martes, 3 de noviembre de 2015

Taxi Téhéran (2015)****

Dir: Jafar Panahi
Int: Jafar Panahi

La comunicación más rápida en las grandes urbes sigue siendo el taxi, en algunos lugares, también de uso compartido como es el caso de Téhéran.  
El director, Jafar Panahi, convertido en taxista, nos conduce por los vericuetos de la comunicación entre la gente y el uso de la tecnología audiovisual más variada. Al principio, la televisión y la radio proporcionan noticias (la pena de muerte), y motivo de comentario, a los pasajeros de este recorrido. Aparecerán, el teléfono móvil, la cámara de fotos con opción a vídeo, la cámara de vídeo profesional, los vídeos piratas, el cine y las leyes de censura, así como la cámara web... 
En este viaje se nos cuelan los ladrones oportunistas e inevitables que terminan robando la palabra y la película. Todos los pasajeros comunican, producen o consumen información.  
El director-taxista presta su terminal para grabar la última voluntad de un accidentado, luego a la potencial viuda para recibir el archivo de la herencia.  
También permite llamar con su móvil a quien vende ilegalmente películas y no tiene crédito para contactar con su cliente (un estudiante de cine que pide ideas para su película), a cuya casa nos conduce el taxista, a su vez, antiguo cliente de copias piratas reconocido por el 
falsificador. 
No escapan a esta gran red de usuarios y productores de imágenes, ni las mujeres que olvidan su monedero-bolso; abuelas, deduce la sobrinita del conductor, consumidoras de tele series y supersticiones, que las llevan a un trayecto de vida o muerte en el taxi de la película, donde pierden su monedero e indirectamente abortan el film. 
Jafar Panahi lleva dirigiendo, con no pocas trabas por parte de la censura, desde 1988, con
bellos y reflexivos trabajos a medio camino entre la ficción y el documental. Alumno aventajado
de una escuala de cine iraní que va dando algunos de los nombres más destacados del arte
cinematográfico actual (Abbas Kiarostami, Moshen Makhmalbaf, Bahman Ghobadi, Amir Naderi o Samira Makhmalbaf, entre otros), ha llegado al extremo de tener que rodar sus últimas tres películas (incluida Taxi Téhéran) en la clandestinidad. 
Aunque con pocos pases, y ya en sus últimos momentos en la cartelera zaragozana, deberían
darle una oportunidad a este film que termina siendo toda una lección sobre el cine y como
logra sobrevivir en una actualidad tan hostil hacia la creación y la imaginación...


Antonia Bordonada


-Aragonia-

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