martes, 17 de mayo de 2016

El olivo (2016)**

Dir: Iciar Bollaín
Int: Anna Castillo, Javier Gutiérrez, Pep Ambrós, Manuel Cucala, Miguel Ángel Aladrén

La joven Alma, interpretada por Anna Castillo, ayudada por Wiki (la actriz María Romero), una amiga que domina el inglés e Internet, consigue la información necesaria para poder poner en marcha su proyecto: rescatar el olivo milenario que su abuelo identifica con su propia vida y que está allí desde la época de los romanos, dice. 

La familia lo ha vendido por 30000 euros para comenzar un negocio que doce años después ha fracasado, como el abuelo había anunciado. Han perdido su olivo milenario y el dinero, el abuelo de la protagonista se muere de tristeza. 

La película cuenta las peripecias su nieta Alma para intentar devolverlo a su pueblo y al mismo tiempo recuperar la vida del abuelo. La historia se transforma en ese momento y pasa a ser una "road movie" que les llevará Alemania, concretamente a la sede de una poderosa empresa que produce y vende energía eléctrica, propietaria de ese olivo, convertido en imagen corporativa. Alma logrará el apoyo de un grupo ecologista que provocará movilizaciones y protestas para recuperar el olivo.


Icíar Bollaín, con El olivo, ha dirigido ya siete largometrajes de ficción. Desde También la
lluvia (2010), en los guiones ha colaborado siempre Paul Laverty (habitual guionista de Ken Loach). En El olivo, de hecho, aparece firmado tan sólo por él. Creo que, en parte, la "simplonería" y el esquematismo de algunas situaciones planteadas en esta película son "marca de fábrica" de este guionista escocés.

El cine de Icíar Bollaín alcanzó un momento brillante con la arriesgada Te doy mis ojos (2003), honda y dramática reflexión sobre la violencia machista. Sus más recientes trabajos han sido más irregulares, pero mostrando un estilo propio, siempre apostando por sacarle a sus actores, profesionales o aficionados, un rendimiento excelente. Las diferentes problemáticas sociales y económicas tampoco le son ajenas y siempre las ha tratado con la intención de denunciar injusticias y de mostrar que todavía hay resquicios de esperanza. 

Su estilo como directora se mantiene sencillo, directo y fresco, también en El olivo, sólo que ahora todo es demasiado previsible, ingenuo y plano. El mensaje es tan obvio y los símbolos tan evidentes que casi da un poco de vergüenza hasta comentarlos. 

No ha sido un paso adelante en su trayectoria como directora, pero no dudamos para nada de lo oportuno de la tesis defendida por su película: la necesidad urgente de proteger nuestro patrimonio natural, uno de los pilares que nos identifican como españoles, y que como tantas 
otras cosas en nuestro país, está siendo dilapidado por los intereses de unos pocos.



Antonia Bordonada
Roberto Sánchez

-Aragonia, Palafox-

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