miércoles, 10 de mayo de 2017

Z. La ciudad perdida (2016)***

Dir: James Gray
Int: Charlie Hunnam, Sienna Miller, Tom Holland, Robert Pattinson, Angus Macfadyen, Bobby 
Smalldridge, Edward Ashley, Tom Mulheron, Aleksandar Jovanovic, Siennah Buck, Stacy Shane, Bethan Coomber, Ian McDiarmid.

Basada e el libro The Lost City of Z: A Tale of Deadly Obsession in the Amazon (del año 2009), del periodista neoyorquino David Grann, ha sido convertida en una historia para la gran pantalla por James Gray. Su interesante filmografía, con títulos como Cuestión de sangre (1994), La otra cara del crimen (2000), La noche es nuestra (2007), Two Lovers (2008) o El sueño de Ellis (2013), no permitían sospechar que se sintiera atraído por el mito de El Dorado.

Durante siglos, los europeos discutieron la existencia de una antigua civilización en la selva del Amazonas. De hecho, algunos conquistadores españoles persiguieron ese sueño hasta su propia autodestrucción, como relataron con brillantez la novela La aventura equinoccial de Lope de Aguirre (publicada originalmente en 1947), de Ramón J. Sender, o las películas Aguirre, la cólera de Dios (1972), de Werner Herzog, y El Dorado (1988), de Carlos Saura.

A principios del siglo XX la obsesión se mantenía en algunos visionarios como el británico Percy Fawcett que participó en una expedición tras otra, convencido de poder encontrar esta legendaria ciudad. En 1925, en su viaje más ambicioso y obsesivo, Fawcett  desapareció en lo más profundo de la selva, al igual que todas las expediciones que han seguido su rastro.



James Gray reconstruye con minuciosidad la vida de Fawcett (por cierto, una brillante interpretación de Charlie Hunnam), de su familia y, de paso, conocemos a alguno de sus compañeros en las expediciones a los confines del amazonas. Se nota que Gray ha visto, además de Aguirre, la cólera de Dios, otra película de Herzog ambientada en el amazonas, la alucinatoria Fitzcarraldo (1982), en la que de nuevo Klaus Kinski volvía a los equinoccios. Un cierto aire de irrealidad, casi de fantasía alucinógena (no sé si de ayahuasca o guanto), envuelve la vida de un oficial británico que, según nos cuenta James Gray, se encuentra de sopetón con una obsesión que marcará su vida y la de su familia, e irá más allá de la muerte. Antes de la última expedición, Fawcett peleó y fue gravemente herido durante las cruenta batalla del Somme (con más de un millón de bajas). Recuperado de sus graves heridas, se embarcó, junto a su hijo, en el viaje definitivo...



No es una película perfecta, Gray no parece del todo cómodo fuera de los entornos urbanos que hasta el momento dominaban sus historias, pero al menos, con un sólido y efectivo estilo clásico, ha sido capaz de transmitir la magia y el misterio de El Dorado, nos ha permitido vislumbrar algo más allá de las convenciones históricas establecidas. Nos ha propuesto mantener el sueño y la esperanza en lo que queda por descubrir, en lo que siempre pareció una leyenda sin sentido, pero existe al menos en esos territorios todavía inexplorados por el orgulloso y prepotente hombre blanco.

Roberto Sánchez.

-Aragonia, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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