jueves, 1 de noviembre de 2018

La noche de Halloween (Halloween, 2018)****

Dir: David Gordon Green
Int: Jamie Lee Curtis, Nick Castle, Judy Greer, Miles Robbins, Virginia Gardner, Will Patton, Toby Huss, Haluk Bilginer, Jefferson Hall, Andi Matichak, Christopher Allen Nelson.

Michael Myers siempre estuvo ahí

Allá por el año 1978 (yo tenía 12 añitos para 13 y no pude verla en pantalla grande hasta bien entrados los años 80 y en un cine de reestreno), un genio del cine llamado John Carpenter dirigió, produjo, escribió el guion (junto a Debra Hill, por cierto nacida en Haddonfield, la localidad donde tiene lugar la terrible historia, y que temía entonces 28 años) y también compuso una de las partituras musicales más terroríficas y recordadas de este género junto a la de Psicosis de Bernard Herrmann. Esto no es casualidad, pues La noche de Halloween (al Igual que el Psicosis de Hitchcock en su momento) innovó y marcó un antes y un después dentro del género del cine de terror, y creó un asesino en serie, un psicópata o psico-killer (como dicen en USA) sobrehumano tanto por su maldad como por su fuerza y su capacidad para moverse, aparecer y desaparecer como un ente casi irreal y fantasmagórico pero, a la vez, muy real y corpóreo cuando ataca a sus víctimas. 

Un asesino sobrenatural que entronca con esa tradición oral del “monstruo” mata niños: el hombre del saco. Está en todas partes y nunca sabes cuando va a aparecer ante ti. Quizá esté en tu mente y seas tú mismo, con el miedo o la curiosidad morbosa volcada sobre él, el que lo convierta en una realidad (que es, en definitiva, lo que les pasa a los periodistas de este Halloween 2018). 

La noche de Halloween (Halloween, 2018), no sólo conserva una extrema fidelidad al original de 1978, sino que además, la mano del propio John Carpenter y de Jamie Lee Curtis (ambos como productores) y Carpenter como compositor, de nuevo, de una magnífica banda sonora (con la ayuda de su hijo Cody), han sido sin lugar a dudas una clara guía para su director, David Gordon Green, que sin tener hasta ahora una filmografía destacable, con su anterior trabajo Stronger (2017) y este Halloween,  ha realizado los dos mejores de su carrera. La sombra de Carpenter y de Michael Myers demuestran ser alargadas e incombustibles, y ambos son ya parte de la historia del cine y también dos iconos del cine de terror. Si no existiera el original de 1978, es muy posible que este Halloween, cuarenta años después (hay que ver como pasa el tiempo) se convirtiera rápidamente en un filme de culto, aunque es muy posible que vaya a serlo para las nuevas generaciones de aficionados al género, a la vez que les haya redescubierto el original y les haga volver la vista a los “clásicos” del cine, pues el Halloween de 1978 ya lo es por derecho propio. 




Además de estas virtudes, el nuevo Halloween tiene muchas otras que lo vuelven a emparentar con el original mientras que, al mismo tiempo, actualiza el mito Myers con acierto, al igual que la figura del Dr. Loomis, ahora llamado Dr. Sartain, e interpretado por el turco Haluk Bilginer (siempre a la sombra de Myers pero no menos importante en la trama). Aquí, tenemos un Dr. mucho más en sintonía con el Doctor Frankentein (otro clásico inmortal), que defiende a su “criatura” incluso poniendo en juego su propia vida. El filme posee un comienzo inquietante y lleno de fuerza, que nos hace temer a ese “hombre del saco” llamado Michael Myers desde el primer fotograma. He de decir que, de toda la saga de Halloween, el filme que más me gustaba hasta ahora (junto con el original), era Halloween. El origen (de Rob Zombie, 2007), filme que nos mostraba más a fondo al Myers niño y nos explicaba su terrible infancia junto a un padre alcohólico y maltratador y una madre bailarina de streaptease. Como sucede en muchos otros casos de asesinos múltiples, el verdugo fue antes víctima, y aunque esto no justifique que sea un ser que se dedique a matar, si que es un lento detonante que prende la mecha del mal en su interior hasta explotar y que explica en parte también esa auto anulación de su propia humanidad, su silencio total, su falta de diálogo y de empatía, y ese ocultarse tras la máscara (como ya hicieron otros personajes clásicos del horror en El fantasma de la ópera (con variadas versiones que van desde la de 1925 con Lon Chaney al musical de 2004, dirigido por Joel Schumacher) o su primo hermano slasher más reciente, el Jason Voorhees de Viernes 13 (de Sean S. Cunninghan,1980) y unas cuantas entregas más de otra franquicia terrorífica no menos exitosa. La figura del asesino Michael Myers retoma en este Halloween 2018 toda su fuerza y terrible poder maligno y aniquilador. De nuevo (como también ocurría en 1978), Michael se fuga aprovechando un traslado desde el centro psiquiátrico donde lleva 40 años recluido; una escena que supone un claro homenaje a La noche de los muertos vivientes (1969), de George A. Romero, con los locos deambulando como zombies en medio de una noche brumosa)





Aunque han pasado los años y lo percibimos en las tomas iniciales, su vigor y ansia por matar están igual de intactos y vitales. Los largos travellings, la profundidad de campo en las tomas generales, sello de la "casa Carpenter", y la perfecta alianza de la música junto a las diversas secuencias, la emparentan con su hermano clásico de 1978 de manera indudable para placer de cinéfilos y fans del género. 



John Carpenter (nacido en 1948), al igual que el ya citado George A. Romero, y otros ya míticos directores del terror de los 70 y 80 como Wes Craven, juegan con las dimensiones del sueño y de la realidad (recordad Pesadilla en Elm Street, de 1984), con lo que parece irreal e inexplicable pero puede suceder y sucede, volviendo la vista atrás a los mismos orígenes del género fantástico y la definición más pura de dicho término, pero al mismo tiempo innovando con unos “monstruos” mucho menos góticos y más reales, a pesar de que sus facultades para aterrorizar y matar sobrepasen todo lo humano. Es eso mismo lo que les dota de un carácter y un aura mítica, y lo que les hace mucho más temibles y terroríficos, puesto que no podemos apartarlos de nuestra mente y siempre formarán parte de nuestras más terribles pesadillas, como ese “hombre del saco” o “sacamantecas” de cuando éramos niños, pero al que no sabíamos poner cara. 

Es cierto que, desde un punto de vista comercial, se abusó en exceso de la saga Halloween, creando una franquicia que (como ya he apuntado) hizo las delicias de sus fans pero con una calidad mediocre (excepto en el original), hasta que llegó hace 11 años Halloween. El origen (2007), también citada en este artículo. Nada más y nada menos que 10 títulos desde 1981 (sin contar el original de 1978) hasta este La noche deHalloween (2018), siendo la segunda (secuela con guión de Carpenter y Hill nuevamente) la más decente hasta la explicación por parte de Rob Zombie del origen de Myers y este, vamos a llamar, “renacimiento” del asesino en serie más letal del cine de los 70 y 80. 



El papel guerrero de las mujeres, en este caso del personaje de Laurie Strode, encarnado por una Jamie Lee Curtis que, a pesar de su edad (han pasado 40 años), está en plena forma, es una de las cosas que más marca esta vez al personaje protagonista femenino, dando continuidad al original de Carpenter, en el que Laurie ya le plantaba cara a Myers con esa aguja de hacer punto o con cualquier otro objeto punzante. Una Jamie Lee Curtis que comenzó a destacar precisamente en esta saga y que, por cierto, era hija de Tony Curtis y Janet Leigh, quien encarnó a Marion Crane, la protagonista femenina del Psicosis  de Hitchcock, otra curiosa e interesante coincidencia. 




Laurie/Lee Curtis demuestra de nuevo tener una conexión mental o extrasensorial con Michael Myers, percibiendo su cercanía y sabedora de que su destino está ligado de manera indefectible al de él, y que ella no descansará en paz hasta que Myers sea destruido. En este sentido, Laurie se erige en el elemento que impartirá justicia y equilibrio entre las fuerzas del bien y del mal, aunque ya sabemos que la esencia del mal o “el mal absoluto” (como así definía a Myers el propio doctor Loomis en 1978) nunca puede morir del todo, pues forma parte, al igual que el bien, del equilibrio de fuerzas que rigen la naturaleza y el universo (de esto sabe mucho también el director George Lucas). 



Y que más puedo decirles, que yo he disfrutado con este Halloween 2018. Que me ha reencontrado y mostrado de nuevo a ese terrible “hombre del saco” de nuestras pesadillas con una fuerza visual y un respeto al filme de 1978 que hace que me quite el sombrero (estoy seguro que hay mucho de Carpenter en él, pues también aparece acreditado como productor ejecutivo además de compositor). Que ya con el comienzo de los títulos de crédito (muy similares a los de 1978) y con esas primeras notas musicales, se te ponen los pelos de punta y te entran ganas de tararear su magnífica partitura. En fin, que si son fans de la saga o amantes del género no se la pierdan. Y si pueden verla en V.O.S.E aún mejor. Y es que, Myers ha vuelto con toda su fuerza y malignidad. En realidad, ténganlo por seguro, Michael Myers siempre ha estado ahí, frente a nuestra ventana, frente al espejo de nuestras peores pesadillas. 

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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