sábado, 9 de abril de 2016

Madame Marguerite (Marguerite, 2015)****

Dir: Xavier Giannoli
Int: Catherine Frot, Christa Théret, André Marcon, Michel Fau, Sylvain Dieuaide, Aubert Fenoy.



El canto del cisne 

Xavier Giannoli, a pesar de su apellido italiano, es un director que ha desarrollado toda su carrera dentro del cine francés, cinematografía que sigue manteniendo una potencia y un nivel artístico notable entre la vorágine del cine USA que domina el mercado.  Giannoli se dio a conocer en 2003 con Les corps impatients, obra a la que seguiría Una aventura (2005), donde dirigió a la deliciosa Ludivine Sagnier, prometedora actriz que entonces tenía una espléndida carrera por delante. En 2009, Crónica de una mentira (A l'Origine) supuso una curiosa incursión en el cine negro. 

La protagonista de esta historia es la marquesa Marguerite Dumont, (más que curiosa similitud con la Margaret Dumont a la que cortejaba el inefable Groucho Marx) que en el alegre París de los años 20 ejerce de mecenas cultural. Apasionada de la música y de la ópera en concreto, da recitales en su mansión ante un selecto grupo de burgueses. Entre ellos hay también diversos intelectuales amantes del surrealismo y de las vanguardias que verán un filón en la marquesa para potenciar sus reivindicaciones artísticas y rellenar sus vacíos bolsillos para hacer realidad sus proyectos. Nadie se atreve a opinar sobre su particular estilo, que no se caracteriza en particular por su capacidad de afinación al cantar.

Con  guión del propio Giannoli y de Marcia Romano, y una excelente fotografía del director Glint Speeckaert, el filme recibió 4 premios César del cine francés en 2015 (entre ellos mejor actriz, sonido y vestuario), y fue seleccionada para la sección oficial del Festival de Venecia.

En cuanto a referencias cinematográficas, tanto la figura del mayordomo (en este caso negro) como la de la diva, extravagante y no muy centrada, me remiten a los protagonistas de esa obra maestra de Billy Wilder titulada El crepúsculo de los dioses, en la que el actor Eric Von Stroheim y la actriz Gloria Swanson daban vida respectivamente al protector ayuda de cámara y a la diva en decadencia. 



Catherine Frot es la protagonista absoluta de esta película. Está magnífica, sobresaliente, maravillosa. Una actriz que aguantó el tipo frente a Isabelle Huppert en Las hermanas enfadadas (de Alexandra Lècrere, 2004) y que me llamó la atención cuando protagonizó, hace ya 10 años, los filmes La última nota (2006), de Denis Dercourt y, especialmente,  Odette, una comedia sobre la felicidad, dirigido en 2007 por Emmanuelle Schmitt, donde desarrolló un papel de deliciosa fragilidad bastante similar al de esta Marguerite. 

Madame Marguerite es también al mismo tiempo un ensayo sobre qué significa el arte y su concepto, haciendo hincapié en la parte concerniente a la música, pero también  sobre la literatura y al teatro (aunque sea de refilón). Aspectos como la provocación, la innovación y la ruptura con lo establecido, se alían para crear adeptos al particular talento y "arte" de Marguerite. Catherine Frot ejecuta una magistral sinfonía interpretativa (si se me permite el juego de palabras), y lleva el peso de la película, aunque los sólidos secundarios, la excelente ambientación y el vestuario hacen el resto para componer una especial comedia agridulce con tintes surrealistas. Aquí es la felicidad, a través del arte y la música, la que sostiene la trayectoria vital de la protagonista. Una burguesa encantadora e inocente, amante de la música, pero con una vida sentimental y amorosa que hace aguas. 

En definitiva una película aparentemente menor, que ha supuesto para mí toda una sorpresa. Absolutamente recomendable y con una Catherine Frot maravillosa . Para salir del cine con una sonrisa y un alma reflexiva.

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, Palafox-

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