miércoles, 12 de agosto de 2015

No todo es vigilia (2014)***

Dir: Hermes Paralluelo


Felisa es una anciana de 82 años que deambula por los espacios vacíos y fríos de un hospital. Su marido, Antonio, de 84 años, está hospitalizado desde hace días. Felisa está inquieta porque sabe que su marido pidió plaza para una residencia y tiene miedo de que su vida cambie. Ella sólo quiere volver a su casa en Muniesa (Teruel), donde podrá estar tranquila junto a su marido y continuar su vida como siempre ha sido. Por su lado, Antonio, siente una gran responsabilidad de velar por Felisa, le preocupa que ella esté bien cuidada el día en que él ya no esté. Cuando Felisa y Antonio por fin vuelven a casa, encuentran un aviso de los servicios sociales; quizá les han concedido plaza para ir a vivir a la residencia. Ven peligrar su identidad y su independencia. Sienten que tendrán que ceder a otras personas el control de su vida y de su muerte. 
Hermes Paralluelo, director y guionista del documental, estudió Dirección de Fotografía en el CECC (Centro de Estudios Cinematográficos de Cataluña). Comienza su carrera trabajando en documentales producidos por Barcelona Televisió en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona. En 2004 se muda a Buenos Aires y tres años más tarde se establece en Córdoba, donde colabora como director con la productora de Cine El Calefón. En 2008 dirige el mediometraje documental Pan de azúcar, seleccionado en diversos festivales, y en 2011 termina su primer largometraje, Yatasto, que logra numerosos premios.
En No todo es vigilia, trabaja con sus propios abuelos paternos, un año de ensayos y de proximidad para contarnos la realidad de unos ancianos que tienen serios problemas de movilidad, pero que siguen aferrados a la vida en pareja. La sólida formación fotográfica de Hermes Paralluelo, junto al trabajo de Julián Elizalde (director de fotografía), explican el arriesgado y exitoso trabajo fotográfico de claroscuros e interiores, lleno de referencias pictóricas tenebristas de un gran poder evocador y un poderoso valor estético. Por otro lado, el largometraje propone, en muchos casos, una mirada irónica y ligeramente sarcástica, siempre desde el respeto, capaz de hacernos sentir con una sonrisa, lo difícil que puede ser sobrevivir con más de 80 años en un ambiente cotidiano que se ha ido transformando en una verdadera carrera de resistencia, llena de obstáculos.

-II Muestra Cinematográfica de Moyuela, Salón Social-


Roberto Sánchez.

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