miércoles, 22 de agosto de 2018

El rehén (Beirut, 2018)***

Dir: Brad Anderson
Int: Jon Hamm, Rosamund Pike, Mark Pellegrino, Dean Norris, Shea Whigham, Alon Aboutboul, Jonny Coyne, Larry Pine, Jay Potter, Ben Affan, Mohamed Zouaoui, Mohamed Attougui.

Aunque no sea una maravilla esta es una de las pocas películas veraniegas que pueden rescatarse en este aciago 
agosto de 2018. Los culpables de que así sea, son cuatro de los artífices de este thriller de espionaje cuyo título original, Beirut, da una pista fiable sobre los contenidos y escenarios del filme. Por orden de importancia hay que citar al guionista Tony Gilroy, al director Brad Anderson y a la pareja protagonista, algo atípica, formada por Jon Hamm y Rosamund Pike. 

Tony Gilroy, desde al año 2002, ha sido uno de los máximos responsables en construir la saga de Bourne (la publicidad, lógicamente lo destaca), pero además tiene en su haber algunas buenas películas como Michael Clayton (2007) o Duplicity (2009), las dos escritas y dirigidas por él, Rogue One. Una historia de Star Wars (2016), de Gareth Edwards, como miembro del equipo de guionistas capaces de generar la entrega más llevadera de una saga que parece interminable, o Nightcrawler (2014), de Dan Gilroy, como productor. 

Brad Anderson tiene firmados como realizador más de 40 trabajos, desde 1995, incluyendo episodios de series y largometrajes. Aunque siempre algo irregular, destacan sus largometrajes Session 9 (2001), El maquinista (2004) y La última llamada (2013), y entre las series, sus doce episodios de Fringe (2008-2011), los dos de Treme (2010-2011) y otros dos más de Boardwalk Empire (2010-2011).




Jon Hamm, difícilmente podrá quitarse de encima a Don Draper, el atractivo personaje de la serie Mad Men (2007-2015), del que ha aprovechado para Mason Skiles, su peligrosa afición al bourbon y otros destilados, además de su prestancia de estrella clásica de Hollywood. 





La británica Rosamund Pike, magnífica en Perdida (2014), de David Fincher, tiene un papel más oscuro, el de la "agregada de la embajada" Sandy Crowder, pero pronto es capaz, con sutileza, de convertirse en una cómplice eficiente de Mason Skiles (el mencionado Jon Hamm), un importante diplomático estadounidense que abandonó el Líbano en la década de los 70 tras un trágico incidente para volver diez años más tarde, reclamado por la CIA, y estar de vuelta a un Beirut devastado por la guerra y con una misión que sólo él puede cumplir. 




El buen trabajo de Gilroy y Anderson logran el milagro de convertir los tópicos genéricos en un buen entretenimiento que nos lleva de viaje a aquel conflicto enquistado del Libano, su guerra civil y el interminable enfrentamiento árabe-israelí. El papel de los agentes norteamericanos, no es demasiado modélico y, en ese sentido, cumple con una de las normas no escritas de las historias de espionaje al ser capaz de mostrarnos las dobleces de un oficio que deja de lado la ética y pretende implantar la lógica de la guerra sucia, en la que todo es válido para cazar al "terrorista" o al "enemigo". 




El otro protagonista incuestionabledel film es la ciudad de Beirut, la del título original, una ciudad fundada 5000 años antes de Cristo, una de las más refulgentes del Oriente Próximo durante los años cincuenta y sesenta del siglo XX, que todavía hoy está restañando las heridas de una terrible y larga guerra civil que estalló en 1975, y de los cruentos y despiadados bombardeos sufridos por parte de los "amigos" israelitas en diferentes conflictos a lo largo de los años ochenta. Quizás, lo único que he hechado en falta para redondear esta película es una mayor contextualización histórica, resuelta con unas pocas imágenes de archivo justificativas, ya al final del filme, que nos dejan con ganas de completar un puzle, necesariamente inacabado,...,otra vez será... 

Pues eso, entretenida película de espías que aliviado algo la vulgaridad de la cartelera de agosto...

Roberto Sánchez

-Aragonia-

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