miércoles, 29 de julio de 2015

Eternal (Self/less, 2015)**

Dir: Tarsem Singh
Int: Ryan Reynolds, Ben Kingsley, Matthew Goode, Natalie Martinez, Victor Garber, Derek Luke, Michelle Dockery, Teri Wyble, Sandra Ellis Lafferty, Gary Weeks, Brendan McCarthy.


Tarsem Singh dirigió en el año 2000 La celda, con Jennifer López como protagonista, un thriller de carácter sobrenatural que solamente obtuvo una nominación al Oscar por el mejor maquillaje y que, para mí, no pasaba del aprobado. En estos 15 años que han transcurrido desde el nuevo milenio y, tras habernos entregado su versión de Blancanieves en el 2012, con Julia Roberts haciendo el papel de una particular madrastra, nos llega ahora este Eternal. Sobre toda la historia planea el mito de Frankenstein y esa obsesión científica por lograr la inmortalidad y devolver a la vida a un ser desposeído de la misma, con la recompensa de aproximarse al poder de un dios creador. En este sentido Eternal se mueve entre una mezcla de géneros confusa que englobaría el fantástico y el thriller.  En cuanto a la galería de personajes, destacan por encima del resto dos de ellos:  por un lado, el científico, alter ego de ese pseudo doctor Frankenstein, interpretado con solvencia por el actor Matthew Goode. Por otro, tenemos al protagonista, inicialmente interpretado por el magnífico actor Ben Kingsley, (al que recientemente hemos podido ver en cartelera interpretando un papel muy diferente a este, el de un taxista hindú que trabaja por las calles de Nueva York en el último trabajo de la realizadora catalana Isabel Coixet Aprendiendo a conducir). Pues bien, ambos, Goode y Kingsley, están a buen nivel interpretativo. El problema comienza cuando tenemos que creernos que Kingsley pueda transformarse en Ryan Reynolds, que aunque no es un mal actor (estaba  bastante bien en Enterrado/Buried,  dirigida por el español Rodrigo Cortés hace 5 años), no convence al espectador. Son dos actores muy distintos a todos los niveles y cuesta mucho asimilar que, dentro de él sigue el bueno de Ben intentando proseguir su vida con todo un nuevo abanico de posibilidades a su alcance. A partir de ahí (transformación que se produce muy pronto dentro del transcurso de la película), todo se hace bastante cuesta arriba y, a pesar de que hay buenas escenas de acción, éste thriller de tono sobrenatural no consigue pasar, al menos para mí, del aprobado raspado.  La historia, sin duda, plantea dilemas morales sobre la vejez, la identidad y el mercantilismo de la investigación científica, entre otros, que daban sin duda para haber construido un filme mucho más interesante e inquietante que este Eternal. Además, es más que evidente, el plagio argumental que este cineasta realiza del film Plan diabólico (Seconds, 1966), extraordinario filme de John Frankenheimer en blanco y negro, con una maravillosa fotografía de James Wong Howe (nominada al Oscar), que estuvo a punto de llevarse la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1966. 
Por todo ello considero que Eternal,  a pesar de poseer ciertas virtudes desaprovechadas, resulta un film solamente recomendable para forofos recalcitrantes de los thrillers futuristas o de ciencia ficción, o de seguidores de este director que, en ocasiones ha tenido destellos artísticos. No es este el caso, aunque la figura del gran actor Ben Kingsley es una presencia destacable en esta cinta, él solo no puede mantener ni levantar una historia de la que desaparece a partir del primer cuarto de hora de proyección.

Gonzalo J Gonzalvo

-Aragonia, Yelmo-

No hay comentarios: