lunes, 23 de noviembre de 2015

El Clan (2015)***

Dir: Pablo Trapero
Int: Guillermo Francella, Peter Lanzani, Inés Popovich, Gastón Cocchiarale, Giselle Motta, Franco Masini, Antonia Bengoechea, Gabo Correa. 


La historia se basa en el caso policial del Clan Puccio, que conmocionó a la sociedad argentina a principios de los 80. Tras la aparente normalidad de los Puccio se oculta un siniestro clan dedicado al secuestro y al asesinato. Arquímedes (un brillante Guillermo Francella), el patriarca,  lidera y planifica las operaciones. Alejandro (Peter Lanzani), el hijo mayor, estrella de un club de rugby, se sirve de su popularidad para no levantar sospechas. Los demás miembros de la familia son cómplices en mayor o menor grado de los crímenes del clan y viven de los beneficios obtenidos de los rescates que pagan los familiares de los secuestrados. 
Pablo Trapero tiene una trayectoria, como realizador, bastante sólida. De momento he podido ver, entre sus largometrajes: Mundo grúa (1999), El bonaerense (2002), Carancho (2010), Elefante blanco (2012) y El clan. En todas ellas hay un retrato feroz de la sociedad argentina, muy potente siempre en cuanto a las actitudes y la claridad el mensaje de denuncia, y actores comprometidos con unos personajes a veces, ciertamente oscuros, con historias que no ocultan los perfiles más escabrosos de su historia. Las conexiones entre las actividades de extorsión, secuestro y asesinato que Arquímedes Puccio llevaba realizando al servicio de la dictadura militar desde hacia unos cuantos años, seguirán siendo las mismas,  al subir al poder el presidente Raúl Alfonsín; ahora el poder militar disminuye y sus secuaces que se amparaban hipócritamente en la defensa de la patría para llevar a cabo sus salvajadas, pasan a tener que ocultar sus inquietantes actividades y, de algún modo, al sector privado.Hubo entonces algunos inconvenientes añadidos para mantener la actividad: primero que el paraguas de sus protectores y antiguos comitentes se ha cerrado y además las posibles víctimas de un secuestro que sea rentable tienen que pertenecer a las clases económicamente mejor situadas y, hasta cierto punto, vinculadas con las fuerzas más reaccionarias de su país. Cualquier error (y se cometen unos cuantos) se paga caro y la historia escrita por Pablo Trapero, Esteban Student, y Julián Loyola no hace concesiones. Relata con dinamismo implacable la caída en los infiernos de toda esta familia dedicada sin freno al secuestro y al asesinato. El rostro y la expresión del patriarca Puccio se mantienen sobrios, e impenetrables, y su actitud firme hasta el final...Quizás la precisión del trazo, el intento de mostrarnos el horror como algo cotidiano -y lo era en el día a día de los Puccio- tiene el problema de aproximarnos demasiado (¿identificarnos?) a esta familia  que aparentemente se mantiene en la normalidad: son educados, limpios, religiosos, cultos y 
"bienpensantes", pero ocultan y soportan al peor monstruo posible. Ofrecen una fachada de normalidad pero son monstruos deformes; y Trapero vuelve a hurgar en la herida y a pedirnos que no nos fiemos de las apariencias de esta sociedad burguesa y liberal que muy a menudo los engendra.

Roberto Sánchez

-Aragonia, Cervantes-

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