lunes, 27 de enero de 2014

Nymphomaniac. Volumen 2 (2013)***

Dir: Lars von Trier
Int: Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgård, Shia LaBeouf, Willem Dafoe, Jamie Bell, 
Connie Nielsen, Christian Slater, Jesper Christensen, Jean-Marc Barr, Caroline Goodall, 
Kate Ashfield, Saskia Reeves, Stacy Martin, Jens Albinus, Sophie Kennedy Clark, Mia Goth, 
Omar Shargawi, Severin von Hoensbroech

Historia de Joe (Charlotte Gainsbourg), una ninfómana, contada por ella misma. Una fría noche invernal, Seligman (Stellan Skarsgård), un viejo solterón, encuentra en un callejón a una joven herida y casi inconsciente. Después de recogerla y cuidarla, siente curiosidad por saber cómo 
pudo haber llegado esa mujer a semejante situación; escucha atentamente el relato que ella hace de su vida, puntualiza y nos ilustra al modo de un culto e ilustrado conocedor, cualquier circunstancia de las narradas por Joe. Estamos ante una vida llena de conflictos y turbias relaciones. Para su estreno comercial se dividió en dos partes, existiendo otra versión completa de cinco horas y media que sólo se verá en eventos puntuales. Hace unas semanas ya comentamos en estas páginas el Volumen 1, ahora nos ocupamos de esta segunda entrega que, por fin, podemos decirlo, nunca debió dividirse ni resumirse  de modo tan drástico. Dado que el director ha dado su consentimiento nos atrevemos a valorarla, aunque siendo conscientes de que no ha intervenido en el montaje de estas versiones para su estreno comercial, como también deja claro el autor en los créditos iniciales de las dos partes. Sin insistir en el elevado interés cinematográfico que siempre tienen las películas de Lars Von Trier, uno de los pocos Autores -sí, con mayúsculas- cinematográficos que quedan, habrá que esperar a ver la versión original para valorarla en su justa medida. Intuyo que para Trier era importante someter al espectador a un tiempo de contemplación aproximadamente igual al necesario para completar el relato oral de Joe, con los añadidos de Seligman (¿trasunto del propio autor?). Al castrar de ese modo la duración de la película y al dividirla en dos partes, muchos de los efectos dramáticos se diluyen, así que la experiencia propuesta se transforma de modo radical. El filme mantiene sin embargo su capacidad de provocación, algo siempre presente en la cinematografía de este danés, dispuesto a desestabilizarnos desde los planteamientos formales y por la exposición directa de temas, en general, poco o nada complacientes.



R. S.

-Palafox-