lunes, 15 de febrero de 2016

La ley del mercado (La loi du marché, 2015)***

Dir: Stéphane Brizé
Int: Vincent Lindon, Yves Ory, Karine De Mirbeck, Matthieu Schaller, Xavier Mathieu, Noël Mairot, Catherine Saint- Bonnet, Roland Thomin.


Es una película en la que el actor Vincent Lindon interpreta a Thierry Taugourdeau, un parado en la cincuentena y protagonista absoluto del film.

Cine social y de denuncia que refleja el laberinto sin salida en que se ha convertido la vida de este personaje al perder su empleo.

Thierry intenta hacer las cosas bien, pero para él no hay solución, la crisis le está robando la esperanza de reincorporarse a la vorágine del mercado laboral.

La ley del mercado sólo le ofrece la posibilidad de convertirse en un perro guardián del engranaje explotador capitalista.

Thierry acaba por  resignarse a la situación e intentará volver al redil del sistema a cualquier precio...


Stéphane Brizé ha realizado, con éste, su sexto largometraje, y junto a Olivier Gorce ha escrito también el guión de esta sobria película, con una interpretación brillante de Vincent Lindon,que ya protagonizó recientemente para Brizé Mademoiselle Chambon (2009) y Quelques heures de printemps (2012). Parece que director y actor trabajan bien juntos. 

Lindon es un convincente parado, logra ponerse (y ponernos) en la piel de un personaje "normal" y cotidiano, acuciado por la situación, del que está siempre pendiente la cámara de Brizé, pero sin importunar demasiado. La vida real ya es suficientemente dramática para adobarla con movimientos de cámara circenses o montajes disparatados que lo único que demuestran es la pericia técnica y el "ombligismo" de quien las concibe. 

En realidad, para construir una buena película de denuncia y con un dramatismo sincero, no hace falta otra cosa que voluntad de representarla con dignidad, un criterio sólido, y tener claro lo que se quiere transmitir. 

Casi siempre se respeta el punto de vista del protagonista, miramos con él, vivimos con él, las situaciones de manifiesta injusticia cotidiana, las maniobras de los lacayos de las empresas para despedir a sus empleados, la rabia y la desazón que provocan en nuestro protagonista. La realización está en  una línea cercana a los hermanos Dardenne. 

Sirviéndose de las nuevas tecnologías (por ejemplo las cámaras de vídeo remotas), pensadas en principio para evitar robos, los nuevos empresarios logran ajustar sus plantillas con el afán de consolidar beneficios. El film dramatiza con una profunda ironía, que no parece nunca abandonar el verismo y ésto es precisamente lo más terrible la inutilidad de los servicios sociales...

En definitiva, el film nos muestra sin remilgos una situación bastante desesperada, ante la que nuestro protagonista tendrá que tomar duras decisiones...

Antonia Bordonada
Roberto Sánchez

-Aragonia-

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