martes, 10 de diciembre de 2019

La odisea de los giles (2019)****

Dir: Sebastián Borensztein
Int: Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso, Marco Antonio Caponi, Rita Cortese, Andrés Parra

El que no roba es un gil...                   

En esta divertidísima película del director argentino Sebastián Borensztein, se recupera con gran acierto un subgénero (el de los filmes de robos y atracos o caper movies) que, en este caso, forma parte de una variante que ha dado al cine títulos tan destacados como El quinteto de la muerte (The Ladykillers, de Alexander Mackendrick, 1955), Un trabajo en Italia (de Peter Collinson, 1969), Rififí (de Jules Dasssin, 1955), Ocean´s Eleven (de Lewis Milestone, 1960), y muchas otras cintas que  forman parte de un subgénero que, particularmente, me encanta, en especial las cintas de las décadas de los 60 y 70 que estudié a fondo en Balas, sirenas, patillas y jazz: las décadas del Neo Noir (Ed.  Vivelibro, 2016). 



Borensztein (que ya se llevó el Goya y el premio a Mejor Película en el festival de Roma en 
2011 por su trabajo en Un cuento chino y que, años después, nos entregó la interesante 
Capitán Kóblic de 2016), es un director que sabe amalgamar a la perfección la comedia y el 
drama para lograr ese cóctel perfecto en pantalla, en esta ocasión arropado por un elenco de 
actores en estado de gracia, integrado por Ricardo y Chino Darín, Luis Brandoni, Verónica 
Linás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso, Rita Cortese, Andrés Parra y Marco Antonio Caponi. 

La odisea de los giles (un “Gil” en Argentina, es un vocablo que les llegó por aportación 
de la lengua de los gitanos españoles, y que significa “incauto”, un tonto lento de reflejos 
que se deja engañar fácilmente) nos cuenta una historia, como digo, tan dramática como 
divertida, aunque desde luego lleva aparejada también una gran crítica social hacia temas 
como la corrupción, la impunidad de los bancos y de los políticos que se enriquecen con el 
dinero de los ciudadanos. 



Estamos en la provincia de Buenos Aires, a finales del 2001. Un grupo de amigos y vecinos 
pierde el dinero que había logrado reunir para reflotar una vieja cooperativa agrícola. Al poco tiempo, descubren que sus ahorros se han esfumado por una estafa realizada por un abogado sin escrúpulos y un gerente de banco que contaban con información privilegiada sobre lo que se iba a desencadenar en el país: el temido “corralito”. Al enterarse de lo sucedido, arruinados y con la vida deshecha, este grupo de estafados decide organizarse y armar un minucioso plan con el objetivo de recuperar lo que les pertenece y les ha sido robado. 



Borensztein maneja con perfección la historia y el tempo narrativo, apoyándose en grandes actuaciones. El resultado es una comedia, con robo de por medio, brillante, ingeniosa y divertida. Desde luego, si tienen ganas de pasarlo bien con unas buenas dosis de humor inteligente (que, por desgracia, no abundan) no deberían perdérsela.

GONZALO J. GONZALVO

-Cervantes, Palafox-

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