martes, 16 de septiembre de 2014

Boyhood (Momentos de una vida) (2014)***

Dir: Richard Linklater
Int: Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Lorelei Linklater, Jordan Howard, 
Tamara Jolaine, Tyler Strother, Evie Thompson, Tess Allen, Megan Devine, Fernando Lara, 
Elijah Smith, Steven Chester Prince, Bonnie Cross, Libby Villari, Marco Perella, Jamie 
Howard, Andrew Villarreal, Shane Graham, Ryan Power, Sharee Fowler


Drama rodado a lo largo de 12 años (2002-2013) pero en solo 39 días de rodaje. Es la historia de Mason (Ellar Coltrane) desde los seis años, durante una década poblada de cambios: mudanzas y controversias, relaciones que se tambalean, bodas, divorcios, diferentes colegios, primeros amores, también desilusiones, momentos maravillosos, de miedo y de una constante mezcla de desgarro y sorpresa. Un viaje íntimo y épico por la euforia de la niñez, los sísmicos cambios de una familia moderna y el paso del tiempo.Rodada con solidez por Richard Linklater, un cineasta tejano, siempre al margen del cine mácomercial. Muy conocido gracias a otro experimento semejante realizado junto a los actores Ethan Hawke y Julie Delpy en Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013), donde sus dos personajes (Jesse y Celine) se encuentran y reencuentran en diferentes momentos y espacios privilegiados. Linklater quiere mostrarnos en Boyhood el devenir de una familia tejana de un modo novedoso en el planteamiento. Vemos, literalmente, crecer a su protagonista, en mitad de una serie de situaciones más o menos cotidianas. Un retrato de las últimas décadas en Estados Unidos, sin asperezas, en un ritmo quizá algo cansino (por otro lado, típico de Linklater) para un film de 109 minutos. Con todo, logra sintetizar la historia de Mason, y mostrarnos una cultura, un modo de ver el mundo que se está imponiendo, desde Estados Unidos, al resto del planeta, marcado por un cierto nihilismo y por la sensación de que los cambios y revoluciones son cada vez más difíciles y que, como mucho, habrán de limitarse al ámbito personal.
No es una obra maestra, ni tan novedosa en lo formal -yo diría que difícilmente va  más allá de algunos planteamientos de la Nouvelle Vague francesa en los sesenta-, pero dados los tiempos de profunda mediocridad en la creación cinematográfica que estamos viviendo, supone una cierta esperanza para el cine norteamericano...

RS.

-Aragonia, Palafox-

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