martes, 9 de octubre de 2018

Cold War (Zimna wojna, 2018)****

Dir: Pawel Pawlikowski
Jnt: Joanna Kulig, Tomasz Kot, Agata Kulesza, Borys Szyc, Cédric Kahn, Jeanne Balibar, Adam Woronowicz, Adam Ferency, Adam Szyszkowski. 

Cold War no es otra cosa que una apasionada y apasionante historia de amor, ambientada en los años de la Guerra Fría. Una historia de amor entre dos personas de diferente origen y temperamento, pero cuyos talentos convergen más allá de las ideologias y de los territorios. El contexto político y social en el que tienen que sobrevivir dificulta su relación, pero su pasión prevalecerá por encima de todo.

Pawel Pawlikowski, en la dirección, la historia y el guion (junto a Janusz Glowacki ), Lukasz Zal, en la dirección de fotografía (un esplendoroso blanco y negro), y los actores Joanna Kulig y Tomasz Kot (los enamorados Zula y Wiktor), han logrado la combinación necesaria para poder decir que estamos ante una de las mejores películas del año. 

Quizás la historia que se cuenta no sea novedosa (aunque tiene un interesante sabor a reinvención de un pasado familiar algo tamizado por la fabulación), pero Paulikowski viene demostrando que es un director al que le gusta narrar sobre todo con imágenes. Sabe prescindir de lo meramente textual, y trascender la historia de amor y su contexto. No hay un solo plano que no tenga un fuerte valor expresivo.





Hay películas que le sacan a uno de la mediocridad estética habitual en el cine reciente, siempre pulcro en sus imágenes y a menudo carente de imaginación en la puesta en escena. De esto último anda sobrado este polaco, nacido en Varsovia en 1957, Graduado en literatura y filosofía en Inglaterra y con un postgrado en Oxford en literatura alemana, desarrolló su carrera cinematográfica en Inglaterra con una serie de brillantes documentales para la televisión y títulos como The Stringer (1998), Last Resort (2000), My Summer of Love (2004) y, con participación francesa en la producción, La mujer del quinto (2011). En 2013 vuelve a Polonia, donde firma la premiada y apreciada Ida, en la que la acción ya transcurre en su Polonia natal durante  ese periodo de la Guerra Fria.





Factor decisivo es el de la música, tanto que en algunos momentos el filme se convierte en un bello musical en el que podemos escuchar arreglos espectaculares sobre folclore tradicional polaco, la espléndida voz de Joanna Kulig, o un excelente jazz durante la estancia parisina, con los arreglos del pianista Marcin Masecki. Otra pieza más que encaja a la perfección con las imágenes e interpretaciones para lograr el disfrute estético que supone contemplar esta película. 

Roberto Sánchez

-Aragonia, Palafox-

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