lunes, 27 de agosto de 2018

Purasangre (Thoroughbreds, 2017)****

Dir: Cory Finley
Int: Anya Taylor-Joy, Olivia Cooke, Anton Yelchin, Kaili Vernoff, Stephanie Atkinson, Daniel Martignetti, Paul Sparks, Francie Swift, Svetlana Orlova, Alyssa Fishenden.

Dos adolescentes muy peligrosas. 

A veces, en este espléndido arte visual y narrativo que es el cine, asistimos a un debut brillante y 
descubrimos a un director que, en principio, está llamado a ser un nombre a tener en cuenta y forjarse una sólida e interesante carrera. Este es el caso del también guionista y realizador Cory Finley que debuta en el largometraje con el trabajo que nos ocupa. Quédense con este nombre, porque ya tiene un segundo proyecto para el 2019, nada menos que con Hugh Jackman como protagonista, y que parece  será una comedia, aunque seguro que no exenta del humor negro que impregna a esta Purasangre. El título ya da muestras ese juego paródico, la ironía y la ambigüedad socarrona que caracteriza a este filme fresco y algo salvaje que, a caballo entre el thiller y la comedia negra, nos proporciona un “buen rato” en las salas pero, y esto es importante, cine de calidad formal exquisita, algo que se agradece en la cartelera veraniega, que pronto empezará a agitarse con nuevos estrenos de cara al otoño. 



En cuanto a  referencias (o citas, como prefieran), las tiene muy variadas, tanto respecto a títulos del cine clásico como del más contemporáneo. Para mí, las principales se encuentran en dos obras del maestro del suspense Alfred Hitchcock. Serían Crimen perfecto (1954)  y La soga (1948), filme en el que una pareja de jóvenes pretenden demostrar que, como reza el título anteriormente citado, el crimen perfecto sí existe. Dentro del cine más moderno, encontraríamos guiños al American Psycho (2000), de Mary Harron,  y, especialmente, a la brillante Funny Games (1997), del director austriaco Michael Haneke, en la que dos jovencitos (también varones como en La soga) se revelan como una pareja muy peligrosa. 



El título en español, aunque fiel al sentido, ha perdido el plural que sin duda alude a las dos 
jóvenes "purasangres" y a algo más... Cory Finley ha bebido sin duda de todos estos títulos antes citados, amén de más de una comedia gore y sangrienta de los ochenta y noventa como Braindead (1992), cuyo título en Español aclara un poco lo que queremos decir, Braindead: tu madre se ha comido a mi perro, la propia Criaturas celestiales (1994), ambas de Peter Jackson, o thrillers como Juegos salvajes (1998), de John McNaughton, o El padrastro (1987), de Joseph Ruben. 



Es admirable como un director y guionista debutante que tan solo tiene en su haber el guion del cortometraje Sauna (2017), junto a Charlie Polinger (que lo dirigió), además de un episodio para OK TV, una serie USA sobre "Celebritys" en la que aparece él mismo, haya sido capaz de estructurar, rodar y narrar con la precisión milimétrica y el talento visual de un director consumado. Cory Finley forma parte de “Youngblood”, colectivo de realizadores "Indies" que rondan los treinta años de edad. 



Y, si de juventud y talento va la cosa, hay que citar sin duda a las dos actrices protagonistas de esta película: Olivia Cooke y Anya Taylor-Joy. La primera de ellas, inglesa, nacida en 1993 en Oldham (North West England), actriz prodigio fichada cuando hacía teatro, que posteriormente, ha actuado en cortos y series de televisión como Bates Motel y, recientemente, en el taquillazo Ready Player One (2018) del mago Spielberg. A Anya Taylor Joy, nacida en 1996 en Miami (Florida, USA), la mezcla de razas de sus progenitores le ha proporcionado una belleza de adolescente perversa con una mirada capaz de paralizar, con esos enormes ojos, a cualquier ser bípedo que se le ponga delante. Con 22 añitos y un físico de escándalo, unido a un considerable talento interpretativo, la buena de Anya, impactó mundialmente con el soberbio filme de terror La bruja (2015), de Robert Eggers, que le granjeó con 19 añitos el Premio Gotham a la mejor actriz revelación. Después, la fichó M. Night Shyamalan para su filme Múltiple (Split, 2016), uno de los más recientemente impactantes  sobre asesinos en serie. Glass (Cristal), el nuevo bombazo del director hindú que se espera con ansia para enero de 2019, también ha contado con ella. Un filme que está despertando mucha expectación desde ya un año antes de su fecha de estreno. Yo, si tenía ganas de verla, ahora aún más.



Tanto Olivia como Anya están espléndidas, y la fuerza y el magnetismo de Purasangre sin duda les debe mucho a ambas. Un acierto de casting y un tanto más para el avispado Cory Finley. Amanda (Olivia Cooke) y Lily (Anya Taylor-Joy) traban una extraña relación de 
dependencia y admiración mutuas, que las llevará a una morbosa espiral de violencia. 

Un filme impregnado de un humor morboso, cínico y soterrado, y que consigue un resultado más que apreciable e impactante. Habrá que seguir muy de cerca a este director y guionista. 

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia-

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