jueves, 9 de agosto de 2018

Blackwood/Down a Dark Hall (2018)**

Dir: Rodrigo Cortés
Int: AnnaSophia Robb, Uma Thurman, Isabelle Fuhrman, Noah Silver, Rosie Day, Kirsty Mitchell, Taylor Russell, Victoria Moroles, Jim Sturgeon, Rebecca Front, David Elliot. 

El gallego Rodrigo Cortés, es otro de los cineastas españoles que ruedan en inglés, un cine encuadrado en los géneros del terror, la fantasía y el thriller. Aunque fue el guionista de todos sus cortometrajes, de Concursante (2007), su primer largometraje todavía en español, de Emergo (2001), de Carles Torrens, otra aventura en inglés, y de Luces negras (2012), su segunda coproducción en Estados Unidos, con un reparto encabezado nada más y nada menos por Sigourney Weaver y Robert De Niro, parece que ahora lo prefieren por sus cualidades como director. En Buried (2010), con guion de Chris Sparling, puso en marcha un brillante ejercicio de estilo filmando una aventura que transcurre en un ataud y sacando un rendimiento espectacular de Ryan Reynolds, el único actor de este sentido homenaje a Hitchcock. Parecía confirmarse con Luces negras, su asentamiento en Hollywood, pero desde el año 2012, Cortés no había podido levantar un nuevo largo.



Ahora trabaja con un guion de Mike Goldbach y Chris Sparling, adaptando la novela de Lois Duncan. Cinco chicas problemáticas se ven obligadas a acogerse a un programa experimental de enseñanza, impartido por la enigmática Madame Duret (Uma Thurman) en el internado Blackwood. Pronto empiezan a mostrar talentos singulares que no sabían que poseían, y a tener extraños sueños, visiones y lagunas de memoria. Destaca entre ellas "Kit" (AnnaSophia Robb), que de algún modo será la que nos introduce en la historia y la que terminará por tener un papel más relevante. Cuando la frontera entre realidad y sueño comienza a hacerse demasiado difusa, todas comprenden al fin el motivo por el que han sido llamadas a Blackwood.



La historia está repleta de tópicos genéricos (residencia encantada, experimentos prohibidos) y a pesar de todo tiene un planteamiento ligeramente original relacionado con la la más "pura" creación artística (la poesía, la música, la pintura, pretenden tener su protagonismo...) y la obsesión por conservarla y recuperarla hasta de la muerte. Al final, y más allá de los escasos sustos y paseos por la penumbrosa mansión, la resolución recuerda (seguramente como homenaje más o menos intencionado) a los productos de Roger Corman y poco más.



Con apuestas de este tipo, Rodrigo Cortés, sin duda un "fino estilista", lo tiene difícil. Uma Thurman, una estupenda actriz, está patética (y no creo que sea su culpa) y las chicas inadaptadas (incluida "Kit") están siempre desdibujadas y carentes de cualquier tipo de gancho. Todos los personajes parecen arrastar las pesadas cadenas de los tópicos del género y en ningún momento remontan el vuelo. 

Hay que confiar en que el director español pueda retomar en el futuro lo que parecía una brillante carrera.

Roberto Sánchez

-Aragonia, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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