Dir: Danny Boyle
Int: Michael Fassbender, Kate Winslet, Seth
Rogen, Jeff Daniels, Katherine Waterston,Sarah Snook, Michael
Stuhlbarg, Perla Haney-Jardine, Adam Shapiro, Jackie
Dallas, Makenzie Moss, Afsheen Olyaie, Tina Gilton, Tom
O'Reilly, Natalie Stephany Aguilar.
Estamos ante un nuevo biopic del mítico empresario y programador informático Steve Jobs (1955-2011), centrado en la época en la que
lanzó los tres productos icónicos de Apple. Poco a poco los creadores
responsables de los universos informáticos que han empezado a dominar el mundo,
desde hace unos años están teniendo sus correspondientes biografías fílmicas.
Para las dramatizaciones y ficciones (inspiradas en hechos reales), Hollywood,
casi siempre precavido, suele esperar a que el personaje en cuestión haya
fallecido. El fallecimiento de Steve Jobs, relativamente prematuro, a los 56
años, ha permitido poner en marcha esta película.
Han hecho falta la conjunción de dos personalidades muy especiales para hacerla realidad. Por un lado, el guionista norteamericano
Aaron Sorkin, responsable de algunos guiones memorables para series (por
ejemplo El ala oeste de la Casa Blanca o The Newsroom) o películas como Algunos hombres buenos (1992), de Rob Reiner, en la que adaptaba su propia obra
teatral, o la más reciente, La red social (2010), de David Fincher, en la que los protagonistas eran Mark Zuckerberg y “su facebook”; por otro, el realizador
británico Danny Boyle, que nos sacudió convenientemente en los inicios de su
carrera con películas como Tumba abierta (1994) o Trainspotting (1996), pero
que ya se ha atemperado algo, recibiendo una importante aceptación de la
crítica y el público en filmes como Slumdog Millonaire (2008).
El guión de Sorkin adapta, con su peculiar y brillante
dominio de los diálogos, el libro de Walter Isaacson. Suponemos que ese libro y
el guión también habrán valorado el documental Steve Jobs: The Man in the
Machine (2015), de Alex Gibney, construido fundamentalmente con
materiales de archivo. Sorkin ha convertido esta historia en toda una prueba
para el manifiesto virtuosismo de Fassbender al que, probablemente, sólo podía
acompañar el desenfreno adrenalítico que es capaz de desencadenar, en
ocasiones, Boyle. Creo que nadie se aburrirá...
El resultado es una película construida mediante tres
largas secuencias, entrecortadas por otras a modo de flash-backs, que coinciden
con los espectaculares actos de presentación de los tres productos más
conocidos de Apple. Steve Jobs, brillantemente interpretado por Michael
Fassbender, del que recientemente hablamos por su Macbeth, se come literalmente
a todos sus opositores. Otra película que deberían intentar ver en versión original y así no perderse la versatilidad en la dicción de este alemán, nacido
en 1977 en Heidelberg, pero criado como actor en Gran Bretaña, mostrando, una
vez más, la calidad de esa escuela de intérpretes para cine y teatro.
Quizás le sobren unos minutos, quizás sea algo forzado y artificioso el
modo en que se nos muestra su lado más humano (la relación con su ex-mujer y su
“hija” Lisa), quizás, una vez vista la película muchos españoles sigan sin saber muy bien quien era Steve
Jobs (y por qué merece tener su biopic cinematográfica como otros grandes
personajes de la historia), pero lo cierto es que
Boyle ha logrado transmitirnos su pasión obsesiva por crear un ordenador
personal estéticamente bello, y por la creación de productos de uso masivo como
los i-pods, primero, o los i-phone en la actualidad. Nada se dice de su importante y decisiva relación con
Pixar y la compañía Walt Disney, que sumado a su relación con Apple, lo han
convertido en todo un icono de la modernidad.
Otro visionario, el matemático, físico y escritor Arthur
C. Clarke (1917-2008), el responsable junto a Stanley Kubrick de la existencia
de 2001: Una odisea del espacio, aparece al inicio del film en una entrevista,
grabada unos cuantos años en el pasado, comentando cuál será el futuro de los
ordenadores. Seguro que el joven Steve Jobs, tomó al pie de la letra lo que
parecían simples profecías de ciencia-ficción y las hizo realidad...
Roberto Sánchez
-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-
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