miércoles, 21 de marzo de 2018

Gorrión rojo (2018)***

Dir: Francis Lawrence
Int: Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Jeremy Irons, Charlotte Rampling, Mary-Louise Parker, 
Matthias Schoenaerts, Joely Richardson, Nicole O'Neill, Sergej Onopko, Sergei Polunin, 
Kristof Konrad, Simon Szabó, Ciarán Hinds, Thekla Reuten, Joel de la Fuente, Sakina Jaffrey, 
Douglas Hodge.

Es necesario hacer unas mínimas reflexiones sobre el director y el guionista de este nuevo vehículo de lucimiento para Jennifer Lawrence, una de las actrices más solicitadas del Hollywood actual. 

Francis Lawrence (nacido en Viena en 1971) tiene la doble nacionalidad austríaca y norteamericana, y viene del mundo del videoclip musical trabajando desde 1997 para una extensa nómina de artistas y grupos entre los que se encuentran Green Day, Jennifer López, Aereosmith, Enrique Iglesias, Seal y muchos más. Su salto al cine se produce en Constantine (2005), adaptando un cómic al servicio de Keanu Reeves, luego, hasta las tres entregas de Los juegos del hambre (2013 a 2015), realiza un remake de El último hombre...vivo (The Omega Man, 1971), de Boris Sagal y con Charlton Heston, titulado Soy leyenda (2007), reinterpretando una historia original de Richard Matheson y al servicio de Will Smith, en este caso. También dirige la miniserie de tres episodios Reyes (Kings, 2009), Agua para elefantes (2012), la producción para la televisión Gotham (2012) y el episodio piloto de la serie Touch (2012). Este latgo preámbulo dedicado al director, tiene que ver con el marcado estilo colorista y esteticista que mantiene y que proviene seguramente de su apego a las fórmulas publicitarias que tan bien ha usado en los videoclips y también a la necesidad de contar siempre con una Star de impacto entre un público amplio como elemento central de sus creaciones. Con todo, Francis Lawrence ha logrado un estilo personal, de muy fácil acceso para todos los públicos y bastante condicionado por ese lenguaje popular (próximo al del cómic, la fantasía, la ciencia-ficción y al videoclip). Por supuesto ha rehutilizando el poderoso reclamo de Jennifer Lawrence, ya evidente en la serie de películas sobre Los juegos del hambre.



El guionista Justin Haythe, que en este caso adapta un libro de Jason Matthews, le da unos mínimos de profundidad psicológica a los personajes de una trama de espías. Haythe ha oscilado entre historias con mucha carga de profundidad psicológica y analítica como el excelente guion para el film de Sam Mendes, Revolutionary Road (2008), aquí adaptando la novela de Richard Yates, o fantasías inquietantes como La cura del bienestar (2016), de Gore Verbinsky, según una historia propia.



El género escogido ahora es el de espias, pero visualmente y por algunos de los planteamientos parece más un thriller fantástico, situado en un universo paralelo que se parece mucho al nuestro, pero no es exactamente igual...



Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) es reclutada contra su voluntad para ser un “gorrión”, una seductora adiestrada del servicio de seguridad ruso. Dominika aprende a utilizar su cuerpo como arma, pero lucha por conservar su sentido de la identidad durante el deshumanizador proceso de entrenamiento. Hallando su fuerza en un sistema injusto, se revela como uno de los activos más sólidos del programa. Su primer objetivo es Nate Nash (Joel Edgerton), un funcionario de la CIA que dirige la infiltración más confidencial de la agencia en la inteligencia rusa. Los dos jóvenes agentes caen en una espiral de atracción y engaño que amenaza sus carreras, sus lealtades y la seguridad de sus respectivos países. 

Manejando bien el ritmo y la acción, Martin Lawrence ha facturado un producto entretenido, en el que vuelve a lucirse Jennifer Lawrence y en el que no se pueden encontrar reflexiones  ni análisis muy profundos sobre el espionaje y la tensión existente entre Rusia, Inglaterra y Estados Unidos. Los acontecimientos recientes en territorio británico, en concreto la muerte de Sergei Skripal, ex coronel de la inteligencia militar rusa (GRU), intoxicado con gas nervioso junto a su hija, van mucho más lejos que los recovecos y cierto verismo en las torturas y manejos poco recomendables que aparecen en la trama de la "colorista" y "resultona" Gorrión rojo.

Roberto Sánchez.

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo- 

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