sábado, 23 de julio de 2016

Demolición (Demolition, 2015)***

Dir: Jean-Marc Vallée
Int: Jake Gyllenhaal, Naomi Watts, Chris Cooper, Polly Draper, Wass Stevens, Judah Lewis, Stephen Badalamenti, Zariah Singletary, Alfredo Narciso, George J. Vezina, Helen Brackel, Ben Cole, Lytle Harper.


La vida hecha añicos 

Davis Mitchel (Jake Gyllenhaal) es un ejecutivo con éxito casado con Julia, la hija del dueño de una gran empresa (breve pero solvente interpretación de Heather Lind, actriz procedente de series de televisión como la excelente Boardwalk Empire). Un repentino accidente de coche trastocará su vida ordenada y rutinaria envuelta en seguridad y en lujo. Phil, Su suegro, interpretado por Chris Cooper, intentará por todos los medios que se centre tras la muerte de su esposa, pero será en vano. Solo la irrupción en su vida de Karen (una, como siempre, maravillosa Naomi Watts) y de su hijo, supondrá un revulsivo que le pondrá en la senda de la reconstrucción vital. 

Dirige esta cinta Jean-Marc Vallée, director en 2013 de la estupenda Dallas Buyers Club. Vallée comenzó a rodar en Canadá y se dio a conocer en los noventa con el largo "Liste noire", un thriller sobre los límites del poder y sus tentaciones, y en 2005 sorprendió a público y crítica con C.R.A.Z.Y., un drama familiar ambientado entre los 60 y 80. 

En cuanto a su protagonista, Jake Gyllenhaal, actor en alza que me maravilló recientemente en Nightcrawler (2015), despegó en su carrera tras colaborar con David Fincher en Zodiac (2007), y tiene por estrenar para 2016 Nocturnal Animals (de Tom  Ford) junto a la maravillosa Amy Adams y, dos filmes ya para 2017, Okja, a las órdenes del asiático Bong Joon-Ho, y Stronger, donde compartirá cartel con Miranda Richardson. 

Con un guión de Bryan Sipe, Demolición (título original que no ha sido esta vez alterado en su traducción al castellano), es un film complejo, que se apoya, especialmente, en un brillante trabajo actoral, en especial de sus dos protagonistas: Jake Gyllenhaal y Naomi Watts; pero también gracias al aporte de buenos secundarios como el ya veterano Chris Cooper, y una agradable sorpresa, el adolescente Judah Lewis. Un niño-actor que pisó los escenarios  ya los 4 años, gracias en gran parte a su padre, el director Mark Lewis. El pequeño Lewis intervino ya de manera solvente en 2015 en el largometraje Point Break, un remake de Le llaman Bodhi (1991,de Kathryn Bigelow). 





Con la premisa de que hay que destruir el pasado para pasar página y construir un nuevo presente, el protagonista, Davis Mitchel, se pone manos a la obra para llevarlo a cabo literalmente. Su particular estado mental, aún en shock por lo ocurrido, unido a su ansia por destripar y hacer trizas todo lo que se le pone por delante, topará con la incomprensión de su suegro y de sus compañeros de trabajo, que terminarán dejándolo por imposible y tildándolo de loco. Será su nueva familia, encarnada por Naomi Watts y su hijo en la ficción (el jovencísimo y provocador Judah Lewis) el pilar en que se apoyará para construirse una nueva vida e incluso una nueva forma de ser. 

Demolición es un filme diferente, con una pátina de cine independiente y de autor, no apto para quien busque un cine comercial y de evasión veraniega. Eso sí, quien desee buenas interpretaciones  y una historia con una visión narrativa personal, disfrutará con esta Demolición o, al menos, encontrará un trabajo fílmico que no le dejará indiferente.

Gonzalo J. Gonzalvo

-Actualmente, sin proyección en Zaragoza-

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