martes, 5 de julio de 2016

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE HUESCA. Edición 44

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE HUESCA. Edición 44.


En esta edición hubo 79 cortometrajes a concurso y 24 países representados. El certamen ha contado con una combinación de talento consagrado y de nuevas voces que empiezan a destacar con fuerza. 
La selección presenta grandes nombres de la historia de nuestro cine como José Luis Guerín, 
Premio Ciudad de Huesca del Festival en 2011 y que regresa a esta cita para competir con su documental Le Saphir de Saint Louis



También tienen su hueco nuevos realizadores independientes o de las mejores escuelas de España como la ESCAC o la ECAM. Otro dato más a tener en cuenta, y que demuestra el peso internacional del festival, es el número de obras que son estreno mundial e internacional en la capital altoaragonesa. Un total de 17 trabajos se han visto por primera vez en pantalla grande, y para todo el público, a nivel mundial o fuera de sus países de origen.



Los documentales premiados fueron 9 Days - From My Window In Aleppo (2015), de Floor van der Meulen y Thomas Vroege, ganador del Primer Premio Danzante, miradas desde la ventana de una ciudad en guerra fratricida. El Premio Especial José María Porquet, al mejor cortometraje documental iberoamericano, fue para Yo no soy de aquí (2016), de Maite Alberdi y Giedre Zickyte, documental chileno repleto de sensibilidad y buen gusto que navega en la tierra de los recuerdos perdidos de la vejez, con un inesperado protagonismo de una dama de Rentería. 




Hubo también una mención especial para Tarikat (2015), de Jasmijn Schrofer, toda una elegía en imágenes, que demuestra que lo poético, lo místico y el cine pueden convivir mejor de lo que parece. 

Una de las novedades de este año ha sido el reconocimiento al Mejor Cortometraje de animación, dentro del Concurso Internacional. Y es que esta técnica siempre tuvo una presencia muy destacada en el festival oscense, destacando por su gran calidad y riesgo creativo, y no siempre un justo reconocimiento. Este premio, bajo el nombre de Jinete Ibérico y dotado de 2.000 euros, ha destacado entre las 11 obras de animación que participaban en esta edición, a Zeezucht (2015), de la holandesa Marlies van der Wel, una casi perfecta fusión entre un tratamiento plástico/artístico muy original y la recreación del mito de “Jonás y la ballena” y con el protagonismo de ese mar que todo se lo traga, cuestión que tan bien entienden en Holanda. 



El Premio Anselmo Pié, concedido a la mejor ópera prima, fue para Yul et le serpent (2015), de Gabriel Harel, otro bello trabajo de animación de la escuela francesa, pero con referencias evidentes a las técnicas y a las temáticas del maestro japonés Hayao Miyazaki.



Por su parte, los espectadores eligieron, mediante el Premio del Público Aragón Televisión que se consolida, Alike (2015), de Daniel Martínez Lara y Rafa Cano, otro cortometraje de  animación, ya premiado en los Goya. 

Para los que no se puedan desplazar a la ciudadaragonesa, se mantiene el formato on-line del certamen, bajo el nombre "Festival de Huesca en casa" que ha permitido ver bajo demanda toda la selección, al mismo tiempo que se presentaba en el Teatro Olimpia, la sede principal.

Los tres concursos, que distinguen a las mejores obras con el “Premio Danzante”, reparten un 
montante total de 24.000 euros además de entrar directamente en la preselección de los Premios Oscar de la Academia de Hollywood y de los Premios Goya de la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas de España, en la categoría de “Mejor Cortometraje de Ficción”. En la pasada edición de los máximos galardones del cine de nuestro país, tres de los cinco finalistas de la categoría anteriormente citada, habían pasado por la sección oficial del festival altoaragonés. En el caso de los Oscar también hubo presencia de la selección oscense con Alles wird gut (2015), de Patrick Vollrath. 



Los máximos galardones, este año, quedaron reaprtidos así: El Premio Danzante, en el Concurso Iberoamericano, se lo llevó Rosinha (2016), del brasileño Gui Campos, un discurso original y en clave de comedia elegante sobre la tercera edad, con una elaboración formal casi perfecta. 

Y, en el Concurso Internacional, el Premio Danzante lo ganó Houvast (2016), de 
Charlotte Scott-Wilson, un cortometraje holandés también de gran perfección formal, con una interpretación sobrecogedora, capaz de invitarnos a sentir la tortura y el placer combinados de una intérprete de música clásica puesta en sus límites psicológicos y físicos.
La 44 edición del festival, que tuvo lugar entre el 17 y el 25 de junio, concedió además dos premios homenaje, el primero a la directora aragonesa Paula Ortiz que recibió el Premio Ciudad de Huesca, con su reciente  éxito de La novia (2015), su segundo largometraje.

 Y el segundo homenaje, al prolífico y muy activo guionista, director, actor y dramaturgo francés Jean-Claude Carrièreque recibió, con toda justicia, el Premio Luis Buñuel, y es que, sin duda, este francés ha sido uno de los cineastas más próximos al director calandino, con el que colaboró estrechamente en Diario de una camarera (1964), Bella de día (1967), La Vía Láctea (1969), El discreto encanto de la burguesía (1972), Los fantasmas de la libertad (1974) y Ese oscuro objeto del deseo (1977). Carrière es, con seguridad, uno de los mejores guionistas, dialoguistas y adaptadores de la historia del cine. De 1961 hasta el presente ha colaborado, además, con muchos de los más destacados cineastas de todo el mundo: Pierre Étaix, Louis Malle, Milos Forman, Marco Ferreri, Luis García Berlanga, Patrice Chéreau, Volker Schlöndorff, Peter Brook, Jean-Luc Godard, Carlos Saura, Andrzej Wajda, Nagisa Ôshima, Mohammed Lakdhar-Hamina, Jean-Paul Rappeneau, Wayne Wang,  Fernando Trueba o Philippe Garrel, por citar a unos pocos. Además, siempre ha estado próximo a la familia Buñuel, colaborando en las aventuras fílmicas de Juan Luis Buñuel y Joyce Buñuel, y participando de modo muy activo en documentales sobre el genial cineasta aragonés como El último guión. Buñuel en la memoria (2008), de Javier Espada y Gaizka Urresti; o en Tras Nazarín. El eco de una tierra en otra tierra (2015), de Javier Espada. 

El Festival de Cine de Huesca, sin perder sus raíces y su especial relación con el cortometraje, ha logrado refundarse, haciéndose fuerte y facilitando la conexión entre los autores emergentes y los más veteranos. También honra a la nueva dirección, el esfuerzo por abrirse y contactar con los creadores audiovisuales de Aragón, con una actividad novedosa que se llamó “Aragón de cine: La profesionalización del territorio”, al que acudieron como ponentes Jaime Fontán (Jefe de producción de Aragón Televisión), Alejandro Cortés (director y productor), Gaizka Urresti (productor y director), David Asensio (responsable de la Huesca Film Office), Azucena Garanto (directora del Festival Internacional de Cine de Huesca) y Mirella Abrisqueta (presidenta de la Asociación de Empresas Audiovisuales de Aragón). Además, muchos otros profesionales, la Academía del Cine de Aragón, los responsables de los muchos festivales que tenemos en nuestra Comunidad (Fuentes de Ebro, La Almunia, Zaragoza, etc…), y muchos realizadores y técnicos del cine aragonés a título individual, acudieron, debatieron y propusieron ideas, manifestando esperanzas y deseos positivos para el futuro de una industria de momento raquítica, y despreciada por las Instituciones políticas, pero con un enorme potencial que se está haciendo cada vez menos hipotético y más real en los campos del largometraje, cortometraje y documental.



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