lunes, 7 de septiembre de 2015

Ricki (Ricki and the Flash, 2015)***

Dir: Jonathan Demme
Int: Meryl Streep, Kevin Kline, Mamie Gummer, Sebastian Stan, Ben Platt, Charlotte Rae, Rick Springfield, Doris McCarthy, Josh Tobin, Hailey Gates, Marlon Perrier, Christian Frazier.


Ricky es una cantante rockera líder de un grupo que versiona temas y artistas míticos sobre los escenarios. Una mujer madura, con problemas económicos, que arrastra un presente y un pasado sentimental complejos al haber apostado por alcanzar sus sueños. Estamos ante una historia que se mueve entre el musical, el drama y la comedia, pivotando en todo momento sobre la dirección de Jonathan Demme, la interpretación de su protagonista femenina, Meryl Streep y un guión firmado por Diablo Cody, que saltó a la fama gracias al film Juno en 2007. Demme ha demostrado ampliamente ser un experto en tratar el género musical en el cine como ya se hizo patente en 2006 en Neil Young: Heart of Gold, retrato perfecto del cantautor Neil Young (personaje al que volvió en 2011 con el documental Neil Young Journeys). En 2012 se llevó un premio en el Festival de Venecia por otro filme musical titulado Enzo Avitabile Music Live. Como director, Jonathan Demme ha demostrado, en su ya dilatada trayectoria, dominar con destreza todos los géneros: desde el documental, pasando por excelentes thrillers como El silencio de los corderos (1991) o  El mensajero del miedo (2004), y también la comedia, con trabajos como Algo salvaje (1986) o Casada con todos (1988). En cuanto a Meryl Streep, que sostiene la película como las columnas de Hércules, qué se puede decir a estas alturas. Es una máquina perfecta de actuar. Lo ha ganado todo y acumula el mayor número de premios Oscar en sus vitrinas. Nada se le resiste. Interpreta, canta, baila, ríe, llora y toca la guitarra. Quizá, en este momento, sea la mejor actriz sobre la faz de la tierra, con permiso de colegas suyas como Julianne Moore o la siempre impecable Jessica Chastain que siguen su estela. Sin Meryl Streep ,y sin este director, la película sería otra cosa muy diferente y, casi seguro, hubiera sido un fracaso tanto artística como comercialmente. En Estados Unidos el musical siempre ha sido un género que ha gozado de buena salud, reforzado sin duda por los musicales de los escenarios de Broadway. Cosa muy diferente ha ocurrido en España, donde siempre ha resultado un género menor, al que se le resiste  la taquilla, exceptuando obras como Sonrisas y lágrimas o Mary Poppins, vinculadas al público infantil y familiar de los años 60 y 70. 
Con un tempo correcto y bien medido, que alterna los números musicales con la historia personal de la cantante rockera y su drama familiar; y aderezada con ciertos toques de comedia, el film Ricki se sostiene, como ya he dicho, sobre los hombros de esa sobrehumana actriz llamada Meryl Streep. Arropada por un correcto Kevin Kline y el resto de secundarios, la Streep "se lo come todo" y realiza todo un recital interpretativo en el que borda su papel como si lo llevase haciendo toda la vida. Este es, junto a una más que correcta dirección de Jonathan Demme, el principal mérito de una película recomendable para los amantes del musical y también para los fans de Meryl , así como para los seguidores de la filmografía del director de El silencio de los corderos. En este caso, el silencio brilla por su ausencia y la música reina en la pantalla eso sí, con el permiso de otra reina. Una reina de la pantalla llamada Meryl Streep.

Gonzalo J. Gonzalvo.

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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