sábado, 16 de septiembre de 2017

Verónica (2017)***

Dir: Paco Plaza
Int: Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer, Iván Chavero, Ana Torrent, Consuelo Trujillo, Sonia Almarcha, Maru Valdivielso, Leticia Dolera, Ángela Fabián, Carla Campra, Samuel Romero.

Posesiones diabólicas en la España de los 90


El filme Verónica tiene el aliciente adicional de estar basado en la historia real de Estefanía Gutierrez Lázaro (conocida como “la poseída de Vallecas”) y el expediente policial abierto por el inspector José Pedro Negri, que llevó el caso de su muerte. La noche del 27 de noviembre de 1992, la centralita del 091 recibió una llamada de auxilio procedente del número 8 de la calle Luis Marín de  Madrid. Al llegar el inspector y varios policías observan fenómenos paranormales en la casa y redactan un polémico informe. La hija de la familia, tras realizar diversas sesiones de ouija había sido al parecer anteriormente poseída por un espíritu maligno cuando una de las monjas del colegio la había pillado “in fraganti” con unas compañeras en plena sesión. La religiosa rompió la tabla por la mitad. Un humo extraño surge entonces de la tabla y se le introduce a Estefanía por la nariz. A partir de entonces su vida es un infierno. Sufre convulsiones y alucinaciones y muestra claros síntomas de posesión hasta que fallece en el hospital Gregorio Marañón el 11 de agosto de 1991. Éstos son los hechos reales. 

La tabla “Ouija” o “Güija” (como recomienda la RAE al castellanizar el término). Proviene de unir el vocablo francés “Oui” y el alemán “Ja”, aunque su origen es mucho más antiguo, algunas fuentes apuntan a Egipto, pero es más probable que fuese en China, hacia el año 1200 A de C. donde se inventase esta herramienta para comunicarse con los espíritus. Debido a la moda espìritista del siglo XIX, en 1890 los empresarios Elijah Bond y Charles Kennard patentaron una tabla con el alfabeto escrito, inventando así la tabla Ouija que se conoce en la actualidad. Numerosas son las películas dedicadas al infernal invento  y sus consecuencias (la mayoría bastante malas), destacando entre ellas: Ouija, el origen del mal (Mike Flanagan, 2016), bastante superior a su anterior Ouija (2014, Stiles White). El resto de títulos mejor obviarlos, incluida la española y floja Ouija, dirigida en 2004 por Juan 
Pedro Ortega. 


Especialista en el género de terror desde sus comienzos, Plaza (autor de esta Verónica) es un director, documentalista y guionista que se da a conocer al gran público con su primer largo El segundo nombre (2002), que se presentó a concurso ese año en el Festival de Sitges. Tras el fiasco de OT, la película (2002), Paco Plaza regresa al género con Romasanta (2004), un filme correcto en el que explora el mito del licántropo en la Galicia del siglo XIX. Le llega el éxito comercial, unido a Jaume Balagueró, a través de la saga de REC (2007-2012), siendo la primera cinta, como ocurre casi siempre, la más interesante y original en cuanto a su propuesta visual y narrativa. También participa en la actual serie de éxito de TVE 1 El ministerio del tiempo



Plaza se inspira en su nueva película en esa historia real sucedida en el madrileño barrio de Vallecas en los años 90. En la película se nos narra que, tras hacer una sesión de Ouija con unas amigas, una adolescente comienza a sufrir extrañas visiones y es asediada por aterradoras presencias sobrenaturales que amenazan con hacer daño a toda su familia. Fiel al incidente real con expediente policial abierto incluido, Plaza nos va desgranando la historia sin abusar de los efectos digitales (lo cual se agradece mucho y habla bien de su inteligencia narrativa) y con una muy buena ambientación que nos sumerge de lleno en la década de los noventa con su particular estética y música. 



Debut notable de su protagonista, Sandra Escacena, arropada por actrices de la talla de Ana Torrent o Maru Valdivieso. Sandra posee esa morbosa sensualidad adolescente mezclada con una cierta inocencia, sin duda un "bocatto di cardinale" para cualquier espíritu maléfico que se precie. También son innumerables las películas sobre posesiones y exorcismos (güija incluida, como ya he apuntado antes) en especial en los últimos años y con la incursión de los canales de internet que emiten en streming y que llevan a las casas un número incontable de series y películas. La mayoría de ellas muy discretas, aunque hay alguna excepción: Líbranos del mal, de Scott Derrickson, en 2014, El exorcismo de Emily Rose, de 2005, también de Scott Derrickson,  Réquiem, de Hans-Christian Schmid, en 2006, etc..., aunque sin duda las referencias obligadas en este subgénero son dos obras maestras del género que deben retrotraernos a los setenta: El exorcista (William Friedkin, 1973) y La profecía (Richard Donner, 1976). 

Bien narrada y con unas más que correctas interpretaciones (los niños que hacen de hermanos pequeños de esta Verónica también están muy bien), Plaza explota bien el recurso de la temporalidad que la aproxima a esos filmes de terror sobrenatural de los 70 y 80, y además dirige de una forma elegante, componiendo un filme de terror atmosférico que sabe inquietar y mantener en vilo al espectador sin recurrir a los resortes bastos y manidos del género. Con algunas secuencias, tanto de exterior como en interiores, realmente deliciosas y bien llevadas. 



El temor a crecer e introducirse en el mundo de los adultos subyace en toda la película (tema recurrente y de actualidad gracias al estreno de It , basado en la novela homónima de Stephen King, y que será objeto de mi siguiente artículo), al igual que la soledad que muchas veces sufren los adolescentes y que pasa desapercibida para sus ocupados y adultos progenitores. 

El género de terror, dentro del cine español, goza pues de buena salud. Más de un director tiene puesto un pie en Hollywood: Jaume Collet Serra, Fede Álvarez, Rodrigo Cortés y el propio Balagueró (cuyo REC fue comprado y versionado en Estados Unidos por John Eric Dowdle en su Quarantine y que abrirá el Festival de Sitges de este año con Musa, su nueva y esperada película). 

Verónica es pues un más que digno producto dentro del género, que resulta imprescindible para adeptos a él pero que, por qué no, gustará también a los amantes del thriller y de las historias humanas que, a veces, tienen un componente sobrenatural inexplicable.

 Gonzalo J. Gonzalvo

Nota del editor: 
La película ha gustado bastante a nuestro colaborador Gonzalo J. Gonzalvo. Lo suficiente como para sugerirme un cambio en la valoración de los estrenos cinematográficos. El me explicaba que no era un***, sino casi un ****, es decir, proponía un *** ½. Aunque, de momento, no cambiamos la valoración que quede constancia de este matiz.

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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