sábado, 10 de septiembre de 2016

No respires (Don't Breathe, 2016)****

Dir: Fede Álvarez

Int: Jane Levy, Dylan Minnette, Stephen Lang, Daniel Zovatto, Sergej Onopko, Jane May Graves, Jon Donahue, Katia Bokor, Christian Zagia, Emma Bercovici, Brak Little, Michael Haase. 

Quien roba a un ciego, no tiene perdón.    


Tras los cortometrajes El cojonudo y Ataque de pánico (2009), que impactó en Internet y convirtió a Feredico Álvarez en un director-promesa que llamó la atención de Hollywood y atrajo el interés de Sam Raimi, director especializado en cine de terror que le permitió realizar en 2013 un remake de su mítico Posesión infernal (Evil Dead, 1980), donde Álvarez ya contó con la expresiva Jane Levy como protagonista. 

Levy repite como protagonista femenina y única mujer de un reparto casi netamente masculino en este desasosegante 
No respires plagado de homenajes al cine de terror de finales de los setenta y ochenta, década prodigiosa de las películas tipo “slasher” de jovencitos que iban cayendo, uno tras otro, en las garras de su oponente maligno, creando una suma de víctimas que también creó un nuevo término para referirse a este tipo de filmes: “body count”. Dentro de estas referencias y/o homenajes, que comienzan en el cartel que ya nos recuerda a la Noche de miedo (1985), de Tom Holland, pasando por filmes míticos como La noche de Halloween (1978), de John Carpenter, Viernes 13 (1980), de Sean S. Cunningham, o El sótano del miedo , de Wes Craven, filme de 1991 que guarda ciertas similitudes con el que nos ocupa. En un ugar de honor está  La matanza de Texas (1974), de Tobe Hooper, filme de culto dentro del género en el que la protagonista femenina se enfrentará con el más terrible habitante de la casa (Leatherface) en un sangriento duelo por la supervivencia. Todos estos filmes hicieron famosos a sus directores convirtiéndoles en estrellas, y han sido objeto de remakes en los últimos años con mayor o menor fortuna. 

No respires, además de mamar de todo este bagaje hemoglobínico, es un filme de presupuesto contenido, rodado casi enteramente en interiores, dando protagonismo a la casa como lugar maléfico y terrible. Eso la entronca también con filmes como el propio Posesión infernal de Raimi (productor aquí y, desde luego, elemento de influjo indudable) y el también mítico Terror en Amityville (Stuart Rosenberg, 1979), amén de toda una tradición de películas de casas encantadas, escenario donde se desarrollan íntegramente las historias. 

La ominosa partitura del español Roque Baños, laureado compositor a nivel mundial  que ha trabajado habitualmente con directores españoles de la talla de Amenábar o Alex De la Iglesia, contribuye a aumentar la atmósfera siniestra y opresiva del filme, al igual que la acertada fotografía del también español Pedro Luque. Todo un orgullo que este equipo esté triunfando en Hollywood como lo está haciendo. 



Con un guión del propio Fede Álvarez y Rodo Sayagues, No respires funciona de principio a fin gracias a todos estos elementos, una dirección inteligente y un reparto efectivo que resulta muy real al no estar participado por estrellas reconocibles, lo que suma un éxito más y hace su historia más efectiva. No respires golpea al espectador con dureza, sin concesiones, combinando bien los resortes del terror con  una trama de "caper movie" que la emparenta también con el thriller, aunque sea de un modo secundario. Dentro del reparto destacan la joven Jane Levy (que ya fue protagonista del remake de Posesión infernal que este mismo director realizó en 2013) y, especialmente, de un más que inquietante Stephen Lang que da vida a un ex-marine retirado y ciego por causa de la metralla de una granada. Actor de teatro reconocido y con una larga trayectoria en cine y televisión (Avatar, Ley y Orden, Enemigos públicos), Lang compone un personaje oscuro con una maestría insuperable. Muy recomendable ver la película en V.O., si es posible para disfrutar de su gran trabajo. 

Así que, si son fans del género de terror, o del thriller, o de ambos; no se pierdan este No respires. Sin duda, haciendo honor a su título (que coincide plenamente con el original en inglés, otro motivo más de satisfacción), les dejará sin respiración en más de una ocasión. Eso sí, niños y espectadores impresionables o poco curtidos, abstenerse. Pero, ay amigos...amantes del miedo y del horror, dispónganse a gozar y no se la pierdan. Porque, como dice el viejo dicho: “Quien roba a un ladrón tiene 100 años de perdón”. Pero, quien roba a un ciego...no. 
Ese no lo va a obtener nunca.

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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