lunes, 17 de julio de 2017

Colossal (2016)***

Dir: Nacho Vigalondo
Int: Anne Hathaway, Jason Sudeikis, Dan Stevens, Austin Stowell, Tim Blake Nelson, Agam Darshi, Hannah Cheramy, Christine Lee.

Gloria (Anne Hathaway) decide dejar Nueva York y regresar a su ciudad natal tras haber perdido su trabajo y su novio. Pero, cuando en las noticias informan de que un monstruo gigantesco está destruyendo la ciudad de Seúl, Gloria se va dando cuenta poco a poco de que, a través de su mente, está conectada de forma extraña con estos acontecimientos. Para evitar que la destrucción vaya a más tendrá que averiguar el papel de su insignificante existencia en un evento colosal que podría cambiar el destino del mundo.

Nacho Vigalondo, después de numerosos cortometrajes y de participar como guionista en series de humor para la televisión (como Muchachada nui, de 2008 a 2010), dio el salto a los largometrajes con Los cronocrímenes (2007), un curioso y entretenido artefacto de género que le permitió a Vigalondo, utilizando una clave de comedia, divagar sobre las inesperadas consecuencias de los viajes en el tiempo. Sus obsesiones y pasiones tienen mucho que ver con la ciencia-ficción y Extraterrestre (2011), incide, con un punto de vista particular, en cómo afectaría una invasión extraterrestre a una pareja accidental, después de una noche de juerga.



Sus pasiones cinéfilas mucho tienen que ver con el mundo anglosajón y por esa razón lucha sin pausa para lograr rodar con participación norteamericana su particular homenaje a Hitchcock y al suspense en Open Windows (2014), protagonizada por Elijah Wood y Sasha Grey; y en 2016 ha realizado en tierras canadienses este Colossal que inserta con habilidad una historia de monstruos a la japonesa dentro de una sencilla historia de personajes algo desorientados en busca del amor. Para la operación, ha logrado contar con el buen trabajo de la joven pero experta Anne Hathaway, ganadora de un Oscar, o al experto actor televisivo Jason Sudeikis (especializado en la comedia, pero un auténtico todo terreno como puede comprobarse en el film).



La sorpresa de este film es que todo parece un despropósito colosal, pero no cuesta demasiado deshacerse de la lógica y entrar en un juego que propone Vigalondo, que en realidad es una apuesta muy arriesgada y personal por un cine libérrimo y valiente, empeñado en convertir en sublime lo más vulgar y arrastrado de un género como el fantástico, aquejado en los últimos tiempos de una alarmante falta de originalidad. Vigalondo, apuesta fuerte...

Roberto Sánchez

-Aragonia-

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