miércoles, 24 de junio de 2015

Misericordia: Los casos del departamento Q (Kvinnen i Buret, 2013)

Director: Mikkel Nørgaard
Int: Nikolaj Lie Kaas, Fares Fares, Mikkel Boe Følsgaard, Sonja Richter, Marijana Jankovic, 
Søren Pilmark, Troels Lyby, Patricia Schumann, Peter Plaugborg, Rasmus Botoft, Pernille 
Lyneborg.


De un tiempo a esta parte la literatura nórdica europea ha irrumpido con éxito en librerías y, posteriormente también, en las salas cinematográficas. Con el malogrado Larsson, como punta de lanza, este tipo de thriller caracterizado por un tono frío y oscuro (como lo son igualmente esas tierras del norte de Europa), se caracteriza por un estilo contenido, lejos de la espectacularidad y pirotecnia a las que nos tienen acostumbrados la mayoría de los directores de cine norteamericanos. En este caso, el título Misericordia, adapta la obra de Jussi Adler-Olsen, escrita para el cine por Nikolaj Arcel, que nos remite, ya desde el inicio, al tema de la redención. La trama argumental se centra en la figura de un inspector de policía de homicidios danés, Carl Mork (Nikolaj Lie Kaas), que debido a la muerte de un compañero en la que se vio implicado accidentalmente por un error cometido, ha sido relegado a un departamento denominado "Q", donde se acumulan casos olvidados en cajas que descansan apiladas entre el polvo y el olvido; casos que duermen allí hasta ser cerrados definitivamente. Mork y su ayudante (otro policía poco favorecido por la suerte, encarnado por el actor de origen sirio Fares Fares), reabrirán uno que, entre varios, suscita un mayor interés para este policía de curtido instinto. Una mujer joven, de cierta notoriedad en los medios llamada Merete Lyngaard (Sonja Richter), desapareció sin dejar rastro en un ferry mientras viajaba con su hermano disminuido psíquico (único posible testigo de lo sucedido). A Mork no le cuadra que haya sido un suicidio o una muerte accidental, y removerá cielo y tierra para hallar la verdad y hacer justicia a través de un tortuoso camino, que emprende hacia la expiación de su propias culpas. Para ello no dudará enfrentarse a sus jefes y compañeros, que no quieren complicaciones, y sólo desean echar tierra al asunto cuanto antes. 
Con una estructura sólida, una fotografía oscura y nebulosa, y una tensión narrativa que se mantiene durante todo el filme, Misericordia se erige en un thriller solvente que contiene elementos argumentalmente interesantes a nivel visual y narrativo, y que le dan un indiscutible estilo propio a esta historia de investigación policial. Es muy posible que estemos ante el inicio de una trilogía, como en el caso de Millenium, pues el mismo personaje protagoniza también el filme Fasandræberne (Profanación), ya terminado, pero todavía pendiente de estreno. Además del protagonista, la actriz Sonja Richter destaca por encima del resto del 
reparto. Una actriz que ya ha conseguido entrar en el cine norteamericano a través del film The Homesman (2014), compartiendo cartel con actores de la talla de Tommy Lee Jones (también director del filme) o Hilary Swank. 
Misericordia, en cuanto a sus referencias, nos recuerda desde un primer momento al Seven 
(1995) de David Fincher, y bebe también de Cube (1997) de Vincenzo Natali, en cuanto a la 
creación de una atmósfera opresiva. También parece haber tenido en cuenta la interesante serie norteamericana Cold Case (Caso abierto, 2003-2006).
Misericordia...  navega por los procelosas aguas de la investigación policial sin alardes, con 
una acción en todo momento contenida que, no obstante, mantiene escenarios paralelos obsesivos para ambos protagonistas (policía y víctima), que intentan hallar un significado y una salida a sus respectivas situaciones vitales. Escenarios también opresivos, tanto exterior como interiormente, siendo esta cárcel interior la que más les une a ambos. Prisioneros de un 
sentido de culpabilidad que uno asume y el otro, aún ignorándolo,  no podrá evitar que termine por influir en su destino. 
La fotografía de Eric Kress, contribuye a retratar de forma realista tanto los interiores oscuros y sucios como los ambientes brumosos que impregnan toda la película. Una falta de luz que parece común a la vida gris y apagada de este policía que, sin embargo, no se detendrá ante 
nadie ni ante nada. Un detective lacónico, como su gabardina, hermanado con el arquetipo de policía duro y sobrio del cine negro más clásico.  
Misericordia... es un film recomendable para amantes del cine y el suspense, y también para seguidores de la novela nórdica de estas características. Un film muy correcto y bien realizado del que deberán huir "palomiteros", "fast furiosos" y otros especímenes parecidos que sólo buscan adrenalina en las salas.

Gonzalo J. Gonzalvo


-Aragonia-

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