martes, 5 de junio de 2018

Han Solo: Una historia de Star Wars (2018)**

Dir: Ron Howard
Int: Alden Ehrenreich, Emilia Clarke, Donald Glover, Woody Harrelson, Thandie Newton, Phoebe Waller-Bridge, Warwick Davis, Clint Howard, Paul Bettany, Richard Dixon, Joonas Suotamo, Sarah-Stephanie, Deepak Anand, Slim Khezri, Ian Kenny, Douglas Robson, Omar Alboukharey, Sean Gislingham, Nathaniel Lonsdal.

La interminable guerra de las galaxias 

Este filme, que si contamos los últimos capítulos e historias derivadas (spin off que se dice ahora), hace la novena o décima película sobre aquella primigenia La guerra de las galaxias (1977), dirigida por George Lucas (cuyo título original no era Una nueva esperanza sino Star Wars a secas, por mucho que ahora la quieran llamar así para diferenciarla entre el maremágnum de episodios y spin offs de marras de esta saga que empieza a ser ya interminable). Y a este paso va a alargarse hasta que el público se plante o lo quiera la Disney, actual propietaria de la franquicia creada por ese genio llamado George Lucas. De hecho, para Navidad de 2019 ya se anuncia el estreno del Episodio IX que volverá a ser dirigido por J. J. Abrams (que ya llevó el timón en 2015 de la taquillera El despertar de la Fuerza). 



Está claro que la todopoderosa Disney (que pagó en 2012 cuatro mil millones de dólares por ella, y que ya posee Marvel y Pixar) va a exprimir esta golosa y millonaria franquicia hasta la última gota del oro que produce (sólo en merchandising más de 20.000 millones de dólares desde 1977 hasta 2012). 

Y, una vez dicho esto -que a gusto me he quedado-, vamos a entrar en el terreno de la película, que como su propio título reza, se basa en el personaje de Han Solo, uno de los más carismáticos junto a su fiel copiloto gigantón y peludo Chewbacca, Yoda u Obi Wan. Aquí tenemos el primer problema del filme que, adelanto, me ha resultado entretenido, lo cual no es poco. Ya se sabe que las comparaciones son odiosas, y este Han Solo (que encontramos aquí en una aventura temporalmente previa a La guerra de las galaxias de 1977, cuando se está forjando la alianza rebelde que plantará cara al Imperio), ha de medirse en la retina y en la excelente memoria de los fans galácticos con, nada más y nada menos, que un actor de la talla y el carisma de Harrison Ford, que en el episodio IV hizo un papel perfecto como el sinvergüenza buscavidas irónico y socarrón, a la sazón piloto además de El Halcón Milenario, que como él mismo decía, es el “pedazo de chatarra más rápido de la galaxia” (ya ven que los fans de la saga gozamos de excelente memoria). 



El actor de 28 años Alden Ehrenreich (Harrison Ford tenía 35 cuando hizo su Han Solo en el episodio IV, muy cercano temporalmente a éste en cuanto al desarrollo de la historia), resulta plano y con poca garra, de tal manera que su partenaire femenina Emilia Clarke (Qi´ra), actriz inglesa muy conocida por su espléndida Daenerys Targaryen de Juego de tronos, se lo come literalmente con patatas cuando coinciden en escena, al igual que el peludo Chewbacca y Lando Calrissian (otro personaje secundario pero carismático de la saga), el contrabandista negro al que Solo arrebata El Halcón Milenario en una apuesta (esto no es spoiler, pues ya se sabía en el episodio IV), y que está encarnado aquí por el polifacético Donald Glover (actor, productor, músico, etc.). El segundo problema de este Han Solo es que hubo dos directores iniciales que fueron apartados del proyecto fílmico (Phil Miller y Christopher Lord), y el veterano Ron Howard (Cocoon, 1,2,3, Splash, Apolo XIII, etc.) se hizo cargo del desaguisado como pudo, con un resultado que no está mal teniendo en cuenta este marrón, que a ningún director le gustaría encontrarse (aunque quizá por pasta le haya compensado). Finalmente, uno llega a la conclusión de que es la pasta ya lo único que importa en esta exitosa saga de ciencia ficción creada por la portentosa imaginación de George Lucas (y que también es inmensamente rico, máxime si sumamos a su cuenta corriente los 4000 millones que le ha soltado la Disney). 


Vamos ahora con los puntos fuertes o aciertos de este Han Solo: una historia de Star Wars. Lawrence Kasdan, junto a su hijo Jonathan, son sus guionistas. Kasdan padre, hizo los excelentes  guiones de El imperio contraataca (Irvin Kershner,1980) y de El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), dos títulos emblemáticos que cierran la trilogía original (Episodios 4, 5 y 6) con brillantez, sin duda la 5, la mejor de todas, a pesar de que en la de los episodios 1, 2 y 3, la última de éstas (La venganza de los SithGeorge Lucas, 2005) me parece excelente, aunque no por desgracia los otros dos episodios, siendo lamentable el primero de ellos. Apelando a la nostalgia, y con personajes y elementos reconocibles cercanos a La guerra de las galaxias de 1977, los Kasdan sacan petróleo del “Halcón Milenario”, de Chewbacca y sus congéneres Wookies, del ácrata Lando Calrissian (espejo en el que se refleja y se reconoce la personalidad y la alargada sombra del Han Solo que creó en la gran pantalla Harrison Ford). La sombra de Harrison Ford (o del Han Solo original), que hemos visto a través de toda la saga, incluidos El despertar de la fuerza (J.J. Abrams, 2015) es demasiado poderosa (está claro que “La Fuerza” está con ella, y no con el soso de Ehrenreich), y la sensación es que el espectador y seguidor, que ya pintamos canas en la barba, nos pasamos toda la película deseando que aparezca, junto al intemporal Chewbacca, para hacer virguerías con El Halcón Milenario. Quizá hubiera sido mejor digitalizar a Harrison Ford, o rejuvenecerlo 40 años con un súper tratamiento de belleza, y que lo viésemos ahí, igualito que en 1977 y con esa misma sonrisa burlona que enamoró perdidamente a la princesa Leia (nuestra añorada Carrie Fisher, tristemente ya fallecida). 



Personalmente creo que hubiese sido la bomba. Puestos a crear nuevos robots y bichos galácticos digitales de todas clases, que mejor que un Harrison Ford androide igualito que en el episodio IV (vaya pedazo de idea que acabo de dar a los futuros guionistas). 

Desde luego, hasta los androides (que también salen, aunque se echa mucho de menos a R2D2 y a C3PO, "Artuditu” y “Citripio”, si los pronunciamos como Dios manda), son más interesantes que este jovenzuelo Han Solo, al que hasta su “novia” se la mete doblada. En fin, un pobre diablo este Solo. Menos mal que se le da bien pilotar.

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

No hay comentarios: