sábado, 19 de octubre de 2019

Día de lluvia en Nueva York (2019)***

Dir: Woody Allen
Int: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Rebecca Hall, Kelly Rohrbach, Jude Law, Annaleigh Ashford, Selena Gomez, Liev Schreiber, Suki Waterhouse, Diego Luna, Cherry Jones, Ben Warheit, Taylor Black, Griffin Newman, Liz Celeste

Nueva York y Woody Allen: un idilio sin fin.              

Woody Allen nació en Nueva York, una ciudad que le fascina desde siempre. No en vano, el genio neoyorquino (como 
se le suele llamar), que comenzó a dirigir allá por 1966 (nada más y nada menos que seis décadas haciendo cine), ha declarado su amor incondicional a la metrópoli USA por excelencia en muchos de sus filmes pero, especialmente, en títulos como: Manhattan (1979), Broadway Danny Rose (1984), Historias de Nueva York (1989), Misterioso 
asesinato en Manhattan (1993) y, más recientemente, en Wonder Wheel (2017), donde Coney Island y su parque de 
atracciones se llevaban el protagonismo, y, ahora, en esta A Rainy Day in New York (se agradece que no le hayan cambiado el título en España).




El jazz es otro de sus amores, por lo que Allen nos deleita en cada una de sus películas con una deliciosa banda sonora. En esta ocasión, he de confesarlo, con temas de uno de mis pianistas favoritos, el gran Erroll Garner, como esos maravillosos y románticos Misty  o The Man I Love, que le van al pelo a la historia, además de otros de los maravillosos compositores Irving Berlin, Johnny Mercer y Hoagy Carmichael (Everything Happens To Me). 




El ya octogenario genio (nacido en Brooklyn en 1935) sigue pues fiel a lo que le gusta, y también a esa comedia inteligente con su inconfundible sello personal a la que nos tiene acostumbrados. Y digo acostumbrados, porque este prolífico director y guionista, que tantos años lleva haciéndonos sonreír y reflexionar con sus historias, sabe que esperamos de él, como mínimo, un filme con humor y cerebro, bien narrado y bien rodado, y con un reparto de primera que, en tiempos más recientes, opta más por darnos a conocer a jóvenes estrellas emergentes (en esta ocasión, nombres como Timothée Chalamet, Suki Waterhouse o Selena Gómez). 




Parece que con la edad, Allen se está volviendo cada vez más nostálgico y romántico, digamos que su humor ácido y corrosivo “marca de la casa Allen” se ha suavizado, aunque sigue conservando destellos de esa genialidad que le caracteriza, apoyado en brillantes diálogos y giros de guión, de unos guiones que siguen rayando a alto nivel a pesar de que algunas de sus películas sean consideradas menores y, otras, verdaderas obras maestras.




Pues eso, que Allen nunca defrauda. Así que si quieren disfrutar de una comedia inteligente, con una maravillosa fotografía, de ese Nueva York lluvioso y melancólico, firmada por otro veterano ilustre como el gran Vittorio Storaro y de unas buenas interpretaciones, no dejen de ir a ver  Día de lluvia en Nueva York. Un filme romántico impregnado de una extraña melancolía pero, al mismo tiempo, de una belleza conmovedora. Y es que...el genio de la ciudad de los rascacielos se nos hace mayor…Y todos los que hemos crecido con él también...Bueno, lo dejamos aquí que me estoy poniendo melancólico yo también. Señor Allen, gracias por volvernos a despertar una sonrisa inteligente con sus historias. Sé que un día nos va a faltar. Ojalá los genios como usted no muriesen nunca. Le echaremos mucho de menos, se lo aseguro.

GONZALO  J.  GONZALVO


-Aragonia, Cervantes, Cinemundo (Huesca), Palafox, Yelmo-

1 comentario:

Roberto Sánchez dijo...

Hay algunos rituales cinematográficos a los que yo me sumo siempre con placer. La única duda que uno puede tener con la entrega anual (o casi) de Woody Allen es si la película será una obra maestra (cada vez hay menos de él, pero las hay...) o si será una "de tono menor". Bueno, creo que nadie dudará , después de verla que "A Rainy Day in New York" es de estas últimas. En el caso de Allen, eso significa que seguro que tendremos hora y media (en este caso 1h. 32m.) de humor inteligente y un cierto repaso a la sociedad "pija" neoyorquina. Lo único que a mi me ha chirriado y no poco, es escuchar los típicos textos "Allenianos" por boca de estos chavalillos-as imberbes y "guapos". Actores, sin duda capaces, pero cuyo aspecto lamentablemente yo no relaciono con una sola frase inteligente. Es muy posible que Allen, nos esté haciendo un "doble juego" en esta nueva declaración de amor a su New York...