viernes, 18 de marzo de 2016

El amor es más fuerte que las bombas (Louder Than Bombs, 2015)**

Dir: Joachim Trier 
Int: Jesse Eisenberg, Gabriel Byrne, Isabelle Huppert, Devin Druid, David Strathairn, Rachel 
Brosnahan, Amy Ryan, Ruby Jerins



Cine de autor con demasiadas pretensiones   


Co-producción entre Noruega, Francia y Dinamarca, dirigida por el noruego Joachim Trier (al parecer emparentado en grado lejano con el también director danés Lars Von Trier). El amor es más fuerte que las bombas nos habla de Isabelle Reed, una fotógrafa de guerra de prestigio mundial (perfectamente interpretada por la maravillosa Isabelle Huppert), su marido e hijos. Su inesperada y prematura pérdida (y no precisamente en un conflicto bélico de los que ella cubría con alto riesgo para su persona), producirá distintas maneras de encajar esa tragedia en las vidas de su marido-viudo (Gabriel Byrne) y de sus dos hijos varones, uno de ellos aún inmerso en la problemática adolescencia. 

Partiendo de esta premisa, Trier (también co-guionista junto a su inseparable Eskil Vogt) que comenzó con Procter (2002), un extraño cortometraje, thriller de apenas veinte minutos, y se dio a conocer en 2006 con el largo Reprise, no logra alcanzar aquí el impacto y calidad que había logrado con su anterior  trabajo Oslo, 31 de agosto (2011), interesante drama con las drogas como telón de fondo que fue nominado al César a la mejor película extranjera en 2012 y también seleccionado en la sección oficial a concurso en Cannes. 

El amor es más fuerte que las bombas se erige en un drama frío, nórdico e introspectivo,  con ínfulas bergmanianas, que intenta también beber de otros cineastas referentes más actuales, 
como el cine de Richard Linklater y su premiada “Boyhood” (Momentos de una vida, 2014). Trier no tiene ni mucho menos el encanto y la profundidad de Linklater, aunque el tratamiento narrativo y visual de algunas secuencias desde diversos planos y puntos de vista de los personajes es de lo más interesante... Eso y la suerte de haber contado con actores de la talla de Gabriel Byrne e Isabelle Huppert, que aunque bastante desaprovechados en manos de este director,  con su veteranía y buen hacer, sostienen el filme de principio a fin logrando que este no se desmorone. Junto a ellos, el siempre sólido David Strathairn y Jesse Eisenberg (protagonista de la controvertida La red social, dirigida por David Fincher en 2010). También, un jovencísimo Devin Druid (el adolescente problemático), que logra apropiarse con carácter de algunas secuencias y en el que ya se fijó hace algunos años el director Todd Solondz para incorporarlo a Wiener Dog (2010). A ver que va haciendo en el futuro este muchacho de inquietante mirada acerada y azul.

A Gabriel Byrne, hemos podido verlo en excelentes filmes ya míticos como Sospechosos habituales (Bryan Singer, 1995) o Enemigo público (Tony Scott, 1998). Y qué decir de la Huppert. Esta maravillosa actriz francesa, ha trabajado con Marco Ferreri, los hermanos Taviani, Bertrad Tavernier, Benoît Jacquot, Michael Haneke (espléndida en La pianista, es decir poco); François Ozon, Godard y, por supuesto, con el gran Claude Chabrol en numerosas ocasiones. Aprovecho pues esta ocasión para rendirle un pequeño homenaje y testimoniar mi mayor admiración hacia ella y hacia sus excepcionales trabajos fílmicos. 

El amor es más fuerte que las bombas, título que se hace tan largo como el propio filme del director noruego (y no crean, no tiene un metraje superior a la media), encarna a ese tipo de cine con excesivas pretensiones de autoría, que se queda en un correcto ejercicio cinematográfico sin más, y que gracias a la calidad de sus actores y actrices (también está muy bien la madura Amy Ryan en un papel corto pero intenso) mantiene el tipo a duras penas.

Gonzalo J. Gonzalvo.

-Aragonia-

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