martes, 4 de diciembre de 2018

Entre dos aguas (2018)****

Dirección: Isaki Lacuesta
Guion: Isa Campo, Isaki Lacuesta, Fran Araújo
Reparto: Israel Gómez Romero, Francisco José Gómez Romero, Rocío Rendón, Yolanda Carmona, Lorrein Galea, Manuel González del Tanago.

Isra y Cheíto son dos hermanos que han tomado caminos muy diferentes en la vida. Cuando Isra sale de la cárcel y Cheíto termina una larga misión enrolado en la Marina, ambos regresan a la Isla de San Fernando. El reencuentro de los hermanos renovará el recuerdo de la muerte violenta de su padre cuando eran niños; la necesidad de retomar sus vidas y reconciliarse con ellos mismos les unirá de nuevo. Doce años después de La leyenda del tiempo, Isaki Lacuesta vuelve a San Fernando. 

El regreso del realizador gerundense (nacido en 1975) a los paisajes y algunos de los personajes de La leyenda del tiempo, supone una reafirmación en la búsqueda de un lenguaje personal en el que la realidad y la ficción se combinan, se mezclan y se confunden para la gloria de un cine brillante, profundo en el conocimiento de sus personajes, de ritmo implacable en el montaje y un encuadre siempre efectivo, nunca efectista, al margen de las corrientes mayoritarias impuestas desde el mercado. Me temo que volver a adentrarse en el alma de Isra y Cheíto,dos hermanos gitanos, que afrontan los vaivenes del destino de forma muy distinta no le dará a Lacuesta satisfacciones crematísticas (es uno de los productores ejecutivos), ni a Paco Poch, Dan Wechsler y Jamal Zeinal Zade, los productores, pero de momento la crítica y los Festivales más importantes ya la han valorado de modo muy positivo.



Su trayectoria como cineasta comienza a ser más que memorable. Siempre (o casi) ha buscado caminos arriesgados. Cravan vs. Cravan (2002) y la citada La leyenda del tiempo (2006), indican unas pautas en las que se investigan a fondo las fronteras entre ficción y documental, que parecía entrar en vía muerta con Els passos dobles (2011), para mi gusto la más floja de su trayectoria. Tanto es así que en Murieron por encima de sus posibilidades (2014) y La propera pell (2016), realiza ficciones que desde la comedia (la primera) y el drama con notas de misterio y thriller (en la segunda, codirigida por Isa Campo), demuestran que puede ser un buen director dentro de los géneros más convencionales, sin abandonar planteamientos de puesta en escena siempre presentes en sus obras más experimentales.



Quizás las 2 horas y 16 minutos sean excesivas para cierto público, pero a mi se me pasaron en un suspiro. Reencontrar a estos personajes (recuerden que no son actores profesionales), doce años después, ya adultos pero reconocibles en sus vicios y virtudes es hasta cierto punto una sorpresa, casi un milagro (cinematográfico). El grado de confianza del equipo con estos jóvenes gitanos de San Fernando (Cádiz) le ha permitido adentrarse en su intimidad, e indirectamente mostrar la disolución de un modo de vida "tradicional" que siempre se movió en los límites de la legalidad, al menos desde el planteamiento de los "payos".



Una de las mejores apuestas del cine español reciente que volverá a pasar desapercibida por un público que ya no parece poder recuperarse para el lado más artístico y social del cine, obligado a ser un mero entretenimiento si quiere captar su atención. 

Roberto Sánchez

-Aragonia-

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