sábado, 26 de mayo de 2018

Sansón (2018)***

Dir: Bruce Mc Donald.
Int: Jackson Rathbone, Billy Zane, Taylor James, Rutger Hauer, Caitlin Leahy, Lindsay Wagner, Frances Sholto-Douglas, Greg Kriek, Ares Afonso.

El género péplum sobrevive            

El diccionario de la RAE recoge perfectamente el término “péplum” para definir a aquellas películas ambientadas en la antigüedad clásica. El término fue acuñado por el crítico francés Jacques Siclier en el número de mayo de 1962 de la revista Cahiers de Cinéma en su artículo "L'âge du péplum", empleando el nombre de una prenda de vestuario muy frecuente en tales películas, el llamado "péplum", y que era una especie de túnica sin mangas que se abrochaba al hombro. Un género que el público español identificó siempre como “una de romanos”, sobre todo a partir de los años cincuenta del pasado siglo XX. 

Pues bien, de un tiempo a esta parte, este subgénero de connotaciones bíblicas, ha tenido diversos intentos de revitalización con no mucha fortuna. Atrás queda ya la fabulosa Furia de titanes (1981), de Desmond Davis, estrenada a comienzos de los ochenta, sin duda una de las mejores de las últimas décadas y que tuvo un espantoso remake en 2010 (dirigido por Louis Leterrier). En la última década, ya en pleno siglo XXI, al calor de la exitosa y sangrienta 300 (2006), de Zack Snyder, que también tuvo una segunda parte en 2014 (300, El origen de un imperio, dirigida por Noam Murro). Ese mismo año (2014), le tocó el turno a otro legendario forzudo mitológico llamado Hércules (Heracles, según los griegos) revisado por partida doble por Brett Ratner en Hércules y por Renny Harlin en Hércules: El origen de la leyenda, sin  mucho éxito. 



Ahora le ha tocado el turno a Sansón, y pensaréis,...otro truño bíblico. Pues, sorpresa. A pesar de algunas malas críticas que ha cosechado, es una película que hay que ver sin prejuicios. Yo iba con las expectativas bastante bajas y me he encontrado un filme que, primero, es muy fiel a la historia original. Está concebido como una película de aventuras que resulta muy entretenida y que, además, rinde un homenaje a los péplums clásicos en cuanto a su concepción, tratamiento del color y  fotografía. Sin duda, medirse con el Sansón y Dalila (1949)del gran Cecil B. De Mille, no era tarea fácil. El  de Cecil B. De Mille tuvo 5 nominaciones a los Oscar y se llevó 2: mejor dirección artística y mejor fotografía. 

La historia de Sansón y de Dalila (que aquí por supuesto también es clave, y está bien encarnada por la norteamericanaCaitlin Leahy, una de las actrices más hermosas que he visto en mucho tiempo), es bien conocida por todos. Un fornido danita llamado Sansón (que en la versión clásica fue interpretado por Victor Mature) quiere casarse en contra de los deseos de su familia con la filistea Semadar (Angela Lansbury, en la versión de De Mille), pretendida también por Ahtur. Tras la cacería de un león, Sansón conseguirá el beneplácito del líder filisteo Sarán de Gaza para contraer matrimonio con Semadar, ante los celos de la hermana menor de ésta llamada Dalila (una tremenda Hedy Lamarr en la versión de 1949). La historia es una adaptación del famoso relato bíblico del forzudo Sansón y la bella Dalila, ambientado en la Palestina del año 1000 A.C.  

En esta remozada versión del 2018, dirigida por Bruce Mc Donald, con guion de Jason Baumgardner, Galen Gilbert, Timothy Ratajczak y Zach Smith, la historia apenas varía, salvo en algunos pequeños detalles (como la escena de la lucha entre Sansón y el león). La actualización de los efectos especiales no ha impedido sin embargo que éstos sean utilizados con mesura y para darle además al filme una pátina clásica que se agradece (sobre todo en las escenas del templo filisteo). Al servicio de ese aura clásica están también la fotografía, a cargo de Trevor Michael Brown y Brian Shanley, y la banda sonora de Will Musser. El fornido actor británico Taylor James encarna a este Sansón actualizado de forma correcta, aunque se echa en falta un actor con mayor carisma. Es en la parcela de los malvados donde el reparto se crece, con un despiadado rey filisteo Balek encarnado por Billy Zane (el ricachón malo malísimo del Titanic de Cameron), al que no le va a la zaga, sino que incluso le supera en crueldad, su hijo y príncipe Rallah (brillantemente encarnado por el joven actor Jackson Rathbone, norteamericano pero nacido en Singapur). La crueldad con la que disfruta y hace gala el personaje de Rallah, recuerda en algunas secuencias a ese magnífico y terrible Cómodo interpretado por el gran Joaquín Phoenix en Gladiator (Ridley Scott, 2000). 



Las actrices tampoco chirrían, cumpliendo con su cometido, tanto la ya citada y bella Dalila, como Taren, la inicial novia, en esta nueva versión, de Sansón, (Frances Sholto-Douglas), en la que si encontramos una clara divergencia con el personaje de la versión de De Mille, en la que la prometida era Semadar, hermana de Dalila. Además, podemos disfrutar del gran actor Rutger Hauer (inolvidable replicante Roy Batty del Blade Runner (1982), de Ridley Scott, que aquí interpreta a Manoah, un venerable anciano, a la sazón padre de Sansón. 



No estamos, desde luego, ante un coloso como el Gladiator de Scott, pero sí ante, como digo, un filme de aventuras bíblicas entretenido, que nos hace rememorar esas sesiones de cine de sábado tarde cuando éramos pequeños, o de las películas clásicas que se proyectaban en Semana Santa (y que hoy día se siguen repescando con buena audiencia, como La túnica sagrada, Rey de reyesBen-Hur, etc.). Un personaje con hazañas muy reconocibles (la pelea con el león, la quijada de asno con la que lucha contra mil filisteos, la escena del templo, etc.) y un filme bastante fiel al texto bíblico del Libro de los Jueces. Cine de palomitas o de tarde de sábado, pero desde luego, muy disfrutable. Muchos héroes de cómics (La Cosa, La Masa, Superman) basan su carisma, precisamente, en su gran fuerza física y sobrenatural...ahí lo dejo, sin más.

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, Palafox, Yelmo-

No hay comentarios: