por el fotógrafo oscense Lorenzo Ordás Pardo, "encaja perfectamente con la temática transversal de todas las secciones fuera de concurso de este año, La otra mirada", en palabras de la directora del certamen, Patricia Español.

Roberto Sánchez.

1 comentario:

FANTAS dijo...

Un ambiente estupendo que nos dio la ocasión de ver excelentes films como el de «Gurumbé. Canciones de tu memoria negra»,éxito de crítica y público, a cuyo director, Miguel Angel Rosales, tuvimos los espectadores la ocasión de felicitar, votar y conocer. Gracias a todos los organizadores y participantes de la muestra por un año más de estupendos documentales.